En la oscuridad lúgubre de la base subterránea de la Liga de Villanos, un aire pesado y tenso lo llenaba todo. La mesa en el centro del cuartel estaba cubierta de planos, esquemas de edificios y mapas detallados de la ciudad. Una luz amarillenta colgaba del techo, parpadeando débilmente mientras los miembros de la Liga de Villanos se reunían alrededor de Shigaraki, esperando instrucciones.
Izuku estaba de pie cerca de una pared, observando en silencio. Habían pasado meses desde que fue aceptado completamente en la Liga, y a lo largo de ese tiempo, había demostrado ser un activo valioso. Ya no era el niño indefenso que la sociedad había despreciado. Ahora tenía un propósito, una familia que lo había aceptado tal y como era. Sin embargo, había algo en el aire esa noche que lo inquietaba. Algo grande estaba por suceder.
—Esta vez, no será un simple mensaje —dijo Shigaraki, su tono lento y calculado mientras pasaba los dedos por el mapa. Su expresión, bajo esa máscara de quietud, era de pura determinación. Sus ojos rojos brillaban con una mezcla de emoción y violencia contenida—. Esta vez, vamos a destrozar su falsa seguridad.
Toga, sentada en una esquina de la mesa con una sonrisa traviesa, inclinó la cabeza hacia un lado, sus ojos centelleando con interés.
—¿Dañar héroes? ¿Dejar que se desangren? —susurró con su habitual tono dulce pero perturbador.
—No solo héroes. Héroes, civiles… cualquiera que se interponga en nuestro camino —respondió Shigaraki, golpeando el mapa con un dedo—. La ciudad está confiada en que sus Pro-Héroes la protegerán. Pero no estarán preparados para lo que les tenemos preparado.
Sacó una carpeta gruesa y la arrojó sobre la mesa. Al abrirla, Izuku pudo ver imágenes de Nomus—esas monstruosidades creadas artificialmente, armas vivientes diseñadas para causar caos. Los Nomus habían sido una de las armas más poderosas en manos de la Liga, y ahora, Shigaraki estaba planeando usarlos a gran escala.
—Estos Nomus son versiones mejoradas —dijo Shigaraki con una sonrisa torcida—. Son más rápidos, más fuertes, más difíciles de controlar, pero su devastación será mucho mayor. Tenemos a varios listos para ser liberados en el momento adecuado.
Spinner, quien estaba apoyado en la pared opuesta a Izuku, frunció el ceño.
—¿Cuál es el plan, entonces? ¿Qué ciudad vamos a atacar? —preguntó, cruzándose de brazos, interesado en el enfoque táctico que Shigaraki propondría.
Shigaraki se detuvo un momento, disfrutando del suspenso antes de señalar el corazón del mapa.
—Vamos a golpear en Hosu. Es una ciudad importante, pero no tiene tantos héroes Pro como otras grandes metrópolis. Si atacamos en el momento adecuado, con los héroes distraídos o dispersos, podemos causar caos sin que tengan tiempo de reagruparse. Los Nomus harán el trabajo inicial, y cuando el pánico se extienda, nosotros entraremos para hacer el verdadero daño.
Izuku sintió una oleada de emoción y nerviosismo al escuchar las palabras de Shigaraki. Hosu. Había escuchado sobre la ciudad muchas veces. Era conocida por ser un lugar pacífico, pero ahora estaba a punto de ser transformada en un campo de batalla.
—¿Y cuál es nuestro papel? —preguntó Izuku, su voz baja pero firme. Sentía una mezcla de responsabilidad y adrenalina. Este sería su primer ataque real como parte de la Liga, una prueba de todo lo que había aprendido desde que se unió.
Shigaraki lo miró, y una sonrisa lenta se extendió por su rostro.
—Deku, tú serás clave en esto. Tu trabajo será asegurarte de que los héroes que aparezcan no interfieran con nuestros Nomus. Sabemos que no tienes un Quirk, pero eso no importa. Has demostrado ser capaz de manejarte en combate, y más que eso, tienes una mente estratégica que será esencial en el campo de batalla.
Izuku asintió, su corazón latiendo con fuerza. Era su momento.
—Yo lo haré —respondió con confianza, sabiendo que no fallaría.
—Perfecto —dijo Shigaraki, girando hacia los demás—. Spinner y Compress, ustedes serán los encargados de la distracción. Lleven a los Nomus a puntos estratégicos de la ciudad y libérenlos cuando estén en posición. Toga, Twice, ustedes se infiltrarán en áreas civiles para maximizar el caos y distraer a los héroes con los civiles en peligro.
—¡Oh! ¡Eso suena divertido! —gritó Toga emocionada, dando un pequeño giro en su asiento—. Me encanta cuando todo el mundo corre gritando.
Twice asintió rápidamente, su personalidad dividida brotando de forma errática.
—¡Podemos hacer esto! ¡No, no podemos! ¡Sí, claro que podemos! ¡Sí, sí, claro! —su cuerpo vibraba con entusiasmo y nervios.
Shigaraki extendió los brazos hacia el mapa, mostrando con claridad su estrategia.
—El objetivo es claro. No se trata solo de causar destrucción. Se trata de enviar un mensaje. Los héroes ya no pueden mantener a la gente segura. No hay esperanza en ellos. Y cuando la sociedad comience a desmoronarse, nosotros seremos los que quedaremos en pie.
Izuku observó el mapa de Hosu con intensidad. Sabía que este ataque era mucho más que una simple misión. Para él, este sería el paso final para demostrar su lealtad absoluta a la Liga. Aquí, en medio del caos, sería donde su verdadero propósito como villano se solidificaría.
El ambiente en la sala se volvió más denso a medida que el plan cobraba forma. Las imágenes de los Nomus, la ciudad marcada para la destrucción y el claro deseo de Shigaraki por ver el mundo arder hacían que cada miembro de la Liga sintiera el peso de lo que estaba a punto de suceder.
—Nos movemos en tres días —anunció Shigaraki con frialdad—. No quiero errores. Haremos que esta ciudad caiga y que los héroes se queden paralizados de miedo. Esta es nuestra victoria.
Con eso, la reunión terminó, y los miembros comenzaron a dispersarse lentamente. Izuku se quedó un momento más, observando el mapa mientras su mente se llenaba de pensamientos contradictorios. Había tomado su decisión hace tiempo, pero después del reciente encuentro con Bakugou, algo dentro de él se sentía… incompleto. No podía permitirse pensar en eso ahora.
Se apartó del mapa y salió al pasillo oscuro, listo para lo que vendría. En Hosu, la sociedad vería lo que la Liga era capaz de hacer.
No habría vuelta atrás.
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El laberinto de la Culpa - Katsudeku
Fiksi IlmiahIzuku, atormentado por el maltrato de Katsuki y su propia sensación de insuficiencia, se encuentra atrapado en un ciclo de autodesprecio y culpa. Al no recibir la ayuda que necesita, comienza a perder la fe en sí mismo y en su sueño de convertirse e...