EL LOCO DE LOS MIL MUNDOS

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Reino del viento 1528

Nurbanu estaba decidida a entrar a Cala Cala, Toussaint paso días explicándole a detalle el sistema del campo según lo que el mismo había observado, horarios, cambios de guardias, costumbres, distintas actitudes de los guardias y los elfos traidores del viento, le enseño a diferenciar entre distintos pájaros cuales serían los que él le enviaría, los pájaros con una pluma roja teñida la buscarían, pero no bajarían a tierra si no lo consideraban seguro, estos pájaros serían los que trasportarían el veneno.

Kosair examinaba desde la distancia el campo y sus alrededores buscando las plantas que Toussaint le había pedido, no fue complicado encontrarlas sin ser visto, si bien el terreno arenoso no le resultaba familiar tampoco le era completamente ajeno, cualquier cosa que tuviera raíces jamás rechazaría a un elfo del bosque.

Con lo que no contaba Kosair era con encontrar un hongo que rara vez crecía en su reino, pero de igual manera todos los niños debían conocerlo desde muy chicos por prevención, la nuez vómica era el fruto de un hongo prácticamente idéntico a un fruto seco, con la diferencia de que estas estaban malditas, atacaban directamente al sistema nervios provocando convulsiones y vómitos que acaban con sus víctimas de una a dos horas, bastaba con comer 20 gramos para acabar liquidado.

Para asegurarse de que realmente era eso machaco un poco con una piedra y se la puso en la raíz a una pequeña planta la cual casi de inmediato empezó a arrojar sus hojas hacia adentro, efectivamente eran las nueces malditas.

Al regresar a la cueva Nurbanu tenía el uniforme de una mujer del ejercito de fuego, en su ausencia los 2 elfos se dirigieron al campo de concentración, Toussaint le había mandado un mensaje a los presos los cuales en el cambio de guardia de la entrada interceptaron a una oficial alejándola del pelotón con la excusa de mostrarle un problema en los muros, cuando estuvieron fuera de la vista de los demás soldados la noquearon, abandonándola junto al muro, fue entonces cuando Toussaint y Nurbanu se pusieron en marcha, ella creando un incendio con las llamas de su melena que se extendió rápidamente causando una humareda, que oculto el tornado con el cual arrojaron el cuerpo al otro lado del muro.

Ya en la cueva el elfo del viento vertía agua en cada una de las piedras del cuerpo de la mujer mientras Nurbanu se ajustaba el látigo, las botas la hacían lucir más alta, su melena repeinada en una coleta a la altura de su nuca le brindaba dureza a sus rasgos, y la capa de malla metálica que debía ocultar las piedras de su pecho apagaban toda la luz que su cuerpo emitía, solo dejando la marca de su rostro como identificativo de que provenía de las tierra de los volcanes.

Kosair la observaba con asco, ese uniforme solo podía recordarle los días que estuvieron en el castillo de la reina encerrados en sus calabozos, era el mismo repugnante uniforme, solo que ahora también incluía una capa de malla a la cual no me encontraba un propósito claro.

- ¿Alguno de los dos conoce la nuez vómica?

Ambos elfos negaron con la cabeza mientras Kosair se paraba frente a Nurbanu mostrando el puñado de nueces de forma que Toussaint también pudiera verlas.

- Parecen nueces normales, pero producen convulsiones fuertes, si las repartes de a poco entre los guardias causaras problemas motores que no les permitirán moverse al igual que fuertes dolores, pero si comen más de 20 gramos la muerte es inevitable, no hay cura, en tan solo un par de horas caerán sacudiéndose en su propio vomito. Entra con ellas y ofrécelas a tus compañeros, si los guardias están enfermos los sistemas de torturas bajan.

- ¿Y qué me asegura que no sospecharan de mí?

- Eso ya es cosa tuya, busca la manera de dárselas sin que piensen mal, solo es mientras esperas a los pájaros.

Villanos de una historia mal contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora