A veces la injusticia encuentra formas de hacerte sentir mal. Esta era una de esas veces. Como le dije a Álex, no quería jugar y él, con su actitud me retó y perdió, pero, ahora era yo la que se sentía mal...
Fui a la habitación de Carolina y cuando llegué, esperando que ella regresase de su baño, me puse a llorar. Me acababan de dejar.
El llanto no duró mucho. En cuanto Carolina y Elías entraron, supieron todo lo que había pasado y me ayudaron a calmarme. Yo me quería ir de la casa, pero, Carolina me dijo que esperara hasta mañana, solo para saber si había sido un arrebato de Álex o iba enserio con la ruptura. Elías, me dijo que seguramente debía de ir él también a pedirle disculpas, aunque sabía ya de antemano que Álex no lo iba a escuchar. Agradecí sus intenciones, pero, le dije que mejor dejara las cosas como estaban, que podía ser peor.
"Puedes pasar aquí la noche con nosotros, y mañana, si quieres, yo misma me voy contigo", dijo Carolina.
Yo asentí con la cabeza, aceptando su propuesta.
Estuve un buen rato en la habitación de Carolina y Elías. Hicieron que viese toda aquella situación desde otro prisma e, incluso, me sacaron alguna que otra sonrisa.
Sobre las nueve de la noche, Gala entró en la habitación donde estábamos los tres y nos dijo "Chicos, estamos haciendo una barbacoa en la piscina ¿Os apuntáis?"
Fui a mi habitación a por ropa y regresé a la habitación de Carolina.
Ella, no sabía que ropa ponerse para la barbacoa. Yo en cambio me decidí por algo básico, no tenía el cuerpo para arreglarme. Una camiseta blanca y unos jeans cortos fue mi elección. El problema, según Carolina, eran mis deportivas, "¡Ponte tacones!", dijo Carolina "¿Así vas a reconquistar a Álex?", no se callaba...
Yo, con la ropa que había elegido en la mano, tuve que, por la evidente insistencia de Carolina, soltar las deportivas y agarrar unos tacones que ella misma me estaba entregando, procedentes de su armario.
Miré a Elías que, seguía allí, eligiendo su ropa. Él me devolvió la mirada y me dijo "¿Enserio Lara?, No creo que te dé vergüenza cambiarte delante mía ¿No?
No tenía ningún sentido sentir vergüenza cuando la noche anterior me había...bueno...dado sin miramientos. Los tres comenzamos a vestirnos, opinando por el outfit entre nosotros. Carolina pretendía reventarlo todo. Se había puesto un top negro, que le alzaba las tetas muchísimo, la parte de debajo de un bikini, de color verde, que parecía más bien un tanga y, sus tacones negros. Esa chica es demasiado sexy.
Elías... Elías iba, como de costumbre, demasiado bien... Llevaba puesta una camiseta Oversize sin mangas de color ocre y un pantalón corto, tipo chándal, de color blanco que, hacia resaltar su piel negra. Llevaba como de costumbre, su reloj plateado y su cadena al cuello... una locura...
Me percaté de que Carolina no se había puesto así de sexy por casualidad y, le dije:
—¡Que guapa estas Carolina!, muy arreglada te has puesto para ir solo a la piscina ¿No?
—¿No lo sabes? Esta prendada por Hugo. Va a por el pobre chico —dijo Elías.
—Pero, Carolina, ¿Y Mélani? —dije yo sorprendida, aunque no se por qué me sigo sorprendiendo con las argucias de "El demonio".
—Esa no sabe cuidar de él... Hugo será mío, ya lo verás.
Yo no daba crédito.
Cuando salí de la habitación, le pedí a Elías que esperara cinco minutos para hacerlo él. Me entendió al momento, y es que, no quería que Álex me viese llegar a la zona de la piscina, con Elías junto a mí.
Mi decepción se hizo evidente en mi rostro cuando al llegar a dicha zona, no vi a Álex por ningún sitio. Allí estaban, Gala, Mélani, Hugo, Fabián y "Los porteros". El entrenador seguía sin llegar de allá donde hubiese ido.
Pregunté, como era lógico, por si alguno sabía algo de Álex. "Ha ido a la playa. Se ha ido solo. Nos ha dicho a Fabián y a mí que, cuando acabemos de cenar, vayamos allí con él, no sé lo que habrá pasado entre ustedes Lara, pero, estaba realmente mal..."
Pensé en escribirle un mensaje, deseché la idea y volví a sopesarla para, finalmente, mandárselo. El mensaje decía así:
—Hola Álex. No creo que quieras acabar con la relación. Me gustaría regresar a casa contigo y olvidarnos de lo que ha pasado aquí. ¿Dónde estás? Creo que deberíamos hablar de nuevo.
Su respuesta no tardó en llegar:
—Lee esto con atención Lara: LO NUESTRO SE HA ACABADO. Quédate en la casa si quieres, pero, si lo haces, vas a tener que verme en acción porque, ahora, me toca a mí.
¿Qué significaba eso?
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Ángel y demonio (+21)
RomanceUna historia capaz de hacer sentir con las palabras lo que ellos con sus cuerpos.