El primer rayo de sol de la mañana iluminaba la habitación de Katsuki Bakugou, pero él no estaba listo para despertar. Había pasado la noche en vela, dando vueltas en la cama mientras su mente revivía el encuentro inesperado con Izuku Midoriya. Aunque había pasado tiempo desde su último enfrentamiento con su antiguo compañero, el recuerdo de esa noche seguía fresco en su mente, mezclado con sentimientos de arrepentimiento y una inesperada atracción.
Katsuki se sentó en la cama, mirando el suelo con una expresión de determinación. El pensamiento de haber encontrado a Izuku en esa situación, como villano, lo había sacudido profundamente. Sentía que había dejado algo sin resolver y estaba decidido a arreglar las cosas.
—No puedo seguir así —murmuró Katsuki para sí mismo, su voz cargada de frustración—. Necesito hablar con él. No puede seguir siendo así.
Se levantó de la cama, vistiéndose rápidamente con su uniforme heroico. Mientras se preparaba para el día, no pudo evitar recordar cómo Izuku había cambiado. La última vez que lo había visto, había sido un joven con sueños y esperanzas, pero ahora, en el callejón esa noche, se había convertido en algo más. Algo que, a pesar de la circunstancia, no podía negar que era impactante.
—Maldita sea, ¿qué le ha pasado? —se preguntó Katsuki mientras se miraba en el espejo, ajustando su cinturón. Recordaba a Izuku como un niño delgado y nervioso, pero el Izuku que había visto esa noche era diferente. El villano frente a él estaba más seguro de sí mismo, y su apariencia reflejaba una actitud madura y decidida.
Katsuki se sonrojó al recordar el rostro de Izuku en el callejón. No solo había sido su actitud y su presencia, sino también su apariencia. Izuku había crecido y cambiado de maneras que Katsuki no había anticipado. La visión de Izuku con su traje de villano, con la camiseta blanca y el chaleco negro, había hecho que Katsuki se sintiera incómodo de una manera inesperada.
—¡Tienes que dejar de pensar en eso! —se reprendió a sí mismo mientras salía de su apartamento. Aunque su rostro estaba rojo por la vergüenza y el enojo, había una determinación en sus ojos. Sabía que necesitaba confrontar a Izuku y, al menos, intentar entender qué había pasado.
La ciudad estaba despierta cuando Katsuki salió a la calle, y el bullicio del tráfico y la gente le dieron un pequeño consuelo. Caminó con rapidez hacia la estación de policía para hablar con sus compañeros y obtener información sobre los recientes movimientos de la Liga de Villanos. Quería estar seguro de que estaba siguiendo el rastro correcto y de que no estaba a punto de enfrentar a Izuku en un momento inapropiado.
—Bakugou, ¿qué haces aquí tan temprano? —preguntó uno de sus compañeros héroes al verlo entrar en la estación, notando la expresión seria en su rostro.
—Nada de tu incumbencia —gruñó Katsuki, restando importancia a la pregunta mientras se dirigía a una de las mesas de información—. Solo necesito información sobre la Liga de Villanos.
Mientras revisaba los informes, Katsuki no podía dejar de pensar en Izuku. Sabía que debía abordar el asunto con cuidado, especialmente si deseaba obtener respuestas y, tal vez, redimir parte del dolor que había causado.
—Maldita sea, ¿qué es lo que estoy haciendo? —se preguntó en voz baja, su frustración clara. No podía negar que la necesidad de entender y, tal vez, hacer las paces con Izuku era algo que le pesaba en el corazón. A pesar de sus sentimientos encontrados y el cambio en su antiguo amigo, la imagen de Izuku seguía teniendo un impacto profundo en él.
Katsuki se centró en el trabajo durante el resto del día, pero su mente seguía volviendo a ese encuentro. Estaba decidido a encontrar una manera de hablar con Izuku, no solo para entender lo que había pasado, sino también para enfrentar los sentimientos y la culpa que lo atormentaban.
Al final del día, mientras el sol se ponía en el horizonte, Katsuki se dirigió a un lugar conocido, el mismo callejón donde había visto a Izuku. Esperaba que, si era lo suficientemente persistente, pudiera encontrar una oportunidad para hacer lo que había estado pensando durante todo el día.
—Izuku, nos vemos pronto —murmuró Katsuki para sí mismo, mientras se preparaba para lo que sería un enfrentamiento cargado de emociones no resueltas.
Con una última mirada a la ciudad que se oscurecía, Katsuki se adentró en el callejón, esperando que la confrontación con Izuku pudiera proporcionar las respuestas y el cierre que ambos necesitaban.
ESTÁS LEYENDO
El laberinto de la Culpa - Katsudeku
Science FictionIzuku, atormentado por el maltrato de Katsuki y su propia sensación de insuficiencia, se encuentra atrapado en un ciclo de autodesprecio y culpa. Al no recibir la ayuda que necesita, comienza a perder la fe en sí mismo y en su sueño de convertirse e...