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El bullicio de la feria era el telón de fondo perfecto para un día lleno de risas y alegría. El cielo despejado, el olor a algodón de azúcar y los sonidos de las atracciones contribuyeron a la atmósfera animada mientras el grupo caminaba por los coloridos puestos. Todos llevaban binchas con orejas de perrito que los niños habían insistido en comprar al llegar, y Changbin y Felix tenían la carita pintada, uno como un pequeño tigre y el otro como un conejo.

El aire estaba lleno de emoción, especialmente para los pequeños que no podían contener su entusiasmo. Chan sostenía a Felix en brazos, riendo ante los balbuceos del bebé mientras señalaba con su manita hacia todo lo que brillaba o se movía. Seungmin caminaba a su lado, con una sonrisa relajada en los labios al ver la expresión emocionada de Changbin, quien jalaba su mano y lo guiaba hacia un puesto de pesca de sorpresas.

"¡Vamos a pescar, mamá!" exclamó Changbin con esa energía inagotable que solo los niños parecen tener. Seungmin asintió, con una risa suave, mientras Chan lo siguió con Lix, que miraba todo con ojos brillantes.

Cuando llegaron al puesto, los cuatro parecían una imagen sacada de un retrato familiar. Chan dejó a Felix en el suelo, ayudándolo a mantenerse de pie mientras el bebé daba unos pasitos inseguros. Bin ya estaba listo con su caña de juguete, concentrado en atrapar una de las pequeñas figuras flotantes. Seungmin se inclinó para ayudarlo, su rostro relajado y lleno de ternura al animar a su hijo.

"Vamos, Binie, tú puedes. Sólo un poco más…" le decía, mientras Changbin, con la lengua asomando de concentración, lograba pescar una figura colorida.

"¡Lo logré!" gritó Changbin emocionado, mostrando su premio con orgullo.

Felix, por su parte, aplaudía torpemente con sus manitas, fascinado por la habilidad de su hermano mayor. Chan no pudo evitar reírse, agachándose para recoger al bebé y alzarlo en el aire, haciendo que el pequeño soltara una risa contagiosa.

"Lixie también quiere pescar," dijo Chan, haciéndolo rebotar ligeramente en sus brazos mientras el bebé reía y se agitaba, estirando sus bracitos hacia las figuras flotantes.

Seungmin los miraba con una mezcla de diversión y una calidez que no había sentido en mucho tiempo. Había algo tan simple y a la vez perfecto en esa imagen: Chan sosteniendo a Felix como si fuera lo más natural del mundo, Changbin a su lado mostrando orgulloso su premio, y el ambiente relajado y feliz que compartían. Por un momento, parecían una familia perfecta.

Después de unos intentos —y con mucha ayuda de Chan y Seungmin—, Felix logró “pescar” su propia figura, aunque más que pescarla, Seungmin tuvo que guiar su manito para que sostuviera la caña de juguete. Aún así, la expresión de alegría en su carita pintada de conejo hizo que todos rieran.

"¡Miren lo que consiguió Lixie!" dijo Chan, levantando la figura con entusiasmo mientras Felix aplaudía de nuevo, encantado con la atención que recibía.

La tarde continuó con más juegos y risas, con los niños emocionados de un puesto a otro, sus rostros iluminados por la emoción. Seungmin y Chan caminaban juntos, a veces compartiendo miradas fugaces.

En algún momento, se detuvieron en un puesto de algodón de azúcar, donde Chan se encargó de comprar una enorme nube rosa que pronto estuvo repartida entre todos. Felix terminó con azúcar pegada en sus mejillas y un mechón de cabello castaño, mientras Changbin disfrutaba de su parte con una sonrisa feliz.

"Estás hecho un desastre, Lixie," bromeó Seungmin mientras le limpiaba las mejillas con un pañuelo.

Chan, observando la escena, sintió una calidez en el pecho que no pudo ignorar. Ver a Seungmin así, tan relajado y feliz rodeado de sus hijos, le despertaba algo que apenas estaba comenzando a reconocer. No pudo evitar imaginarse más momentos como este, con ellos, como si fueran algo más que solo amigos compartiendo una salida.

Accidentally Dad! (Chanmin) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora