Con los sueldos de los guardias pagados en su totalidad el pueblo entero se calmó, el miedo a que los guardias destruyeran todo a su paso se apaciguó y el ritmo de la vida cotidiana volvió, los mercaderes recibieron su parte por el carbón que había sido enviado a préstamo y más cargamentos de comida fueron adquiridos por el palacio y exportados a las tierras con mayor necesidad.
Los presos de la cárcel del norte fueron reclutados como constructores para edificios de ayuda en las zonas más vulnerables, esta vez pagados por las arcas personales de la princesa heredera la cual recibía una pensión de la herencia de sus padres para sus gastos personales, la princesa vendió sus joyas y vestidos finos, y puso a plena disposición su dinero para financiar esta causa.
No solo la comida era importante para una zona tan fría como el norte, debían de construir canales para que más lava circulara por esa zona, además los mendigos necesitaban hogares, las viudas trabajos para mantener a sus hijos, los hombres trasporte para moverse a la capital, y los niños escuelas y orfanatos donde los enseñaran y cuidaran, así al crecer serían elfos de bien leales a la corona, honrados y justos.
Mientras Claennis se encargaba de la caridad Nóbrac mitigaba las pequeñas revueltas que se formaron por el desorden, el muchacho de 15 años ya pasaba el metro ochenta y sus ojos azules resaltaban contra su piel morena con marcas de blanquecinas marcando su autoridad, no permitía que las leyes fueran ignoradas y no dudada en hacer cumplir la ley.
Era callado, bastaba solo su sombra para que la gente se comportara, había dejado una huella importante en los años que sirvió como soldado, además el legado que su padre seguía haciendo también le brindaba autoridad a él, su única arma era una espada como la de cualquier otro guardia, extremadamente afilada pero sin mayor valor monetario, la traía oculta tras la tela de su capa mientras caminaba por el pueblo pendiente a cualquier movimiento en falso.
Una mujer y un niño llamaron su atención, su ropa estaba rasgada y se veían sucios y débiles, aun así estaban vendiendo sus propias fuerzas, el niño gritaba que vendían fuego, mientras un hombre succionaba la lava de las piedras del cuerpo de la madre a cambio de una moneda.
- ¿Por qué están haciendo esto? Si muere dejará a su hijo a la deriva.- Si no va a comprar entonces deje en paz a mi madre, lo que nosotros hagamos no es de su incumbencia.
- Si termina muerta probablemente tú termines siendo un ratero, entonces empezarás a ser de mi incumbencia ¿Cuál es el problema que tienen? Quizás podría ayudarlos.
- Mi padre hoy nos echó de nuestra casa, necesitamos dinero al menos para no pasar esta noche en la calle, mañana a primera hora buscaremos trabajo.
El niño bajo la cabeza asustado, apenas caía la noche los bandidos empezaban a salir a las calles, las mujeres que estaban solas en las calles peligraban al igual que los niños, necesitaban urgentemente encontrar donde refugiarse, estaban asustados y desesperados.
- Levanta la cabeza, no tienes motivos para bajarla ¿Dónde está tu padre? ¿Por qué los echaron?- ¿Quién es usted? ¿Qué es lo que quiere?
- Eso es irrelevante, lo importante es que quiero ayudar, ahora llévenme con el padre del niño.
Los tres caminaron en dirección a las afueras de la ciudad, las casas de esa zona eran más humildes que las del centro, aun así tenían buena cercanía con un volcán y gozaban de las comodidades necesarias, en una de las casas un hombre se asomaba a la puerta y apenas vio a la mujer salió furioso del lugar.
- ¿Acaso no les dije que no deseaba volver a verlos? ¿Qué HACEN AQUÍ?
El hombre se lanzó contra la mujer que ya había abrazado al niño para defenderlo con su propio cuerpo cuando el muchacho moreno con manchas de vitíligo en la piel se interpuso entre la mujer y el hombre.
- Esto no es tu problema NO TE METAS.- La señora dice que la ha golpeado y que los echó a ambos a la calle incluso cuando estaba a punto de oscurecer ¿Es eso cierto?
- No te incumbe, es mi esposa y puedo hacer con ella lo que se me plazca, no tiene nada que ver contigo.
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Villanos de una historia mal contada
FantasySoy la legítima heredera, soy la prueba viviente del imperio y si para proteger mis derechos y los de mi pueblo debo trasformarme en el villano de tu historia, entonces no dudes que arrasaré con tu mundo, al fin y al cabo, no importa que tan buena p...