Capítulo 29.

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El aire de Seúl estaba diferente cuando regresé de las vacaciones

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El aire de Seúl estaba diferente cuando regresé de las vacaciones. Era la misma ciudad que conocía desde siempre, el mismo ritmo agitado, las mismas calles llenas de vida, pero algo había cambiado en mí. Tal vez porque, por primera vez en meses, todo parecía tener sentido. Los miedos que me habían atormentado desde mi separación con Jae-min se habían desvanecido en la niebla del pasado. Ahora, cada día sentía que dábamos un paso hacia adelante, construyendo algo sólido. Imperfecto, pero real. Y después de todo, eso era lo que realmente importaba.

Mi regreso a la universidad fue una mezcla de nervios y anticipación. Sabía que los rumores aún rondaban por los pasillos, que las miradas aún podían volverse hacia mí en cualquier momento. Pero esta vez, no me importaba. Había aprendido a vivir con eso, a mantener la cabeza en alto, porque Jae-min y yo habíamos decidido que no dejaríamos que nadie dictara nuestras vidas.

Las primeras semanas del nuevo semestre en la facultad de arquitectura transcurrieron sin mayores problemas. La rutina de clases, proyectos y trabajos se había convertido en una especie de refugio. Me concentraba en lo que tenía frente a mí: planos, maquetas, materiales. Todo lo demás, las miradas curiosas, los rumores, ya no me afectaban de la misma manera. Sabía quién era y sabía lo que valía.

Sorprendentemente, Min-ah, mi exnovia, y Seung-ho, el amigo que nos apoyó a Jae y a mí desde el inicio, empezaron a salir más seguido conmigo y a ayudarme con las tareas y proyectos en equipo. Min-ah y yo habíamos comenzado a hablar de nuevo. No era como ex, si no como amigos, y contar con alguien con quien había compartido mucho no era tan malo. Al final, lo que había entre nosotros no era solo un pasado compartido, sino también una comprensión mutua de lo que significa amar a alguien, incluso si las cosas no resultan como esperabas.

Recuerdo una tarde, en particular, después de una larga clase de diseño. Estábamos en el patio de la universidad, bajo la sombra de un gran árbol, con las hojas crujientes esparcidas por el suelo. Min-ah y Seung-ho estaban sentados conmigo, riendo a carcajadas. Era extraño cómo las cosas podían cambiar tanto en tan poco tiempo. Hace unos meses, apenas podía mirar a Min-ah a los ojos, sabiendo el daño que le había causado. Pero ahora, en ese momento, estábamos bien. Habíamos encontrado un equilibrio, una amistad que no necesitaba estar definida por lo que alguna vez fuimos.

—Así que, ¿cómo va todo con Jae-min? —preguntó Min-ah, mirándome con una sonrisa divertida mientras jugaba con su café frío—. Vi su nuevo video. Es increíble.

Sentí una punzada de orgullo al escuchar su elogio. No podía evitarlo. Cada vez que alguien mencionaba el trabajo de Jae-min, era como si me inflara un poco más. Sabía cuánto había luchado por llegar a este punto, y verlo triunfar era todo lo que había deseado.

—Va bien —respondí, sonriendo—. Está trabajando duro, pero al menos es feliz con lo que hace.

—Eso es lo que importa, ¿no? —dijo Seung-ho, golpeando suavemente mi hombro—. Él parece estar en su mejor momento, y tú también.

Try Again © [BL] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora