Dos días más tarde, Jungkook conducía de vuelta a su apartamento y, mientras aparcaba, escuchó en el garaje voces femeninas y de doncel. Quien le resultaba muy familiar...
—¡Hoseok!
—Hola, Jungkook dijo el, corriendo para abrazarlo.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Ahora vivo aquí. Leonora y sus amigas tenían una habitación libre.
Jungkook sentía como si se hubiera quedado sin aire. Aquello no podía estar pasando.
—Sube conmigo. Tenemos que hablar.
—No puedo. Leonora va a llevarme al trabajo.
—¿Y quién irá a buscarte?
—Taehyung. ¿A que es estupendo?
—No puedes vivir en ese apartamento, Hoseok. Esas chicas llevan una vida que no... Por favor, sé razonable. Vuelve al albergue.
—Me temo que no me aceptarían dijo Hoseok con tristeza. Me echaron por comportamiento «impúdico e indecoroso».
—¿Qué?
—Por tener hombres en mi habitación a las cuatro de la mañana explicó, con un suspiro de constricción que no lo engañó ni por un segundo.
—¿Hombres? ¿En plural?
—Bueno, en realidad, sólo era Taehyung. Pero, como dijo la señora Ebworth, una manzana podrida echa a perder a todas las demás. Luego fue muy amable, me dejó quedarme hasta las siete de la mañana para que se me pasaran los efectos de la orgía de alcohol.
—¿Pero ¿qué estás diciendo? exclamó Jungkook, aterrado.
—La señora Ebworth dijo que había alcohol por todas partes siguió el.
Jungkook lo miraba, sin dar crédito.
—Hoseok, tenemos que irnos intervino Leonora.
—¡Voy! Adiós, Jungkook. Ya nos veremos... algún día se despidió alegremente.
Taehyung estaba en casa, estirado en el sofá, mirando hacia el techo.
—Sólo dime una cosa empezó a decir Jungkook con una voz cargada de tensión. ¿Estabas en la habitación de Hoseok a las cuatro de la mañana?
—Pues sí contestó Taehyung.
—¿Haciendo qué? preguntó, furioso.
—Escuchándolo.
—¿No esperarás que te crea?
—Hoseok necesitaba hablar con alguien y tenía que salir de esa prisión.
—Gracias a ti siguió diciendo Jungkook con los dientes apretados lo han echado por ser una mala influencia para las otras chicas.
—Lo sé, rió Taehyung. A mí me parece divertidísimo.
—Claro, ya me imagino. ¿Y qué es todo eso de una orgía?
—Una botella de champán, en realidad explicó Taehyung. De las que tú conoces añadió, provocativamente.
—Supongo que lo pasaron bien riéndose de mí.
—Un poco.
—Me podía haber imaginado que causarías algún problema. ¿En qué estabas pensando cuando le hablaste de Leonora?
—¡No te pongas dramático! Sólo son unas chicas de su edad.
—Pero ese apartamento es una casa de lenocinio.
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Mi destino eres tu
RomanceJeon Jungkook no podía creérselo. El risueño y pecoso adolescente que no le había causado más que quebraderos de cabeza, llegando incluso a arruinar su vida amorosa, había vuelto a aparecer en su vida y él se veía obligado a cuidar de este pequeño d...