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El sol brillaba sobre el pequeño patio donde Seokjin y Wonwoo estaban sentados, rodeados de cuadernos, catálogos y un sinfín de ideas para su boda. La tranquilidad de la tarde contrastaba con la creciente tensión en Yoongi, que, sentado a pocos metros de distancia, parecía ajeno a la conversación.

—Creo que deberíamos optar por algo simple, elegante, pero no demasiado llamativo —dijo Seokjin mientras hojeaba un catálogo de decoración minimalista—. Algo que refleje lo que somos.

Wonwoo asintió con una sonrisa tranquila. —Me gusta la idea. Quiero que ese día sea nuestro, sin complicaciones. Solo nosotros y quienes realmente importan.

Seokjin sonrió, acariciando suavemente la mano de Wonwoo. —Exacto. Algo íntimo.

Yoongi, sentado con los brazos cruzados, observaba en silencio. La charla sobre flores, música y decoraciones llenaba el aire, pero él apenas podía concentrarse. Sus pensamientos vagaban hacia momentos pasados con Seokjin, cuando las cosas eran diferentes, cuando Seokjin era solo su mejor amigo y no estaba comprometido con otra persona.

—¿Qué opinas, Yoongi? —preguntó Seokjin, mirando hacia él con una leve sonrisa—. ¿Te gustaría ayudar con las invitaciones? Sabes que siempre tienes buen ojo para los detalles.

Yoongi se encogió de hombros, intentando aparentar indiferencia. —No sé mucho de invitaciones —respondió secamente—. Además, no creo que necesiten mi ayuda. Tienen todo bajo control.

El silencio que siguió a sus palabras fue incómodo. Wonwoo intercambió una mirada rápida con Seokjin, notando la frialdad en la respuesta de Yoongi. Seokjin, sin embargo, intentó suavizar el ambiente, como siempre hacía.

—Bueno, no es sobre saber, es más bien sobre compartir esto juntos. Eres importante para mí, Yoongi —dijo con suavidad—. Quiero que estés involucrado.

Yoongi miró a Seokjin durante unos segundos, queriendo decir tantas cosas pero sin encontrar las palabras adecuadas. No podía arruinar su felicidad, no cuando Seokjin parecía tan seguro con Wonwoo. Pero tampoco podía ignorar el nudo en su estómago cada vez que los veía juntos, tan unidos, tan... enamorados.

—Claro —dijo finalmente, con un tono distante—. Ya veré en qué puedo ayudar.

Seokjin pareció satisfecho con la respuesta, aunque notaba que algo no estaba bien. Le dio una palmadita a la silla junto a él, invitando a Yoongi a acercarse, pero Yoongi no se movió.

Wonwoo decidió intervenir. —Yoongi, si hay algo que te molesta, podemos hablarlo. Queremos que estés bien con todo esto.

Yoongi se tensó ante las palabras de Wonwoo. Parte de él quería explotar, decir lo que realmente sentía, pero no podía. No quería convertirse en un problema para Seokjin ni generar una distancia entre ellos.

—No, no hay nada —dijo, con una sonrisa forzada—. Solo... estoy cansado.

Seokjin entrecerró los ojos, como si pudiera ver más allá de la máscara que Yoongi estaba usando, pero decidió no presionarlo. Sabía que, tarde o temprano, Yoongi abriría su corazón, como siempre lo hacía con él.

—Está bien, entonces descansamos por hoy. No quiero que te sientas abrumado —dijo Seokjin con dulzura.

Mientras recogían los catálogos y cuadernos, Seokjin lanzó una última mirada a Yoongi, con una mezcla de preocupación y cariño. Sabía que su amigo no estaba bien, pero también entendía que algunas batallas eran personales y que Yoongi tendría que encontrar su propio camino.

Cuando Seokjin y Wonwoo se alejaron, Yoongi se quedó solo en el patio, mirando el cielo. Sabía que no podía seguir fingiendo por mucho más tiempo.

Made Of Honor ; yoonjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora