30. Coqueteos

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La vida en la base de la Liga de Villanos continuaba con su rutina habitual de planificación y preparación para futuros ataques. Sin embargo, para Izuku Midoriya, los días se arrastraban lentamente. La rutina diaria y las tareas asignadas por Shigaraki se volvían cada vez más tediosas, especialmente porque su mente estaba constantemente ocupada por los encuentros nocturnos con Katsuki Bakugou. Cada momento que pasaba en la base le parecía interminable, ya que solo deseaba que llegara la noche para poder encontrarse nuevamente con Kacchan.

Finalmente, después de una semana llena de esperas ansiosas, la noche llegó. Izuku se preparó con anticipación, vistiendo su traje de villano con cuidado y preparándose mentalmente para el encuentro que tanto había esperado. Mientras caminaba hacia el lugar donde solían encontrarse, no pudo evitar sonreír al imaginar las posibilidades de la noche.

Cuando llegó al parque, el ambiente nocturno estaba impregnado de la misma frescura y tranquilidad que antes. Esta vez, sin embargo, la atmósfera parecía aún más cargada de anticipación. Izuku se acomodó en el banco habitual y esperó, su corazón latiendo con fuerza por la emoción.

Poco después, Bakugou apareció, su figura destacándose en la penumbra. A pesar de su fachada dura, su rostro mostraba un atisbo de diversión cuando vio a Izuku.

—Hey, Deku. —saludó Bakugou, su tono cargado de picardía—. ¿Cuánto tiempo pensabas que me harías esperar?

Izuku se levantó del banco y se acercó a Bakugou, su sonrisa traviesa no se desvaneció. —No te preocupes, Kacchan. No me había dado cuenta de que eras tan impaciente. —dijo con un tono coqueto—. Aunque debo admitir que estaba ansioso por verte.

Bakugou levantó una ceja, disfrutando del juego. —¿Ansioso, eh? No me digas que estás contando los días hasta nuestras pequeñas reuniones nocturnas. —dijo mientras se acercaba a Izuku, su voz cargada de un tono seductor—. ¿O es que te has acostumbrado a mi compañía?

Izuku se sonrojó, tratando de mantener la compostura. —Bueno, es difícil no acostumbrarse cuando tienes a alguien tan... interesante en tu vida. —respondió con un toque de desafío—. Aunque debo admitir que tus bromas siempre son una sorpresa.

Bakugou soltó una risa baja, acercándose aún más. —Interesante, ¿eh? Me alegra escuchar eso. —dijo mientras le daba un suave toque a la mejilla de Izuku—. ¿Sabes? Hay algo que quiero proponerte. ¿Qué te parece si, en lugar de quedarnos aquí en el parque, vamos a mi departamento? Podríamos tomar algo y charlar un poco más. Creo que sería divertido.

Izuku se quedó sorprendido por la invitación, el sonrojo en sus mejillas intensificándose. La propuesta de Bakugou era inesperada, pero también emocionante. —¿Tu departamento? —repitió, su tono titubeante—. ¿No estás preocupado de que te descubran con un villano en tu casa?

Bakugou sonrió de manera seductora. —No te preocupes, soy muy bueno para mantener las cosas en secreto. —dijo mientras daba un paso hacia atrás y señalaba el camino—. Así que, ¿qué dices? ¿Aceptas mi invitación?

Izuku vaciló por un momento, la emoción y la tentación compitiendo en su mente. Finalmente, una sonrisa juguetona apareció en su rostro. —Bueno, ¿quién soy yo para rechazar una invitación de un héroe tan guapo? —dijo mientras se acercaba a Bakugou—. Vamos, Kacchan. Muéstrame lo que tienes.

Bakugou, satisfecho con la respuesta, tomó la mano de Izuku y lo guió hacia su departamento. Mientras caminaban, la conversación entre ellos estaba llena de bromas y coqueteos, con cada palabra y gesto cargado de una tensión juguetona.

Una vez en el departamento de Bakugou, la atmósfera se volvió aún más íntima. El lugar estaba decorado con un estilo masculino y moderno, con luces tenues y una barra de bebidas bien surtida. Bakugou invitó a Izuku a sentarse en el sofá mientras él preparaba las bebidas.

El laberinto de la Culpa - Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora