4 La cena

494 91 10
                                    

Me citaron para comer en la casa de Laura, al final accedí, le pedí a la profesora que si Avery estaba ahí, por favor cambiaramos el lugar de la cena, ya suficiente es tener que verla casi cada día organizando las cosas para la boda, y quería pasar una cena tranquila sin sentirme incómoda o fingiendo como tengo que hacer cada día.

—Hola —le digo a Laura que me abre la puerta con una gran sonrisa—, traje postre, no quería caer con las manos vacías.

—Ay Nathalie, pasa —se aparta para dejarme entrar—, te dije que no era necesario. Y faltan unas horas para la cena —mira su reloj.

—Lo sé —le respondo con una sonrisa—. Es que no quería quedarme en casa de mis padres y pensé que podría venir a ayudarte a preparar todo —suspiro—. Creo que mañana puedo mandar los papeles y... —coloca un dedo sobre mis labios.

—¿Podemos no hablar de ese tema? Sé que es tu trabajo, pero hay miles de cosas sobre las cuales podemos hablar, no toquemos ese tema aunque sea hoy.

—¿Entonces de qué quieres hablar?

—No lo sé —se encoje de hombros—. Cuéntame alguna anécdota, alguna travesura que hayas hecho y saliste bien librada —yo me río porque claro que me acuerdo de varias.

—Bueno —tomo un cereza llevándome a la boca—, pero lo que hablemos acá queda acá —ella asiente enérgicamente—. Una vez me tocó ir a buscar a mi hermano borracho a una fiesta de disfraces —comienzo a reír—, se había vestido de espartano, había tomado bastante, pero también había consumido algo porque al llegar se le acerca al novio de la chica que le gustaba que estaba a la orilla de la piscina le grita: "¡Esto es Esparta!" Le da una patada y lo tira al agua. Lo quise tomar pero él se puso a correr, luego se intentó ocultar metiendose en la casita del perro y me ladraba diciéndo "¡Guau, guau! Vete humana"

Laura comienza a reír a carcajadas, mientras yo termino de contarle la anécdota a las risas. Ella me cuenta que vivió algo similar con su hermano, solo que él se había vestido de gallina y cantaba "el pollo, el pollo, el pollo con una pata, el pollo con las alitas..." Y picoteaba el tablero del auto cuando  se subió al auto.

—Tenemos tremendos personajes de hermanos ¿Y tienes más hermanos o solo ese?

—Tengo una hermana mayor —sonrío—, salíamos ser muy unidas, pero ella eventualmente hizo su vida, se mudó Canadá y se alejó de la familia.

—¿Por qué?

—Se enamoró de una persona que mis padres no aprobaban y decidió que su amor por él y su felicidad era más grande que la familia. No la entendí en su momento y también me enojé con ella por irse hasta que bueno —desvio la mirada pelando la zanahoria—, yo me enamoré de alguien que ellos tampoco aprobarían, pero no tuve el valor para enfrentarlos.

—¿De quién se enamoró?

—De un cura —ella me mira con sorpresa—, imagina el revuelo. Ella fue con una beca a Canadá, lo conoció y se enamoraron, él dejó sus hábitos, ella dejó a la familia y no fue hasta que lo pasé que la entendí. Por suerte estamos volviendo a recuperar la comunicación, trabajo con mi hermano y estamos mucho más unidos los tres.

Seguimos conversando de algunas anécdotas, de como fue la escuela, de como le decíamos a la momia Becker, le conté las teorías que inventaba Avery sobre él, sobre su longevidad y tal vez su parentesco con Drácula. Me encanta verla reír así de relajada, mientras tomamos una taza de té en hebras, y comemos fruta en trozos.

Golpean la puerta, ella me pide ir a abrir mientras saca las verduras del horno y la carne, también apaga el fuego de la olla del brócoli.

—Hola —ellas me miran sorprendidas—, pasen.

Legalmente AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora