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Recordar esa entrevista me hace sonreír. Fue un momento de revelación, tanto para mí como para Venom. Rachel Young comenzó el programa con su carisma habitual:

—Bienvenidos a *Héroes en la Ciudad*, soy Rachel Young, y hoy tenemos un programa especial con un invitado muy particular. A mi lado, mi compañero, Mark Travis —dijo, presentándolo.

Cuando llegó el momento de introducirme, la cámara se acercó a ellos, y Rachel sonrió ampliamente.

—Y tenemos aquí a nuestro héroe local... ¡Venom Heart! —dijo con entusiasmo. Se escucharon los aplausos de la audiencia y las cámaras se dirigieron hacia mí, enfundado en el traje de Venom completo, máscara incluida.

Venom respondió con calma.

—Gracias —dijo, con esa voz firme que le sale de manera tan natural.

La entrevista comenzó con preguntas sobre quiénes éramos y cómo llegamos hasta allí. Compartimos una versión simplificada de nuestra historia: yo, antes un perro normal, y luego la aparición de Venom, quien nos había cambiado para siempre.

—Caí de un pequeño asteroide —explicó Venom, casi con nostalgia—. Cuando el asteroide comenzó a desintegrarse en la atmósfera, quedé en mi forma pura. Aterricé en un árbol y... lo primero que encontré fue a un perro. Y así, juntos, surgió Venom Heart.

—Interesante —comentó Rachel, intrigada. Pero Mark tenía otros pensamientos.

—Entonces, ¿eres un perro mutado? —preguntó con una mirada crítica.

Venom no perdió la calma.

—Para ser exactos, soy un perro humanoide. Tuvimos que ajustar el cuerpo de Rex para lograr una forma que funcionara correctamente.

Mark, aún con tono burlón, trató de insistir.

—¿Y cuál es tu nombre verdadero? —preguntó.

Rachel lo interrumpió antes de que pudiera continuar:

—Mark, no seas tonto. Los héroes no revelan su identidad.

Ambos nos reímos junto a ella, aliviando un poco la tensión.

Después de hablar sobre mis primeros enfrentamientos con villanos y las razones de nuestra mudanza, Rachel hizo otra pregunta.

—¿Eras un perro callejero antes de fusionarte con el traje? —preguntó.

Negué con la cabeza, sintiendo orgullo en mi respuesta.

—No, en realidad tengo una familia. Protejo a mi familia todos los días.

Mark no pudo evitar hacer una pregunta más, esta vez con un tono irónico.

—¿Y me pregunto cuánto gasta en comida de perro al mes?

Venom respondió pacientemente.

—Nada. Porque como comida humana.

—¿Ah, sí? —Mark hizo una señal, y un asistente le acercó una copa de frutas y un tenedor—. Me gustaría ver cómo comes.

Rachel intentó intervenir:

—Mark...

—Es para la audiencia —insistió él, haciendo caso omiso.

Venom y yo intercambiamos una mirada y, con calma, tomé el tenedor y comencé a comer con cuidado. Mark nos observaba, asombrado, mientras yo le respondía.

—También sabemos cocinar, leer, escribir... y jugamos al ajedrez.

Rachel sonrió, impresionada.

—¡Yo también amo el ajedrez! Pero lamento que no tengamos tiempo para una partida.

La entrevista continuó, tocando el tema de nuestros rescates, el esfuerzo y las dudas que tuve en mis primeros días. Finalmente, Mark no pudo ocultar su molestia y formuló la pregunta más directa de la noche.

—¿Y por qué nos ayudas? —preguntó con un tono frío.

Me preparé para responder, pero Rachel intervino.

—Yo creo que es porque él es bueno —dijo con firmeza.

—Por favor, Rachel —Mark resopló—, ¿lo defiendes solo porque una vez te ayudó en el centro, cuando alguien intentó robarte el bolso?

Rachel lo miró fijamente y negó con la cabeza.

—No, Mark. Digo que es bueno porque... salvó a mi hijo.

De inmediato, el silencio se apoderó del estudio. Rachel respiró profundo, y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras relataba lo que había ocurrido.

—Estaba en el trabajo cuando me enteré de que el edificio donde vivo se estaba incendiando. 

Corrí, pero cuando llegué, ya era muy tarde. La niñera no había podido sacar al bebé, y mi esposo, quien es bombero, hizo todo lo posible para encontrarlo... —su voz temblaba—. Y entonces, vi cómo las ventanas se rompían y... Venom Heart salía con mi hijo en brazos. Se lo devolvió a la niñera, y ella se lo entregó a salvo a mi esposo.

Rachel sollozó brevemente y luego continuó, más firme.

—Él salvó a mi hijo. Por eso mi esposo lo ayudó en el parque... y si para ti eso no es suficiente para verlo como un héroe, Mark, entonces no sé qué más necesitas.

La cara de Mark reflejaba pura vergüenza, mientras Rachel se inclinaba y me daba un abrazo frente a todos, susurrándome un agradecimiento sincero. La entrevista terminó, y al regresar a casa, todos me recibieron con aplausos y abrazos.

Había sido una noche inolvidable.

El Rugido de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora