Capítulo 22.

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El último día en Seúl tenía un sabor agridulce para mí

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El último día en Seúl tenía un sabor agridulce para mí. El peso de las emociones era diferente. No se trataba solo de empacar las maletas o de despedirme de la ciudad por unos días; era una despedida, aunque fuera solo temporal. Las vacaciones se avecinaban, y por primera vez en mucho tiempo, íbamos a estar separados. Él se quedaría en Seúl, lidiando con su música, su trabajo, y las tensiones que últimamente lo estaban consumiendo, a pesar de asistir a terapia.

Mis maletas ya estaban listas, apiladas junto a la puerta, esperando a ser llevadas al aeropuerto en la mañana. Las vacaciones comenzaban al día siguiente y, aunque estaba emocionado por el descanso, no podía ignorar la sensación de que algo quedaba sin resolver entre Jae-min y yo.

El apartamento estaba tranquilo, con solo el sonido de nuestros pasos llenando el espacio. Decidimos quedarnos en casa, como solíamos hacer en los días en los que no había ganas de lidiar con el mundo exterior. No lo mencionamos, pero ambos sabíamos que esta sería la última noche juntos en un tiempo. Y, sin decirlo, ambos queríamos hacerla durar.

Jae-min había sugerido ver una película para distraernos, para llenar el silencio que se había vuelto tan común últimamente. No era que hubiéramos dejado de hablar del todo, pero las cosas no habían sido las mismas desde que los rumores sobre nuestra relación se extendieron. Y sabía que Jae-min no la estaba pasando mejor. La disquera había comenzado a presionarlo de formas que ninguno de los dos había previsto.

—¿Qué película quieres ver? —preguntó, mientras revisaba la lista en la pantalla. Su voz sonaba un poco apagada, como si ya estuviera cansado antes de empezar.

—Lo que sea está bien —respondí. Me giré hacia él, viendo cómo estaba recostado, con una almohada apoyada en la cabeza. Parecía exhausto, pero sonrió levemente, como si quisiera asegurarse de que no me preocupara por él.

Seleccionó una comedia ligera, algo que no requería demasiada atención. Me senté junto a él, y ambos nos acomodamos, dejando que el sonido de la película llenara el espacio vacío entre nosotros. La pantalla se iluminó, y aunque la trama era simple, sentí cómo poco a poco la tensión de los últimos días se aflojaba un poco. Estar junto a él, aunque en silencio, tenía ese efecto.

El calor de su cuerpo a mi lado, la suavidad de sus respiraciones, todo eso me hacía sentir, por unos momentos, que las cosas podrían estar bien. Que tal vez, solo tal vez, no estábamos tan rotos como creía. Pero ese pensamiento desaparecía tan rápido como llegaba.

A mitad de la película, noté que Jae-min se había quedado en silencio por más tiempo del habitual. Lo miré de reojo y vi cómo sus ojos se cerraban lentamente. Su cabeza se inclinó hacia mi hombro, y en cuestión de minutos, se había quedado profundamente dormido. Sentí su respiración lenta y constante contra mi brazo, su cuerpo relajado por completo.No pude evitar sonreír levemente. Por un breve momento, pude sentir algo de paz en esa pequeña conexión. Había algo tan vulnerable, tan pacífico en verlo dormir de esa manera. Toda la dureza que a veces llevaba consigo, todo el peso que cargaba en sus hombros, se desvanecía en esos momentos.Y en ese instante, lo envidié. Yo no podía simplemente desconectarme. Mi mente seguía trabajando.

Try Again © [BL] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora