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PERSPECTIVA DE CLAENNIS

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- Más, quiero más.

- Como mi reina ordene.

Me respondió con su voz engrosada por el placer, abrí más mis piernas para brindarle más espacio, una oportunidad que él no desaprovechó, pero contrario a lo que pensé que haría se arrodilló, acomodó mis piernas en sus hombros ubicando su rostro en mi entrada y se levantó conmigo encima.

Apenas estaba intentando reponerme de la sorpresa cuando uno de sus venosos brazos se aferró a mi camisón arrancándolo de mi cuerpo de un tirón rasgándolo la tela y dejándome completamente desnuda sobre sus hombros, a su completa merced.

Sus manos se aferraron a mis glúteos antes de que una de sus manos golpeara uno de ellos dándome una palmada que no me esperaba y me hizo brincar, acercando mi entrepierna aún más a su rostro que sonreía ante mi reacción, iba a reclamarle cuando sentí su aliento cálido contra mí provocando que cada pequeña parte de mi cuerpo se estremeciera de deseo.

- Tomaré tanto de tu sabor, que tú misma volverás a mí suplicando que tome más de ti.

Ronroneo besándome el vientre y bajando hacia mi entrada, su aliento acariciaba esos labios que soltaban fluidos con la desesperante urgencia de ser atendidos, y como si mi alma entera lo estuviera esperando, abrió su boca hundiendo su lengua en mi sexo sin la más mínima pista de amabilidad, mi espalda se arqueó obligándome a sostenerme de su cabello para no caer, él reaccionó poniendo una de sus manos en mi espalda y con la otra apretando uno de mis senos robándome otro gemido.

Devoro mi sexo con extrema lentitud, saboreándolo y degustándolo como si quisiera conservar su sabor por más tiempo, los sonidos que su boca hacia saboreando y chupando mi piel recorrieron mi cuerpo estremeciéndolo por completo, me estremecí en un largo suspiro mordiendo mi labio inferior cuando apretó mi botón con el jugueteo de su lengua la cual se centró con más rapidez en ese punto volviéndome loca.

Los músculos de mi vientre se estremecieron cuando empezó a caminar, ni siquiera me dio tiempo de asustarme por eso cuando aumentó su jugueteo en mi clítoris llevándome al éxtasis con una maldita rudeza que poco me importó que pudiéramos caernos.

Mi cuerpo comenzó a temblar por el placer que me brindaba su boca consumiéndome, tire de sus mechones mientras inconscientemente empezaba a mover mis caderas contra su boca que desataba corrientes eléctricas que me deshacían y me tensaban volviendo mi cuerpo un manojo de nervios que se retorcían de placer.

Estuve al borde del infarto cuando sentí mi cuerpo caer de golpe aterrizando sobre la cama al tiempo que él se acomodaba sobre mí aún con mis piernas en sus hombros, con su mano izquierda empujo mi pecho contra el colchón masajeando uno de mis pechos del cual aún brotaba leche y pellizcaba mi pezón mientras su boca seguía saboreándome al tiempo que con su otra mano dos de sus dedos se empujaron dentro de mí arrancándome gemidos y jadeos.

Me devoraba con tanta bestialidad desatando descargas que estallaban en el centro de mi entrepierna, eran tantas y todas llegaban al mismo tiempo que no pude controlar el temblor en todo mi cuerpo, pero sobre todo en las piernas, mis ojos se voltearon hacia atrás mientras jadeaba llevándome a mi orgasmo el cual estallo en su boca.

Villanos de una historia mal contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora