9. A fingir demencia

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Martin

Me despierto algo asustado por un ruido bastante fuerte cuyo origen desconozco. Veo los rayitos de luz que entran por la ventana y noto que estoy sudando. Normal. ¿Qué leches hago con el edredón por encima en septiembre con el calor que sigue haciendo en la calle? Cuando me incorporo de la cama noto como si algo me estuviese taladrando la cabeza. ¿Cuánto bebí ayer? No niego que lo necesitase, quería despejarme y por lo que parece lo conseguí. No soy mucho de beber tanto cuando salgo, pero cuando lo hago me doy miedo a mí mismo.

Después de un rato en el que creo que me vuelvo a dormir, vuelvo a abrir los ojos y me pongo de pie para ir a la cocina. Necesito urgentemente un vaso de agua y alguna pastilla para controlar esta resaca. Cuando llego, veo una espalda cuya fisionomía me resulta bastante familiar desde ayer.

-Te he despertado antes, ¿no? Perdona, estaba intentando sacar las cosas para preparar la comida y se me ha caído al suelo la tapadera de la olla. Qué ruido tan escandaloso hacen estos cacharros.

- Tranquilo. Es tarde ya de todas formas. ¿Y Paco?

-Con unos amigos. Todos los domingos por la mañana salen a almorzar y a echar unas partidas de dominó - asiento - ¿Cómo llevas la resaca? Te he dejado encima de la mesa un vaso de agua con la pastilla.

- Noto como si una manada de elefantes estuviese jugando al fútbol en mi cerebro. ¿Tanto bebí anoche? Madre mía.

- Bueno... un poquito si bebiste si – me sonríe de lado.

-¿Y esa cara? No me digas por Dios que hice mucho el ridículo. Cuando bebo soy un poco el borracho sinvergüenza. Suelo decir todo lo que se me pasa por la cabeza y cuando me cuentan las cosas al día siguiente tiendo a querer tirarme al metro.

- ¿De verdad no te acuerdas de nada? - me mira interesado.

Intento hacer memoria de toda la noche. Hay veces que no me acuerdo de nada y otras que me acuerdo de absolutamente todo.

A ver... recuerdo conocer a los amigos de Denna, el shock de ver a Juanjo en su casa, la conversación con él en el balcón, beber un par de chupitos, una copa, otra copa, otra, otra, otra.... ¡Por Dios!

Recuerdo también llega a la discoteca, bailar con las chicas, mirar mucho a Juanjo y moverme con más sensualidad a propósito para que no me quitase los ojos de encima, la conversación con Álvaro, ir con él al baño, entablar conversación con mucha gente, volver a la pista y ver a Juanjo, hablar con Juanjo....

Hablar con Juanjo. ¿Hablar con Juanjo? ¿Qué le dije a Juanjo? Y de pronto los flashbacks se me juntan de golpe en la cabeza.

"Si yo te viese a ti con otra persona ahora mismo creo que también me mosquearía"

"Sentí una conexión inquietante en nuestra conversación del balcón"

"¿Me pones el pijama?"

"Me gusta tanto tu nariz, te hace tan interesante"

¡Ahhhhhhhhhhhhhh!

Anda. Creo que es la primera vez que grito interiormente, no sabía que podía hacerlo.

Quiero que me trague la tierra en este mismo instante y me escupa en algún país cuyo nombre no sepa pronunciar. Quiero abrir la ventana y saltar. Bajar al metro y lanzarme. Golpearme la cabeza a propósito con la alcachofa de la ducha. ¿Qué dolerá menos?

-¿Martin? - me pregunta preocupado.

- Si ,si. Perdona. Estaba haciendo memoria. ¡Nada! No me acuerdo de nada. De absolutamente nada. Es uno de esos días en los que no recuerdo después de salir de fiesta. ¿Te lo puedes creer? Tengo calor. ¿Tú también tienes calor? Voy a darme una ducha rápida de agua fría. Hasta ahora. - y salgo corriendo hacia el baño después de soltar de forma desordenada, el conjunto de frases menos disimuladas de la historia.

All I AskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora