6. Fricciones internas

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El cuartel de la Liga de Villanos estaba en un estado de animada actividad después del exitoso sabotaje a la operación de los héroes. La sensación de victoria estaba en el aire, y los miembros del grupo se movían con una energía renovada. Sin embargo, debajo de la superficie de celebración, las tensiones comenzaban a surgir.

Izuku Midoriya, con sus nuevas habilidades y su renovado sentido de propósito, se estaba integrando cada vez más en la dinámica del grupo. Pero a medida que pasaba el tiempo, se daba cuenta de que su presencia no era aceptada de manera uniforme entre todos los miembros de la Liga. Las fricciones internas eran inevitables en un grupo tan diverso y complicado.

En una de las noches, mientras los miembros del grupo se reunían para discutir sus próximos pasos y estrategias, un ambiente de tensión comenzó a formarse. Shigaraki estaba en el centro de la sala, sus ojos en el plano de una operación futura. Izuku estaba sentado en un rincón, observando y esperando su turno para hablar.

Dabi, que siempre había sido crítico con los nuevos miembros, estaba especialmente callado, sus ojos evaluando a Izuku con una mezcla de desconfianza y curiosidad. Toga, por otro lado, parecía interesada en Izuku, pero su entusiasmo a veces chocaba con la severidad de Dabi.

—Bien, vamos a planificar nuestra siguiente operación —dijo Shigaraki, rompiendo el silencio. —Necesitamos consolidar nuestras posiciones y asegurar nuestras metas a largo plazo. Izuku, tienes algún aporte sobre lo que hemos discutido?

Izuku se levantó, sus ojos centrados en Shigaraki. —Sí, he estado pensando en cómo podemos usar la reciente victoria para aumentar nuestra influencia. Podríamos aprovechar el caos que hemos causado para reclutar a más seguidores descontentos con los héroes y la sociedad en general. La desilusión con el sistema puede ser una herramienta poderosa.

El comentario de Izuku fue recibido con miradas mixtas. Toga asintió, entusiasmada por la idea de atraer más seguidores. Sin embargo, Dabi frunció el ceño, sus ojos fijos en Izuku con un aire de desdén.

—¿Y qué pasa si la gente no está interesada en seguirnos? —preguntó Dabi con un tono sarcástico. —No somos exactamente un grupo de moda. Y, sinceramente, tus ideas sobre "reclutar" suenan como si estuvieras intentando vendernos como un producto.

Izuku sintió un ardor en su pecho ante la burla de Dabi, pero se mantuvo firme. —No se trata de vendernos. Se trata de mostrar que somos una fuerza que no puede ser ignorada. La gente está cansada de los héroes y de cómo se manejan las cosas. Solo necesitamos demostrar que somos una alternativa viable.

La tensión en la sala aumentó. Shigaraki, al notar la fricción, intervino con su característica calma calculadora. —Todos tienen puntos válidos. Lo importante es que trabajemos juntos para alcanzar nuestros objetivos. Izuku, me gusta tu idea. Dabi, quizás debas considerar que las cosas pueden cambiar si le damos una oportunidad a nuevas estrategias.

Después de la reunión, Izuku se dirigió a su habitación, pensando en la creciente animosidad de Dabi hacia él. Aunque sabía que las dinámicas de grupo podían ser complicadas, la actitud de Dabi le preocupaba. No estaba dispuesto a dejar que las fricciones internas interfirieran con sus objetivos.

Esa noche, mientras Izuku trataba de relajarse en su habitación, escuchó un suave golpeteo en la puerta. Al abrir, encontró a Toga, que había venido a hablar con él.

—¿Puedo entrar? —preguntó Toga con una sonrisa amigable.

Izuku asintió, permitiéndole la entrada. Toga se sentó en la esquina de la habitación, mirándolo con interés.

—Quería hablar contigo sobre lo que pasó en la reunión —dijo Toga. —Sé que Dabi puede ser un poco... difícil. Pero creo que tienes una buena idea, y no todos aquí piensan que tus propuestas son malas.

Izuku se relajó un poco al escuchar sus palabras. —Gracias. Solo estoy tratando de encontrar la manera de hacer que la Liga sea más fuerte. No quiero que las fricciones internas nos detengan.

Toga asintió, sus ojos brillando con comprensión. —Lo sé. A veces, Dabi y otros pueden ser un poco gruñones, pero la mayoría de nosotros estamos aquí porque creemos en algo. No dejes que te desanime. La Liga necesita tu entusiasmo y tus ideas.

Izuku sonrió ligeramente. —Aprecio tus palabras, Toga. A veces, es difícil mantener la motivación cuando parece que estamos nadando contra corriente.

Toga se levantó para irse, pero antes de salir, le dio a Izuku una última mirada alentadora. —Recuerda, todos aquí tienen sus propias luchas y pasados. Lo importante es que estemos unidos en nuestro objetivo. Sigue adelante, y no dejes que nada te detenga.

Izuku observó cómo Toga se alejaba, sintiendo una mezcla de gratitud y determinación. A pesar de las dificultades y las tensiones, sentía que su lugar en la Liga de Villanos estaba fortaleciéndose. No iba a permitir que las diferencias internas socavaran su objetivo de venganza y cambio.

Esa noche, mientras el cuartel se sumía en el silencio, Izuku se recostó en su cama, sus pensamientos llenos de planes y estrategias. Estaba decidido a superar los obstáculos y a demostrar que su camino era el correcto. La venganza contra los héroes seguía siendo su principal motivación, y no permitiría que las fricciones internas lo desviaran de su propósito.

Con una sensación de resolución renovada, Izuku cerró los ojos, preparándose para enfrentar los desafíos que se avecinaban. Sabía que el camino sería difícil, pero estaba listo para seguir adelante, con la firme convicción de que la Liga de Villanos era su verdadero hogar y que su lucha apenas comenzaba.

El laberinto de la Culpa - Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora