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Reino del fuego 1510

La reina Claennis no solo brindo fuerza y estabilidad al reino, sino la tranquilidad al pueblo al darles cinco príncipes y cuatro princesas, todos sanos y fuertes, primero dos morochos los cuales ya contaban con 12 años Audaz y Vulcán, su tercer príncipe de 10 años Edan, las primeras gemelas Akira y Hestia de 9, el cuarto príncipe Nuriel de 7, la princesa Ember de 5 años y su último embarazo el cual había sido nuevamente de morochos, una niña y un niño, Zarite y Aidán de un añito cada uno.

Incluso después de los numerosos embarazos la reina seguía conservando su belleza acompañada de la madurez, sus 25 años le habían brindado una gran sabiduría, los habitantes del reino se sostenían en ella y hacían largas filas cuando una vez a la semana Claennis recorría el reino de punta a punta para escuchar personalmente a su pueblo y atender los albergues por propia mano.

- La reina está bendita, le ha dado 9 hijos al rey y aún sigue conservando su belleza, si las hadas lo quieren tendremos más herederos y años prósperos.

- Ha logrado mantener enamorado al rey, incluso después de los años no ha entrado ninguna concubina y el harén permanece cerrado, la reina tiene al rey encantado.

Esos eran los rumores que circulaban por el reino, y efectivamente el rey seguía plenamente enamorado de su reina, al punto de que había roto las leyes ancestrales por ella poniéndole una silla en la mesa del concejo, la reina asistía a todas las reuniones, a veces incluso cuando el rey no podía asistir lo hacía ella y su presencia representaba a la corona, su opinión valía tanto como la del rey y si bien el concejo en inicio se había opuesto rotundamente a esta decisión, tuvieron que aceptarla, el rey era inflexible en cuanto a revocar su decisión.

Ahora Claennis no solo aconsejaba, sino que ella misma planteaba sus ideas frente a aquellos hombres soberbios del consejo que resignados aceptaron su presencia tragándose su odio hacia ella, la reina demostraba cada día no solo merecer su lugar en la mesa sino su gran inteligencia, ya que desde pequeña había estudiado arduamente en las materias de política, economía, geografía, idiomas, estrategia militar, historia y magia y ya en su juventud se había perfeccionado recibiendo clases de su antiguo pretendiente, ahora maestro de sus hijos, amigo y concejero.

Ella personalmente era la que se encargaba de todo él tema fronterizo y la que entregaba los balances generales porque a diferencia de los demás hombres en esa mesa ella si hablaba el idioma de los lobos y podía comunicarse con ellos sin la necesidad de ningún traductor, además estaban considerando la opción de una expansión con las pequeñas islas cercanas por canales subterráneos y así evitar la entrada de elfos del viento.

En este tema el que hacía más énfasis era el rey y su padre, el capitán de la guardia el cual mandaba sus balances al concejo, ya que incluso con la creación de las fronteras los elfos del viento seguían intentando una invasión forzada, sus intentos al inicio inútiles empezaban a causar estragos en los gigantes los cuales debían despertar con más frecuencias por ataques considerables y poco a poco empezaban a desgastarse ameritando cambios constantes. Si las cosas seguían a ese ritmo las fronteras ya no serían suficientes y los elfos del viento acabarían invadiéndolos.

Había dos opciones sobre la mesa, aumentar la seguridad o avanzar en una guerra para detener el avance permanentemente, Nóbrac era partidario de la guerra inmediata, pero Claennis insistía en la espera, no se puede entrar a una batalla si no tienes la plena seguridad de tener todas las herramientas para ganarla, aún no se conocía cuál era el punto débil del viento y era imprescindible saber en dónde atacar, las guerras largas traían muchos estragos para la población, se perdían muchas vidas y recursos y el pueblo pasaba demasiadas penurias, era necesario un ataque certero directo al cuello.

Villanos de una historia mal contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora