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Seungmin se aplicaba el protector solar con ligeros toques, asegurándose de cubrir cada rincón de su rostro. Se veía al espejo, observando cómo su piel relucía bajo la tenue luz del baño, con una pequeña sonrisa en sus labios. Escuchaba a Chan en la habitación contigua, su voz firme y calmada mientras hablaba por teléfono, seguramente discutiendo algún asunto de trabajo.

Se sentía tranquilo, satisfecho incluso. La primera llamada del juzgado había resultado tal como Minho predijo: el juez Kim había mostrado simpatía hacia su postura. YeongDae, por otro lado, estaba furioso. A Seungmin le bastaba con recordar su rostro desencajado mientras su nuevo abogado, un beta con un aire desagradable y sibilino, intentaba mantener el control de la situación. Pese a todo, Minho seguía optimista; incluso con aquel nuevo abogado, YeongDae no parecía tener una oportunidad real de ganar.

Una risa suave salió de Seungmin al recordar cómo había apretado la mano de Chan cuando el juez falló a su favor. Sin embargo, su risa se cortó abruptamente al sentir un retortijón en el estómago. Su ceño se frunció al instante, y antes de poder procesarlo, un mareo repentino lo obligó a apoyarse en el borde del lavabo. Sintió la náusea subir rápidamente, una arcada que no pudo contener. Corrió hacia la taza del váter, apenas alcanzándola antes de vomitar violentamente.

Chan, al escuchar el sonido desde la habitación, dejó caer el teléfono de inmediato. Corrió hacia el baño, encontrando a Seungmin inclinado sobre la taza, su cuerpo temblando levemente.

"Min, ¿estás bien?" preguntó su alfa con urgencia, arrodillándose a su lado y colocando una mano firme en su espalda, la otra acariciando suavemente su cabello.

Seungmin intentó responder, pero otra arcada lo interrumpió, y volvió a vomitar. Chan lo sostuvo con más fuerza, su preocupación evidente.

"Tranquilo, mi amor, respira," susurró Chan, su tono ahora más suave, buscando calmarlo. Siguió acariciándole la espalda con movimientos lentos y circulares, intentando aliviar su malestar.

Seungmin se quedó unos segundos más así, con los ojos cerrados, tratando de regular su respiración. Finalmente, se enderezó, aún temblando ligeramente, mientras Chan lo ayudaba a levantarse y a sentarse en el borde de la bañera.

"Lo siento," murmuró el omega, con voz débil, limpiándose la boca con el dorso de la mano. "No sé qué me pasó..."

Chan negó rápidamente. "No te disculpes," dijo con una sonrisa tranquilizadora, aunque su preocupación seguía ahí, brillando en sus ojos. "Probablemente fue algo que comiste. ¿Te duele el estómago?"

Seungmin negó con la cabeza, aunque una ligera mueca en su rostro lo contradecía. "No, no... Solo fue... de repente. Me sentía bien hasta hace un momento."

El alfa lo observó con atención, analizando cada detalle. "Has estado un poco pálido estos días," comentó, todavía acariciándole el brazo suavemente. "Y recuerdo que anoche no tenías mucho apetito..."

Seungmin intentó sonreír, restándole importancia. "Seguro es solo el estrés del juicio, y... no sé, quizá comí algo que no me sentó bien."

Chan asintió, aunque no parecía convencido del todo. "Quizá deberías descansar hoy," sugirió. "Puedo encargarme de los niños y de lo que necesites."

El omega sacudió la cabeza, con una determinación suave pero firme. "No, estoy bien, de verdad. Además, si me quedo en casa, solo pensaré en el juicio y me estresaré más. Prefiero distraerme en el trabajo."

Chan suspiró, dándole una pequeña sonrisa comprensiva. "De acuerdo, pero si te vuelves a sentir mal, prométeme que me llamarás, ¿vale?"

"Lo prometo," respondió Seungmin, y su tono era serio, aunque una leve sonrisa cruzaba sus labios.

Accidentally Dad! (Chanmin) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora