31. Sospechas

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Izuku en la Base de la Liga de Villanos

Izuku entró en la base de la Liga de Villanos con el rostro aún sonrojado y los sentimientos revueltos tras la noche que pasó en el departamento de Katsuki. Toga, Shigaraki, y los demás miembros estaban reunidos en la sala principal, charlando animadamente sobre los próximos movimientos de la Liga. La atmósfera era vibrante, y todos estaban concentrados en sus tareas.

Tan pronto como Izuku apareció en la entrada, se sintió como si todos los ojos estuvieran puestos en él. Toga fue la primera en notarlo, su expresión curiosa al captar el leve rubor en el rostro de Izuku.

—¡Deku! ¡Volviste! —exclamó Toga, acercándose con una sonrisa—. ¿Dónde estabas? Nos preguntábamos por ti.

Izuku se sonrojó aún más, sintiendo una mezcla de vergüenza y nerviosismo. —Ah, bueno... solo estaba dando una vuelta, buscando algunas cosas. —dijo evasivamente, intentando ocultar la verdad detrás de una sonrisa nerviosa—. Nada importante.

Shigaraki lo observó con atención, una ceja alzada en señal de curiosidad. —¿Nada importante? Pareces un poco más... sonriente de lo habitual. —comentó con un tono que insinuaba que no estaba del todo convencido.

Izuku se tensó al notar la atención de Shigaraki, tratando de mantener la compostura. —Solo... tuve un buen rato para pensar, eso es todo. —dijo mientras trataba de cambiar de tema—. ¿Algún plan para hoy?

Toga lo miró con una mezcla de diversión y sospecha, pero decidió no presionar más. —Entiendo. Bueno, si necesitas algo, sabes dónde encontrarnos. —dijo mientras se dirigía de nuevo al grupo.

Izuku se sintió aliviado al ver que el interés de los demás se desvanecía. Se dirigió a su habitación para relajarse, intentando alejarse de la sensación de estar bajo el microscopio. La noche anterior había sido especial, pero también sabía que debía mantener su secreto a salvo.

Bakugou en la UA

Mientras tanto, en la UA, Katsuki Bakugou había llegado a la escuela para un día de clases y entrenamientos. A pesar de su actitud generalmente desafiante y segura, sus amigos comenzaron a notar algo inusual en él. Kirishima y Denki intercambiaron miradas mientras observaban a Bakugou, quien parecía distraído y pensativo.

—Oye, Kacchan, ¿estás bien? —preguntó Kirishima mientras se acercaba con una expresión preocupada—. Te hemos visto un poco... distante últimamente.

Bakugou, intentando esconder su sonrojo, se encogió de hombros. —¡No es nada! —dijo con un tono áspero, intentando desviar la atención—. Solo he tenido un montón de cosas en la cabeza. Nada que preocuparse.

Denki, que había estado prestando atención, levantó una ceja y sonrió con malicia. —¿Seguro que no tienes a alguien en mente? —preguntó con un tono juguetón—. Has estado sonriendo más de lo habitual.

Kirishima, al notar la reacción de Bakugou, se unió en la broma. —¡Sí! Tal vez tienes un interés especial en alguien. ¡No tienes que ser tan reservado al respecto!

Bakugou se sonrojó instantáneamente, sus manos apretando los puños. —¡No tengo nada que ver con eso! —exclamó mientras se volvía hacia ellos con una expresión indignada—. Dejen de meterse en mi vida personal.

Sus amigos se rieron ante su reacción, y Denki le dio una palmadita en la espalda. —Tranquilo, Kacchan. Solo estamos bromeando. Pero si necesitas hablar de algo, estamos aquí para ti.

Bakugou, aún con las mejillas enrojecidas, asintió con brusquedad. —Sí, sí. Solo mantengan sus narices fuera de mis asuntos. —dijo mientras se alejaba, intentando ocultar la incomodidad.

El laberinto de la Culpa - Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora