Past life.

Capitulo 𝑿

Maratón 3/4

𝑩𝒐𝒔𝒄𝒐.

Había decidido dormir en el sillón para que no se sintiera incomodo.

—Bosco...¿Puedes dormir conmigo por favor?

El corazón me da vuelco al escuchar esas palabras. Sus ojos llenos de lagrimas se clavan en mí, nunca había visto ese lado tan vunerable de el. Siempre era yo quien terminaba llorando, pero ahora me tocaba sostenerlo como el lo ha hecho.

—Por supuesto—conteste intentando sonar tranquilo.

Me acosté un poco separado de el. Pedro pablo pablo se da la vuelta para quedar frente a mí. Me quede inmovilizado sin saber que hacer. No sabía nada, hasta que se acerco a mí acurrucandose, mientras apoyaba la cabeza. Mi corazón dejo de latir por segundos al sentir su cuerpo pequeño con el mío.

Pero solo lo acerco a mí, mientras ponía mis brazos alrededor de su espalda. Su cuerpo temblaba por los sollozos que salían de el. Yo solo me limitaba a acariciar su cabello, en toda la noche.

[...]

Ya era de día, así que decidí levantarme cuidadosamente para no lastimar a Pedro pablo, dejaría que descansara un ratito más. Toda la noche estuvo llorando y culpandose.

Me estire un poco para ir al baño, y hacer mis necesidades. Después de hacer lo que una persona suele hacer cuando se levanta, baje a la planta baja.

Solo estaba Gala en esos momentos, papá y eder no estaban.

—Buenos días bos, ¿Todo bien?—preguntó gala

—Si, todo esta bien. No te preocupes. ¿Dónde esta papá y Eder?

—Fue con Paz, falleció su mamá y eder fue con el.

—Si, lo sé. Pedro pablo esta arriba en estos momentos, me pidió que lo buscara.

—¿Y cómo está? Se ha de sentir tan mal, sabemos lo que se siente perder a la persona más importante, no lo dejes solo en ningún momento. Yo ire a ver a salomón, así que, traten de distraerse.

—Ten cuidado gala.

Ella asintió y salio de ahí.

Saqué algunas cosas para preparar el desayuno para Pedro pablo. Necesitaba que desayunara al menos algo.

Lo bueno que sabía cocinar algunas cosas. Pero esta vez decidí preparar algo ligero.

¿Se habrá levantado ya?

Bueno, había terminado el desayuno. Así que me dispuse a caminar director hacía las escaleras, para levantarlo. Cuando llegué detrás de la puerta podía escuchar como intentaba contenerse.

Entonces entre y lo ví sentado en la cama con sus ojos cerrados, intentando mantener su respiración.

—¿Pedro pablo? Ey...¿Estás bien? —dije acercandose lentamente a el—. Respira conmigo, cariño. Aquí estoy.

Lo ayude a controlar su respiración poco a poco. No solté su mano en ningún momento.

—¿Mejor?— asintio, mientras limpie esas lagrimas que caían de su rostro—. Ven vamos a desayunar.

—Ire primero al baño. Gracias bosco, por hacer que me quedará en tu casa.

Solo susurre un "no pasa nada" con una sonrisa.

Un rato después salio, con una pequeña sonrisa.

—Bien, vamos a desayunar.

Bajamos en un silencio un poco tenso. No era algo cómodo. Pedro pablo estaba tam callado y distante. Y lo entendía no era algo que se iba a superar de la noche a la mañana.