08

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El sábado había llegado más rápido de lo que Seungmin hubiera querido. Lo había mantenido ocupado hasta altas horas de la madrugada, queriendo arrancarse el cabello la mayor parte del tiempo, pero por fin había terminado.

Llevaba despierto desde las cinco de la mañana y no había comido más que medio croissant con una taza de té. Aun así, saber que lo único que quedaba era supervisar la cocina esa noche, era más que suficiente.

Había hablado con Bangchan un par de veces después del día del accidente en la escuela de Changbin, pero solo por cosas de trabajo. No supo qué decir en el momento en que su hijo le contó, emocionado, sobre la propuesta del alfa. Se sorprendió, pero después se enojó.

No entendía cuál era la intención de Chan al ofrecerse voluntariamente a asistir a una actividad para niños; donde habría niños, muchos niños, cuando se suponía que el alfa los detestaba. Se enojó porque, de ser simple palabrería de su parte, había ilusionado a Bin. No debió haber prometido nada sabiendo que no cumpliría su promesa. Eso sería el doble de doloroso para su hijo.

Ni quería ver la desilusión en los ojitos de su bebé cuando el bastardo no se presentara en la jornada de padres. Si eso ocurría, Seungmin lo buscaría y lo arrastraría de los pelos hasta que le pidiera disculpas a su hijo.


"No debiste prometerle nada si no vas a cumplir tu promesa." Seungmin se recostó en el respaldar. Estaba en su hora de almuerzo y había decidido llamar al alfa para aclarar todo ese asunto antes de que su hijo se hiciera más ilusiones de las que ya tenía.

Se había encargado de hablar con Changbin y explicarle que tal vez Bangchan estaría demasiado ocupado con su trabajo el día de la actividad académica. Pero su hijo le había asegurado que el alfa podría ir. Seungmin quería gritar barbaridades a la cara de Chan.

"¿Quién dice que no voy a cumplir mi promesa?" La voz del alfa salió lenta y rasposa. Seungmin tragó saliva y bajó la manga de su camisa para ocultar su piel erizada; lo atribuyó al frío del ambiente y no al tono del alfa.

"Bueno, todo de ti lo dice, de hecho." Tomó un poco de agua de su vaso.

Escuchó la risa del otro lado de la llamada, también el crujido del cuero, y supuso que estaría en su oficina o bien sentado en un sillón de cuero. "Me ofendes, Seungmin."

"¿Te ofende que te digan la verdad?" El omega se encontró riendo. Cuando se dio cuenta, borró rápidamente su sonrisa. "Hablo en serio."

"Yo también," le respondió. "Le prometí a tu hijo que humillaríamos a esos padres prejuiciosos, así que lo haremos."

El omega elevó una ceja. "¿Por qué te importa? Quiero decir, ¿no detestas a los niños?"

Se oyó un sonido de aceptación por parte de Chan. "Mmh, pero tu hijo me cae bien."

"¿De verdad?" Seungmin bufó. Tomó su palillo y revolvió un poco su comida.

"Sí, realmente. Changbin es interesante." Hubo un pequeño silencio entonces, y Seungmin se mordió el labio con nervios.

"Escucha... No he tenido tiempo de agradecerte por lo del otro día," dijo dejando sus palillos sobre una servilleta. Se llevó la mano libre hacia el brazo contrario, frotándolo un poco. "No tenías que hacerlo."

"No hay de qué." Podía jurar que Chan se encogió de hombros del otro lado. "Pero lo hice; y qué bueno."

Seungmin rió, esta vez no se contuvo. "Lo siento por eso..." Se mordió la mejilla interna. "Cuando se trata de mis hijos, pierdo completamente los estribos."

"Descuida, fue divertido. Recuérdame no hacerte enojar," se calló un momento, "menos ahora que ya no tienes por qué controlarte conmigo."

"Sí, te conviene no hacerme enfadar. Ya nada puede salvarte de mi ira." Esta vez es Chan quien se ríe.

Accidentally Dad! (Chanmin) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora