Cap. 7 Deja de provocarme, Hoseok. He aprendido a no hacerte caso.

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Vas a derretir el reloj, si sigues mirándolo tanto observó Patsy.

—Son casi las dos de la mañana dijo Jungkook.

—Lo sé.

—Y aún no han llegado.

—Tú has llegado hace veinte minutos apuntó ella.

—Eso es diferente. No me gusta que salga con Taehyung.

—Hoseok es joven y ésta es su primera visita a Londres.

—Y ha salido tres veces la semana pasada recordó Jungkook, irritado.

—Pero no con Taehyung.

—No. Primero con un fotógrafo que quería hacerle un reportaje y después con un tipo raro que entrenaba ratones. ¡Y Hoseok quería que yo le buscara patrocinadores! ¿te lo puedes creer?

—¿Viste la cara de Hoseok cuando se dio cuenta de que solo estaba con el para llegar hasta ti? río Patsy.

—Se puso hecho una furia sonrió Jungkook. No creo que ese tipo vuelva por aquí, pero tampoco creo que el le eche de menos. Después, con ese Mac, el bailarín, para hacer planes. A mí no me gusta nada, pero Hoseok dice que forman una pareja divina. ¡Y ahora una cita con Taehyung!

—La verdad es que el chico sabe cómo divertirse, ¿no crees?

—Sabe cómo hacer que me salgan canas, desde luego.

— Jungkook, si no te gustan los hombres con los que sale, deberías salir tú con el.

—¿Cómo iba a explicarle eso a Jimin? Bueno, quizá podríamos salir los tres juntos...

—No, si quieres acabar vivo advirtió Patsy.

—Tienes razón.

Jungkook fue a su habitación para quitarse la chaqueta y, cuando volvió al salón, Patsy le puso en la mano una taza de cacao caliente.

—Cálmate de una vez dijo Patsy.

—Estoy calmado protestó él. ¿Por qué no iba a estarlo? Hoseok puede cuidar de sí mismo.

—Lo sé. Es un chico muy decidido.

—Si con eso quieres decir que sabe cómo hacer que los demás hagan lo que el dice, estoy de acuerdo.

—¡Jungkook! ¿No lo dirás porque me he tomado un día libre para ir con el de compras? Era lo mínimo que podía hacer después del desastre que organizó Horacio.

—¡Y encima eso! Ese gato odia a todo el mundo y, de repente, aparece Hoseok y lo adora.

—Todo el mundo adora a Hoseok, menos tú. Te estás volviendo un viejo cascarrabias advirtió Patsy.

Antes de que él pudiera contestar, oyeron risas en la puerta.

—. Ya están aquí añadió.

Las risas fueron seguidas de un largo silencio y la imaginación de Jungkook empezó a crear imágenes turbadoras. Obviamente, Taehyung lo estaba besando y Hoseok, el pobre, había caído en sus garras. El silencio se alargaba y Jungkook apretaba los puños sin darse cuenta.

—. Cuando entren, no dejes que vean lo alterado que estás.

—No estoy alterado replicó él.

Por fin oyeron el ruido de la puerta y unos murmullos mezclados con risitas cómplices. Después, más silencio y un gemido.

Aquello era una desgracia y Jungkook tenía que entrar en acción. Cuando encendió la luz del pasillo, los dos se apartaron con expresión culpable.

Parecían venir de la ópera o algo parecido porque iban muy elegantes. Hoseok llevaba un palazzo largo de color verde que la favorecía hasta gritar.

Mi destino eres tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora