15 Nuevos comienzos

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Vamos a acostarnos y claro que ella duerme conmigo, por primera vez desde que somos oficialmente pareja, no solo no he dejado de besarla, sino que siento que no puedo separarme de ella mucho tiempo. Esto es nuevo para mí, jamás he sido demasiado afectuosa, pero a ella le gusta que sea así y me sale de manera natural serlo.

—Anoche dormí abrazada a tu almohada —me confiesa en cuánto estamos ambas acostadas.

—Bueno ahora estoy aquí contigo —beso su cuello a su espalda y voltea para quedar frente a mí—. Te quiero—acaricio su vientre y beso su mano.

—Yo también te quiero, amor —sonrío y la beso.

—Aún recuerdo cuando apareciste por la firma con ese vestido floreado, me quedé un momento admirando a mi crush de la adolescencia, te contemplaba a ti, mientras tú veía el atardecer por la ventana —ella abre la boca en sorpresa—. Sí, claro que supe todo el tiempo que tú eras chita, en el equipo de atletismo. Me encanta como te quedaban esos pantaloncitos cortos —muerdo mi labio inferior y se pone roja—. Tienes lindas piernas.

—Basta —se tapa el rostro y quito su mano.

—Eres hermosa ¿Por qué te avergüenzas?

—Yo jamás creí que llamaría la atención de alguien.

—¿Estás bromeando? —ella niega— Bueno si la llamabas, algunos de los idiota de mi clase o grados superiores babeaban por ti. Pero no se te acercaban por que aunque Ender ya no estaba en la escuela le seguían teniendo miedo —ella se ríe—. Disfruté de esta hermosa vista —acaricio su rostro—, por dos años.

—¿Siempre supiste...?

—¿Que me gustaban las mujeres? —ella asiente— Sí, creo que sí, digo no podía soñar con besar y rescatar a las princesas o ver crepúsculo creyendo que Alice era más interesante que Bella y que yo sería mejor novia que Jasper, pero el año que iba a salir del clóset mi hermana le dió la noticia a mis padres de su enamoramiento del cura y de que no iba a volver a casa, a mi madre casi le da un "infarto", jamás había visto a mis padres tan enojados y tuve miedo. Pero ¿sabes qué? —ella me observa y niega—, contigo tuve una necesidad más fuerte que mi misma por decir que te quiero, que quiero estar contigo y con nuestra hija —ella sonríe—. Me haces fuerte y valiente, gracias.

La beso con todo el amor que siento que cada día crece más dentro de mí, ellas le han dado un nuevo propósito a la vida vacía y llena de trabajo que llevaba y Ender tenía razón en algo, Laura es Ikigai, pero Isabella, nuestra pequeña que crece dentro de ella, también lo es.

Dormimos abrazadas, al día siguiente preparamos todo para emprender el viaje de vuelta a casa, ella claro que va a ir conmigo en mi auto.

—¿Qué hacen tan temprano haciendo ruido? —les digo a los dos idiotas que tenemos de hermanos.

—No puede decirme que Batman es mejor que Superman.

—Solo alguien que entiende de verdad las cosas, sabría que tengo razón —responde mi hermano.

—Ay Dios que olor tienen ambos —les digo al arrimarme y que apesten a alcohol— ¿Ustedes salieron anoche? —asienten— ¿recién llegan? —asienten— ¿Desde cuándo son amigos?

—Desde que compartimos el mismo ship por ustedes y nos dimos cuenta que íbamos a tener que compartir a nuestra sobrina.

—Ender, ve a bañarte y dormir un rato, tenemos que salir de vuelta y el viaje es largo —él se levanta bostezando y le hace caso.

—Y tú vete a tu casa —le digo a mi hermano.

—¿Me estás echando?

—Sí —se levanta indignado, pero no lo dejo ir aún—. Toma —le doy café caliente en una taza termica y algo para que coma—, y me llamas cuando llegues —me sonríe e intenta abrazarme—. No, apestas, ve a darte una ducha también.

Se va finalmente y me pongo a preparar el desayuno, coloco el pan en la tostadora, abrazo a Laura por la espalda y la beso, luego hago café, le acaricio el vientre besándolo, me pongo a hacer los huevos revueltos, la tomo de la mano y la beso, termino de exprimir las naranjas, la abrazo y la vuelvo a besar.

—Creo que tu boca y tú me generan una adicción.

—No me había dado cuenta —me sonríe y me besa ella—. Te ayudo a poner la mesa y llevar esto. Ella sigue durmiendo ¿Te conté que descubrí que dormimos mejor cuando estás cerca? —niego— Bueno desde que comenzaste a dormir en mi cama ni yo, ni ella, nos despertamos tanto en la noche.

—Yo también duermo mejor con ustedes.

—¿Vendrás a vivir conmigo?

—¿Es pregunta o propuesta? En realidad la misma inmobiliaria que me ha rentado las oficinas me iba a rentar un departamento, tampoco quería invadirlas de golpe...

—Llevas meses viviendo conmigo y aún no te has dado cuenta —me río—, tengo un montón de ropa tuya en mis cajones, hasta ropa interior, tu cepillo de dientes está en el baño y ya tienes una taza favorita y un lugar en la mesa, hasta copia de las llaves de la casa tienes —es cierto si lo había notado hace tiempo cuando comenzó a faltarme ropa y caí en la cuenta que la mayoría está en su casa—. Ya estamos viviendo juntas.

—¿Entonces en un rato vamos a volver a casa?

—Exactamente, mi amor.

La abrazo fuerte, como me encanta escuchar que me llama así, como me encanta verla reír por mi causa. Yo creo que las palabras que hace tiempo no uso, van a salir mucho antes de lo que pienso y una vez que las libere jamás dejaré de decirle lo mucho que las amo.

Ellos salen primero y cargando algunos bolsos miro el lugar en el que vivo y muy pronto voy a dejar, no siento tristeza, tampoco nostalgia. Observo la misma alacena que abrí un día para condimentar mi ensalada, mientras mi esposa se transformaba en mi ex, la misma dónde Laura me recibió con una sonrisa cuando me dieron el alta. Estoy agradecida con este lugar que me dio cobijo, pero me marcho cerrando una etapa en mi vida así comienzo otra junto a la mujer cambió mi vida y nuestra hija.

—¿Lista? —ella vuelve y entrelaza nuestras manos.

—Lista para nuestra nueva vida juntas —la beso y le coloco llave a la puerta.

Bajamos tomadas de las manos cargando una gran sonrisa. Ellas mi rescate, y las dosis de amor que no sabía que podría llegar a experimentar, ellas son mi hogar.

Legalmente AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora