Me desperté tarde esta mañana, como solía hacerlo. Mi cuerpo estaba adormecido y mi mente aún nublada por la pereza de una noche prolongada en la que me había dejado envolver por las películas y la compañía de Do-hyun. Me incorporé lentamente, sintiendo una opresión en el pecho que no había experimentado antes. El cuerpo me dolía por la postura incómoda, y al girar, noté que la suave manta que habíamos usado la noche anterior estaba deslizándose del sofá. Pero Do-hyun ya no estaba allí.
Esa noche había sido diferente; fue la última en la que Do-hyun y yo estuvimos juntos antes de que se mudara a Busan con su familia. Habíamos pasado la noche viendo películas y charlando, disfrutando de una tranquilidad que ahora parecía inalcanzable. Pero al despertar solo, la realidad me golpeó con una dureza que no esperaba.
Me levanté con una lentitud cansada, mi mente aún enredada en los recuerdos y en la desolación que me embargaba. Caminé hasta la ventana y miré hacia afuera. La ciudad estaba empezando a despertarse, pero yo me sentía atrapado en una oscuridad que parecía no tener fin. La soledad era una sombra constante que me seguía.
Me dirigí a la cocina, preparando una taza de café mientras mi mente trataba de encontrar algo de consuelo en la rutina diaria. Era un intento desesperado por hacer que el vacío en mi pecho se sintiera un poco más ligero. Pero la verdad era que no había forma de llenar ese espacio.
Decidí escribirle a mi psicóloga. La necesidad de hablar con alguien era abrumadora. Tomé mi teléfono y comencé a escribir un mensaje, esperando que eso aliviara al menos un poco la carga que sentía.
Jae-min: Buenos días, Dra. Seong-hee. No estoy seguro de si está disponible ahora, pero me siento realmente mal. ¿Podemos hablar en algún momento?
Esperé unos minutos, sintiendo una ligera ansiedad por la espera. Necesitaba que ella entendiera lo que estaba pasando, pero también temía que sus palabras no pudieran curar la herida que sentía. Mientras tanto, terminé mi café y me preparé para ir al trabajo. Sabía que necesitaba distraerme, aunque la idea de enfrentar a mis compañeros en la disquera no me resultaba agradable en mi estado actual.
En la oficina, el ambiente era animado como siempre. Las bromas y la música llenaban el espacio, pero mi presencia parecía causar un cambio en el tono general. A medida que entraba, noté que mis compañeros me miraban con una mezcla de curiosidad y sorpresa.
—¡Jae-min! ¿Qué tal, amigo? Te ves más cansado de lo normal. ¿Te pasaste toda la noche trabajando o qué?— preguntó Hae-jin con una sonrisa burlona.
—Solo tuve una noche larga— respondí, intentando sonar lo más normal posible. Mi voz no pudo ocultar el cansancio y la tristeza que sentía.
—Vaya, ¿es por tu noviecito?— preguntó Min-ji, lanzando una mirada de complicidad a los demás.
No me respondí inmediatamente. A pesar de la broma, sentí un nudo en el estómago. —Sí, en parte— dije, con un suspiro.
—Ahh, ¿Pero es que no te dieron anoche, o qué?—dijo Soo-hyun, lanzando una risa. Sus comentarios solo me incomodaban, ni yo sé por qué seguía en este lugar.
—No es que te haya botado ahora, ¿verdad?— dijo otro con la misma intención de burlarse, como si fuera un amigo que tuviera el derecho de comentar de lo que quisiera sobre mí.
La pregunta me tomó por sorpresa y me hizo sentir incómodo. El silencio que siguió solo amplificó la atención que estaba recibiendo. Y al parecer, tomaron mi silencio como una respuesta más que suficiente.
—Oh, mierda . ¿Entonces es verdad? ¿Ya no están juntos?— preguntó Hae-jin, claramente intrigado.
—Lo que suceda en mi vida no es de su incumbencia— respondí, sin mucha energía.
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Try Again © [BL] ✓
Romance¿Puede una amistad de toda la vida transformarse en algo más profundo? Jae-min y Do-hyun han sido amigos desde la infancia, compartiendo secretos y sueños en las vibrantes calles de Seúl. Mientras Jae-min busca inspiración para su música y Do-hyun...