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La niña de 5 años al no saber qué hacer ante el llanto de su hermana ni como separarla de su madre empieza a gritar por ayuda a lo que el guardia entra inmediatamente encontrándose la escena de la reina muerta, con el vientre abierto por completo, las sabanas cubiertas de sangre y una pequeña niña con los brazos y el cuerpo curtidos de sangre sollozando mientras sostenía el cuerpo del bebe aún unido al cadáver.

- Por las hadas

Es lo único que atina a decir el hombre mientras el otro guardia que bordeaba la puerta entra, este reacciona inmediatamente buscando a las parteras mientras el primero en entrar camina despacio en dirección a Claennis la cual empieza a llorar más fuerte.

- No sabía que más hacer, mi mami murió y la bebe seguía adentro, tenía que salvarla no se me ocurrió otra cosa, discúlpame por cerrarte la puerta en la cara, en verdad perdón señor.

- O mi niña, no te preocupes por eso, todo está bien, ya vienen las doctoras ellas van a ayudar a tu hermanita.

- El señor Chispas se ensució mucho también, me podrías ayudar a limpiarlo por favor, es que no sé cómo quitar la sangre.

- Si pequeña, claro que te ayudaré.

El guardia rompió la manga de su chaqueta para poder limpiar la carita llena de mocos de la princesa la cual aún lloraba; las doctoras llegaron a la carrera, pero al ver qué era otra niña pusieron mala cara y solo cortaron el cordón umbilical de mala gana volviéndose a ir aún después de las súplicas de la niña porque revisarán al bebe en sus brazos.

Indignado ante el desprecio de las parteras el guardia tomo a ambas niñas en brazos sin siquiera pensar un momento en las consecuencias y las llevo al patio de la servidumbre donde en una pequeña carpa estaba su esposa rodeada por sus 5 hijos los cuales jugaban revolcándose entre la tierra o cazando lagartijas a pedradas.

La mujer al ver llegar a su esposo con las niñas cubiertas de sangre imagino lo peor, corrió hacia él mientras el llanto de ambas niñas llamaba la atención de los demás esclavos, ambos se dirigieron a su carpa donde Claennis entrego el bebe a la mujer que empezó a limpiarla con arena para eliminar los restos de sangre y vertía lava entre las piedras del pecho para que estas brillaran con más fuerza asegurando la vida de la recién nacida.

Mientras tanto la niña veía a su hermanita aun desde los brazos del guardia al cual se había aferrado rodeando su cuello con sus bracitos mientras se esforzaba por no llorar más.

- Gracias, muchas gracias.

Era lo único que podía repetir con la vos entre cortada mientras el hombre la arrullaba con cuidado.

- Debemos ir con mi papá, hay que avisarle que ella está aquí si no se va a enfadar y nos va a regañar, no quiero que los regañen, ustedes son muy buenos conmigo, por favor, vamos con mi papá mientras la señora bonita la cuida a ella.

- Pero tu papá se va a molestar si no llevamos a tu hermanita.

Digo la mujer con una sonrisa al ser llamada "señora bonita"

- No se va a molestar porque tú la estas cuidando, en cambio sí le pasa algo malo por moverla tanto sí se va a molestar, señora bonita, cuando vuelva ¿puede ayudarme a limpiar al señor Chispas? me da miedo cuando está bañado en la sangre de mi mami.

- A sus órdenes mi princesa.

La niña hizo amago de bajarse de los brazos del guardia cosa que este le permitió de inmediato, ella se dirigió hacia donde estaba la mujer que cuidaba a su hermana para sostener su rostro por las mejillas.

Villanos de una historia mal contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora