Cap. 20 Jungkook sentía que le dolía el corazón.

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Jackson llegó en un taxi, explicando que le había prestado el coche a su secretario. Por su expresión angustiada, Jungkook asumió que no había sido idea suya.

Jungkook había creído que Hoseok no sabría qué hacer, pero se había equivocado. Se había vestido y maquillado con tal esmero que estaba más guapo que nunca y casi se arrepentía de haber dicho que los dejaría solos. Pero no podía echarse atrás.

El chico parecía estar en el séptimo cielo, especialmente cuando vio la mesa en la que iba a cenar con su dios.

—No deberías haberte molestado le dijo a Hoseok. Y el tuvo la gracia de ponerse colorado.

Satisfecho con el aspecto de las cosas, Jungkook tomó su coche y se dirigió a Mainhurst, prometiendo antes ir a buscar a Jackson para llevarlo de vuelta al hotel. Como hubiera hecho un padre.

Para Jackson, era como estar en el cielo. Hoseok había decido portarse como un ángel con él y, mientras servía la cena vegetariana que Jungkook había preparado, sonreía y charlaba alegremente.

Parte de esa felicidad, sin embargo, desapareció cuando Hoseok le devolvió el colgante.

—No puedo aceptarlo, Jackson. Es precioso, pero demasiado caro.

—Por favor suplicó él. Consérvalo como un regalo de despedida. Ahora sé la verdad.

—¿Qué quieres decir? preguntó el.

—He estado engañándome a mí mismo y molestándote. No volveré a hacerlo.

—Oh, Jackson dijo Hoseok, con lágrimas en los ojos.

—Consérvalo, por favor insistió él, apretando el colgante en sus manos. Me hará feliz pensar que te lo pones de vez en cuando y piensas en mí con cariño.

—Siempre pensaré en ti con cariño, Jackson dijo el, con sinceridad. Pero me lo quedaré, si insistes.

—He estado hablando con Jungkook y me ha hecho ver las cosas con claridad.

—Supongo que habrá dicho cosas horribles sobre mí sonrió el.

—Una o dos, pero eso es sólo hacia fuera. Yo creo que, en realidad, él...

—¿Sí? preguntó el, sin aliento.

—Pues, yo creo que te quiere mucho. Como un padre.

—Sí, claro. Como un padre asintió el.

—Ha sido muy amable conmigo. Me ha contado que estuvo enamorado de un doncel a mi edad y que lo perdió.

—Sí, de mi hermano Jin.

—Pues yo creo que sigue enamorado de el.

—¿Te lo ha dicho él? preguntó Hoseok, sin mirarlo.

—No, pero hablaba de el como si fuera el único doncel de su vida. Dijo también que, si no había magia entre dos personas, no había nada que hacer. Y que no se podía dejar de amar a una persona sólo porque no estuviera enamorado de ti.

—Sí, suspiró Hoseok. Eso es verdad.

Jungkook volvió horas más tarde y miró de uno a otro. Al menos, no había habido ninguna escena, se decía, porque los dos parecían muy calmados.

—Te esperaré en el coche le dijo a Jackson, dejándolos solos. Jackson miraba con tristeza a su dios.

—No te preocupes, Hoseok. No volveré a molestarte.

—Ojala pudiera enamorarme de ti, Jackson. De verdad.

—Pero estás enamorado de otro, ¿verdad?

Mi destino eres tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora