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Después de la conversación con Venom, la vida empezó a moverse rápidamente. Ahora estoy en un restaurante de comida rápida, y es uno de esos días en los que la rutina se siente diferente. Todos fuimos a comer, aunque decidí quedarme en el auto antes de que llegaran al restaurante. Ya habíamos hablado sobre cómo manejar mi presencia, así que Alex me presentó como "un viejo amigo del trabajo", alguien que no habla mucho y sufre de una alergia al sol, razón por la que no podía quitarme la capucha. Lucy, sin sospechar nada, simplemente me saludó y siguió con su día. Lo que me preocupaba, realmente, no era eso, sino la conversación que me esperaba.


Lucy y Tom se marcharon después de la comida para comprar zapatos. Mientras tanto, Alex, Clara y yo nos quedamos en el restaurante. Sabía que era el momento adecuado para hablar, así que le conté a Alex lo que hablé con Venom la noche anterior. Clara también se unió a la conversación, con su mirada de siempre, curiosa pero calmada.

—Venom y yo hemos decidido que queremos salvar vidas —dije, sin rodeos. El silencio de Alex me desconcertó por un segundo.

Alex me miró sorprendido, no porque no confiara en mí, sino porque creo que no esperaba que ambos, Venom y yo, hubiéramos llegado a esa conclusión tan rápido. Clara, por otro lado, no parecía tan sorprendida, pero sí interesada.

—Es interesante —dijo Clara—. Sabes, he visto cosas extrañas en la televisión. Vi cómo Iron Man detuvo un asteroide hace poco. Todo el mundo se asombró de cómo lo hizo. Pero... no todo es acerca de lo que haces, sino de cómo te ves cuando lo haces, ¿verdad?

Asentí lentamente. Ese era el problema que me mantenía alerta. Mi aspecto. No importa cuántas vidas salvara, siempre temía que la gente solo viera al monstruo. Y se lo hice saber a Alex.

—Es mi aspecto lo que más me asusta. Temo que las personas se asusten... que me vean como un monstruo —le confesé.

Alex sacó su celular y empezó a buscar algo. Me mostró algunos reportes de superhéroes. En la pantalla vi imágenes de Hulk, la Mole de los Cuatro Fantásticos, y Bestia, el mutante azul. Todos con apariencias aterradoras, pero lo que estaban haciendo... salvaban personas. Me quedé mirando por un rato, asimilando lo que significaba.

—Mira, Rex —dijo Alex, su voz firme pero comprensiva—. La apariencia no importa tanto cuando haces lo correcto. Pero si quieres hacer esto bien, vas a tener que entrenar. Aprender qué puedes hacer y por qué quieres hacerlo.

Sentí que mi corazón daba un vuelco al escuchar eso. Sabía por qué quería hacerlo. Recordé lo bien que se sintió ayudar a Lucy, salvar ese bebé... y cómo Venom se interesaba cada vez más en esas emociones. Nos estábamos conectando de una manera que nunca imaginé.

—Lo hago porque amo ayudar —dije, mi voz más firme ahora—. Y Venom... Venom está empezando a sentirlo también. Quiere sentir más de eso.

Antes de que pudiera seguir hablando, Clara intervino con una sonrisa.

—Bueno, si realmente van a hacerlo, ¿qué nombre piensas usar?

Miré a Alex por un momento. Venom había estado pensando en eso también.

—Venom me dijo que le gustaría que lo llamáramos Venomheart.

El Rugido de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora