27. Casualidad

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Tres días después de su encuentro nocturno, la ciudad había vuelto a su rutina habitual. Las calles estaban llenas de personas que iban y venían, ajenas a las tensiones y secretos que se ocultaban en las sombras. Izuku Midoriya, conocido ahora como Deku dentro de la Liga de Villanos, se había encargado de sus tareas diarias y estaba listo para una nueva noche de vigilancia. Esta noche, había decidido patrullar una zona en particular, un lugar que parecía tener una buena oportunidad para más encuentros inesperados.

Mientras tanto, Katsuki Bakugou también estaba en la misma área, realizando una ronda de patrullaje como parte de su deber como héroe profesional. A pesar de su intento por concentrarse en su trabajo, no podía apartar de su mente la conversación pasada con Deku y las inquietudes que había dejado en él.

Ambos se movían en la misma dirección, y como si el destino jugara una broma, se encontraron de nuevo en el mismo callejón donde había tenido lugar su anterior encuentro. La coincidencia fue palpable, y cuando sus miradas se cruzaron, la tensión en el aire era casi eléctrica.

—¿Tú otra vez? —dijo Bakugou con voz áspera, aunque su tono mostraba una mezcla de sorpresa y curiosidad.

Deku, siempre con su actitud desafiante y juguetona, esbozó una sonrisa. —¿Vaya, si es el héroe de nuevo. No sabía que te gustara tanto este lugar.

Bakugou frunció el ceño, acercándose a Deku con una mirada seria. —Escucha, he estado pensando mucho desde nuestra última charla. Quiero saber algo. —Dijo, sus ojos fijos en Deku—. ¿Fuiste tú el que mató al héroe pro en Hosu?

La pregunta sorprendió a Deku por un momento, pero rápidamente se recuperó y adoptó una actitud juguetona. —¿Oh, así que te preocupas por eso, eh? —Dijo, con un tono burlón—. Sí, fui yo. No puedo negar que fue un trabajo bien hecho.

Bakugou lo miró con una mezcla de enojo y desconcierto. —Eso está mal, Deku. —Su voz tenía un edge de frustración, pero también de decepción—. No puedes simplemente quitarle la vida a alguien. No importa qué justificación tengas, eso no está bien.

Deku levantó una ceja, sin perder su sonrisa. —¿Ah, pero quién lo dice? —Preguntó con un tono provocador—. ¿El héroe que tiene la vida fácil mientras el resto lucha por sobrevivir?

Bakugou se quedó en silencio por un momento, claramente luchando con sus emociones. Luego, con un suspiro frustrado, su rostro se sonrojó levemente al darse cuenta de que no podía evitar sentirse atraído por la actitud desafiante de Deku. —Tienes una forma de hablar que me vuelve loco, ¿sabes? —dijo, con una sonrisa torcida que mostraba una mezcla de desafío y atracción.

Deku, al notar el cambio en el tono de Bakugou, sonrió de manera más abierta y juguetona. —¿Ah, sí? ¿Y qué piensas hacer al respecto? —Se acercó un poco más, con un brillo travieso en los ojos—. Parece que tienes algo que decir sobre cómo hago las cosas.

Bakugou, incapaz de ocultar su sonrojo, dio un paso hacia adelante. —No sé por qué me sigues provocando. —Su tono era más suave ahora, casi coqueteo—. Aunque me frustres, no puedo evitar que me interese lo que haces.

Deku se echó a reír suavemente, disfrutando de la reacción de Bakugou. —Bueno, parece que me has sorprendido de nuevo, Kacchan. —dijo, dando un paso hacia atrás—. Agradezco que te preocupes, incluso si es de una manera complicada.

Bakugou lo miró con una mezcla de frustración y atracción, su expresión una mezcla de enojo y admiración. —No te creas que te voy a dejar pasar esto tan fácil. —dijo, intentando mantener su tono duro, pero con un destello de complicidad en sus ojos.

Deku, con una sonrisa traviesa, se inclinó hacia adelante. —¿Ah, sí? ¿Entonces qué vas a hacer? —dijo, manteniendo el contacto visual con Bakugou—. ¿Vas a atraparme ahora?

Bakugou se quedó mirándolo, sus pensamientos girando en torno a la tensión entre ellos. Antes de que pudiera decir algo más, Deku, con un destello en sus ojos, dio un paso más cerca y, de manera inesperada, le lanzó un beso juguetón al aire. El gesto fue tan rápido y ligero que Bakugou no tuvo tiempo de reaccionar antes de que Deku comenzara a alejarse.

—¡Te veré luego, Kacchan! —dijo Deku con una risa suave, antes de desaparecer en las sombras de la noche.

Bakugou se quedó allí, completamente sorprendido y con el rostro enrojecido. La sensación del beso imaginario en el aire y la actitud de Deku lo habían dejado atónito. Se quedó parado en el callejón, intentando procesar lo que acababa de suceder y cómo manejar sus sentimientos complicados.

La noche había dejado una marca profunda en ambos, y aunque intentaron seguir con sus vidas, el encuentro había dejado una huella que sería difícil de ignorar. Mientras Deku se desvanecía en la oscuridad, Bakugou sabía que el próximo capítulo de su historia aún estaba por escribirse, y que el enredo de emociones y desafíos no había hecho más que comenzar.

El laberinto de la Culpa - Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora