Ahora que ha pasado un mes y vamos al control mensual con Isabella, Laura se está recuperando bien y aunque estamos juntas, no hemos estado juntas de esa manera, yo me paso a veces demasiado tiempo trabajando u ocupada preparando la sorpresa de la renovación de la que será nuestra casa y llego agotada.
—Tengo que salir —miro mi celular frunciendo el ceño por el mensaje— ¿Hace falta comprar algo? Pañales, leche, comida ¿Algo?
—No.
Tomo las llaves del auto y salgo rápidamente hay un problema con la cañería del baño, del baño que está recién restaurado y se suponía que ya habían revisado, arranco el auto y llego a la casa totalmente enojada.
—Señora.
—Señora tu abuela, llama a Robert ahora mismo —por arte de magia el contratista aparece y entra al baño que está chorreando agua de la pared recién pintada—. Explícame cómo es que chorrea agua de la pared, la cañería que se supone que es nueva —él mira sorprendido a pared y a mí.
—Nathalie...
Antes de que diga algo más tomo su maza el ridículo cierra los ojos pensado que voy a pegarle y le doy a la pared varías veces hasta que la cañería queda expuesta y ambos vemos que es todo menos la nueva que compré.
—¿Me quieres estafar a mí? Que soy abogada —tiro la herramienta a sus pies— ¡Quiero ahora mismo a todos fuera de mi propiedad! —los hombres ven a su patrón y comienzan a salir—. Te voy a sacar hasta las ganas de vivir, dejé en tus manos el hogar dónde va a vivir mi familia, tengo una hija, dime si desmantelo la casa ¡¿qué más voy a encontrar que sea un peligro para ella?!
—Espera, espera, fue uno de mis empleados, lo despedí por robar, te prometo que vamos a arreglarlo y todo lo que se gastemos irá a mi cuenta, solo dame tiempo —veo la súplica en sus ojos—. Te juro que lo eché por eso él iba a encargarse del baño, yo mismo voy a arreglarlo y darte lo que te prometí. Por favor Nathalie también tengo hijos, tres niños y una pequeña en camino, si me llevas a juicio o me demandas no tendré para darles de comer y recién comienzo con mi empresa.
Cierro los ojos lentamente y suspiro, ahora que sé lo es ser madre lo entiendo demasiado bien. Me apoyo en el mueble de la cocina que están terminando de instalar quería tener la casa lista a fin de mes, pero evidentemente la meta está lejos de realizarse.
—¿En cuanto tiempo más vas a tener mi casa con este imprevisto?
—Al menos dos semanas más, quizás tres.
—Te doy un mes más, no pienso poner un solo centavo de más y si me encuentro con otra sorpresa, te hundo.
Salgo de la casa y veo un mensaje de Laura, que me pide comprar pañales, de pasada también compro un ramo de flores y chocolates, hace bastante que no tengo detalles con ella y esto de ir y venir a las corridas me tiene bastante estresada y agotada. Entro y dejo las flores arriba de la mesa con los bombones, mientras escucho como le habla a la bebé, me apoyo en la orilla de la puerta y sonrío al verlas así, pero en cuanto ella me ve su sonrisa se borra.
—Los pañales que me pediste.
—Gracias —toma la bolsa y la deja sobre la cama— ¿Puedes tenerla? Tengo que lavarme las manos.
Me acuesto al lado de nuestra hija colocándola más arriba en la cama, mientras espero que ella venga, llega y la toma en brazos sin decirme nada sale. Algo va mal y no tengo que ser una genia para ver que algo pasa.
—Amor —ella sigue caminando sin mirarme mientras entra en la habitación de Bella—, amor ¿Qué pasa? —la volteo y ella está llorando.
—¿Te aburrió jugar a la casita? ¿O ya te diste cuenta de lo complicado que es esto y quierés irte?
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Legalmente Amor
Romance¿Qué tienen en común una abogada recién divorciada, y una mujer que busca divorciarse de su marido y recibe la noticia de que está embarazada? Un amor que va creciendo entre ellas a medida que el tiempo pasa y las líneas de cliente y abogada se desd...