Capítulo 3.

72 31 33
                                    

El campus de la universidad de arquitectura estaba envuelto en un murmullo constante de actividad cuando llegué. Los estudiantes caminaban apresurados, las conversaciones se entrelazaban en un eco de voces, y el sonido de los teclados en los laboratorios resonaba como un himno de productividad. Me encontraba atrapado en medio de todo esto, pero no podía evitar sentirme desconectado. Cada día, la rutina se sentía como una repetición interminable de tareas y presentaciones que me dejaban con una sensación de vacío.

Min-ah y yo habíamos sido inseparables en el pasado, pero últimamente, la conexión entre nosotros se había enfriado un poco. Aunque era amable y considerada, su actitud en la universidad parecía indicarme que había algo más que nos estaba separando. Observaba cómo interactuaba con sus amigos y cómo su sonrisa, una vez cálida y cercana, ahora parecía ser una mera formalidad. La distancia que sentíamos entre nosotros era palpable, y no podía evitar preguntarme si había algo que estuviera haciendo mal.

Sentado en el aula, mientras el profesor explicaba un concepto complejo, mi mente divagaba. Las palabras del profesor se mezclaban con recuerdos de Min-ah, de cómo solíamos compartir risas y complicidad, y ahora solo quedaba una sombra de esos momentos. Me encontraba cuestionando si era suficiente para ella, si estaba cumpliendo con las expectativas que había imaginado. La insatisfacción se instalaba en mi pecho, y me preguntaba si había algo que pudiera hacer para reconectar con ella.

La tarde transcurrió lentamente, y el reloj parecía moverse con una pesadez que reflejaba mi estado de ánimo. Cuando finalmente sonó el timbre que indicaba el fin de las clases, me sentí aliviado de salir del aula, aunque la sensación de desasosiego no se desvanecía. En ese momento, Jae-min apareció en el campus, su presencia siempre tan vivaz y despreocupada. Su energía era un contraste refrescante frente a la apatía que me rodeaba.

—¡Oye, Do-hyun! —saludó Jae-min con una sonrisa amplia, que inmediatamente atrajo mi atención y rompió el silencio en mi mente—. Estaba buscando un momento para hablar contigo. ¿Tienes un minuto?

—Sí, claro —respondí, tratando de esconder la sorpresa y la curiosidad que sentía—. ¿Qué pasa?

—Bueno, resulta que hay un concierto en Busan este fin de semana, y me vendría bien algo de inspiración. Pensé que podrías acompañarme —dijo Jae-min, con una chispa de entusiasmo en sus ojos—. Siempre disfruto pasar tiempo contigo, y creo que podríamos pasarla bien, aparte, sé que desde pequeño ha querido conocer Busan ¿Qué te parece?

La invitación era una sorpresa, pero también una oportunidad que no podía dejar pasar. La idea de salir de la rutina y explorar Busan, junto a Jae-min, parecía una escapatoria tentadora. Sentí un leve cosquilleo de anticipación al pensar que saldría con él. Jae-min siempre había sido una presencia constante y cómoda en mi vida, pero en este momento, sus palabras resonaban de manera diferente.

—Me encantaría ir —dije, con una sonrisa que trataba de ocultar mi entusiasmo—. Sabes que nunca he estado en Busan antes, y un concierto suena genial. ¿Qué banda va a tocar?

—Es una banda indie que he estado siguiendo —explicó Jae-min—. Creo que su música podría ser lo que necesito para recargar energías. Además, podríamos explorar la ciudad un poco mientras estamos allí.

Mientras Jae-min hablaba, me di cuenta de que Min-ah estaba observando desde una distancia. Sus ojos seguían cada movimiento y palabra que intercambiábamos, y su presencia a lo lejos añadía una capa de incomodidad a la conversación. Su mirada era penetrante y, aunque estaba lejos, podía sentir el peso de su curiosidad y desdén.

—¿Vas a ir a Busan con Jae-min? —preguntó Min-ah al acercarse, su tono casual, pero cargado de una sutileza que no podía ignorar.

—Sí, parece que va a ser divertido —respondió Jae-min antes de que yo lo hiciera, intentando mantener la conversación ligera mientras la incomodidad me envolvía—. Yo me encargo personalmente de los detalles.

Min-ah asintió lentamente, y aunque no dijo nada más, su actitud distante me hizo sentir aún más inseguro. La conversación con Jae-min, que había comenzado con una chispa de emoción, se vio empañada por el malestar que sentía por la distancia entre Min-ah y yo. Me preguntaba si ella estaba preocupada por algo más, o si simplemente era una reacción a mi decisión de pasar tiempo con Jae-min.

A medida que Min-ah se alejaba, me sentí atrapado en una maraña de emociones conflictivas. La promesa de un viaje a Busan y la compañía de Jae-min eran un alivio, pero la sensación de insatisfacción en mi relación con Min-ah seguía presente. Mientras Jae-min se despedía de Min-ah, me miró emocionado.

El resto de la tarde transcurrió en un borrón de pensamientos y anticipación. Me dirigí a casa acompañado de Jae, con la mente llena de dudas sobre mi relación con Min-ah y una creciente curiosidad sobre lo que podría descubrir durante el viaje. La idea de pasar tiempo con Jae-min en Busan me ofrecía un rayo de esperanza, una posibilidad de encontrar claridad en medio de la confusión que había estado sintiendo.

Unas cuadras antes de llegar al departamento, tuve que decirle a Jae que tenía que hacer unas cosas antes de volver a la casa, y me tardaría un poco, pero en realidad, solo iría a tomar un poco de aire fresco y a ordenar mis pensamientos. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Try Again © [BL] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora