Hora del sexo duro...

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Cuando llegamos a la habitación, Elías nos dijo que nos pusiésemos cómodas mientras él se desvestía. Carolina y yo, comenzamos a besarnos y quitarnos la ropa la una a la otra. Los cuerpos de ambas iban quedando desnudas y por ello, nuestras tetas se aplastaban y se restregaban mientras continuábamos besándonos sin parar con una lujuria desmedida. Mi coño ardía y Carolina siendo consciente de ello, me comenzó a tocar el clítoris con sus dedos, yo llegué al cielo cuando me lo masajeó...Carolina sabía lo que hacía.

Elías, totalmente desnudo, se acostó en medio de nosotras con la espalda pegada a la cama y Carolina y yo, a ambos lados, casi encima de él, besándole el cuerpo, y mientras la música sonaba, él nos agarraba el culo con los ojos cerrados mientras nos comíamos su cuerpo negro y musculoso.

Carolina fue la primera en bajar. Comenzó a mamarle la polla y yo quedé esperando para ser la siguiente (Estaba deseando volver a metérmela en la boca), pero, Elías me agarró por la cintura y me sentó encima de su cara, poniendo mi coño en su boca para dar paso al juego que su lengua comenzó con mi clítoris.

Me pasaba la lengua una y otra vez con una habilidad nunca antes sentida por mí. A veces, abría la boca e introducía casi mi coño entero dentro para dar lugar a un beso en mi clítoris que succionaba con pasión...era impresionante el placer que sentía. Grité bastante puesto que sabía que la casa estaba a nuestra disposición.

De pronto, Carolina me pidió un cambio, ella arriba, mientras Elías la succionaba y yo mamándole esa enorme polla negra. Volver a sentir aquella verga gorda dentro de mi boca me hizo recordar la cantidad de leche que era capaz de echar. Relamía su glande y agarraba con las dos manos el tronco de la verga.

"Ahora tú abajo" me dijo Carolina dándose la vuelta. Ella se levantó, Elías se apartó y yo me acosté posando mi espalda en la cama y dejando que me hiciesen lo que ellos quisieran.

Carolina bajó lentamente besando desde mi abdomen para terminar lamiéndome el coño. Su lengua y sus habilidades se parecían mucho a las de Elías lo que me hizo deducir que uno de los dos era el profesor del otro... Ella seguía lamiendo cuando Elías, se arrodilló frente a mi cara, posándome la polla en mi rostro, la cual medía casi lo mismo que toda mi cabeza. Me agarró la cabeza con las dos manos y me dijo "Abre la boca". Yo obedecí de inmediato y mi boca se abrió para él. Acercó su cuerpo y comenzó a introducir su verga en mi boca lentamente. Mis manos fueron directas al culo de aquel enorme negro mientras enfundaba su polla dentro de mi boca y se adueñaba de ella.

Carolina seguía lamiendo mi coño y mi boca seguía perteneciendo a la verga de Elías cuando este dijo. "No puedo más" necesito meterle la polla a alguna.

Carolina se levantó y me dijo, "Móntate encima de él" Elías se acostó de nuevo en la cama y yo, me monté encima y introduje su polla dentro de mi coño tal y como Carolina me había dicho. No se por qué, debía de ser que estaba más excitado, pero, notaba su verga aun mas gorda y grande que cuando me lo follé en el juego... Carolina observaba de pie mientras yo daba botes encima de Elías.

La chica, muy excitada, se subió encima de Elías, posando el culo en su cara y de frente hacia mí. Elías agarró su cintura y comencé a lamer todo su culo entero, lamiendo todas las partes de este y haciendo que la chica gimiera con una sensualidad increíble. Yo seguía botando y gritando. Carolina comenzó a besarme mientras yo me follaba a Elías y este, lamía todo a Carolina. Fue espectacular, los tres totalmente desnudos en aquella cama, con nuestros cuerpos calientes tocándose entre sí y la lujuria siendo dueña de aquella habitación...allí, en ese momento, todo valía.

"Ahora me toca a mí" dijo Carolina fuera de sí.

Me levanté y dejé que ella se acomodara, "Levántate" Le dijo a Elías. Él obedeció. La cama estaba totalmente libre para colocarse como ella quisiera.

Eligió ponerse a cuatro patas, mirando a Elías de manera lasciva mientras se mordía los labios y con su mano derecha, abriéndose el coño para que este la penetrara. Elías al principio dudó, pero, finalmente se acercó, se puso detrás de ella y le comenzó a meter la verga lentamente para que la disfrutara. Yo me quedé de espectadora por un momento y dejé que se quitaran las ganas que contenían el uno hacia el otro desde hacía tiempo. Comenzó a gritar muy fuerte cuando Elías decidió que era hora de reventarla.

Ángel y demonio (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora