Cap. 14 ¡Oh, Jungkook, Y yo lo he tratado como si fuera uno de tus amigos!

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Trabajaron durante una hora en el tema hasta que el señor Frayne mencionó el puesto vacante de ejecutivo.

—Pensé que este asunto estaría pronto resuelto. John quería retirarse antes de tiempo para disfrutar de su tiempo libre, pero ahora parece que lo ha pensado mejor. Tendré que hablar con él, convencerlo de que es hora de hacer cambios...

Hoseok también había hecho cambios, pero Wang no lo sabía, lo cual era una bendición. Si se enterase, era muy capaz de aparecer en su puerta...

—¿Perdón?

—Estaba diciendo que para ocupar el puesto es necesario no sólo talento, sino un toque de agresividad y capacidad para sorprender.

Wang era agresivo. En realidad, le resultaba raro que no hubiera ido a su casa a pedir explicaciones. Pero era inteligente; un día aparecería y tomaría a Hoseok por sorpresa...

—Sí, claro. Hay que sorprender murmuró Jungkook, perdido en sus pensamientos.

—Admito que la sorpresa no lo es todo decía el señor Frayne. Pero es algo que yo valoro mucho. La seriedad es vital, pero también es necesario un toque de originalidad. Bueno, y ahora veamos sus ideas sobre esta fusión añadió. Mientras hablaban, Jungkook se sentía esperanzado. Sabía que era famoso en el banco por su seriedad y el señor Fraynes hacía comentarios aprobadores sobre sus ideas. Veo que lo tiene todo atado.

¿Qué piensa sobre las reticencias de Hallam?

—Él está en una posición de fuerza porque Waines no tiene mucho tiempo para pensarlo contestó Jungkook. Le gustaría seguir solo, pero necesita nuestro apoyo y no estoy seguro de si deberíamos dárselo. ¿Puede darme un día para que lo piense con detenimiento?

Después de eso, hubo un silencio. Eric Frayne lo miraba fijamente y había algo en sus ojos que Jungkook no podía descifrar.

—Espero su respuesta mañana por la mañana dijo por fin. Por cierto, aquí está el estudio sobre la compañía de Hallam que me pasó el otro día. Muy serio, muy riguroso. Lo que esperaba de usted.

A pesar del cumplido, Jungkook tenía la impresión de que había metido la pata, pero no podía imaginar en qué había fallado.

 Después de la platica Jungkook, volvió a acordarse de Hoseok y decidió que hablaría con el para advertirle sobre la llamada de Wang.

Por la tarde fue directamente a la puerta trasera del club y esperó allí unos minutos hasta que las camareras empezaron a llegar, pero el no aparecía.

—Ha venido a ver a Hoseok, ¿verdad? preguntó una de las chicas. Me temo que ya no trabaja aquí. La semana pasada se torció un tobillo y el jefe lo despidió.

Mientras conducía de vuelta al apartamento, Jungkook iba pensando lo que le diría a aquel pequeño traidor cuando lo viera.

Pero cuando abrió la puerta, pálido y ojeroso, toda su determinación se evaporó.

—Pobrecito. ¿Te encuentras bien?

—Regular contestó, intentando sonreír.

Estaba solo en el apartamento y lo invitó a tomar un café.

—¿Cómo ha pasado?

—Me torcí un tobillo por culpa de los malditos tacones y el jefe me dijo que no necesitaba un papagayo cojo. Y entonces Mac... siguió diciendo el doncel con voz estrangulada consiguió una actuación, pero como yo no podía bailar se ha buscado otro compañero doncel. Dice que con el se entiende mejor añadió, desolado. Parecía tan abatida que Jungkook lo tomó en sus brazos para consolarlo. Oh, Jungkook, ¿por qué siempre lo estropeo todo?

Mi destino eres tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora