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Capítulo 4.

La tarde había sido un torbellino de emociones y energía. Después de despedirme de Do-hyun a unas cuadras de llegar a nuestro departamento , me dirigí hacia la calle, pensando en lo que nos esperaba en Busan. Sin embargo, antes de que pudiera llegar al departamento, una sorpresa inesperada me detuvo en seco.

Mientras caminaba por una esquina, me encontré con una fan que había reconocido mi estilo y, por suerte, estaba sola. Nos detuvimos a conversar, y en poco tiempo, la conversación se tornó en algo mucho más íntimo. Ella tenía un aire de admiración y deseo que me resultó tentador. Aprovechando la ausencia de Do-hyun, le propuse acompañarme a mi apartamento.

La noche en el departamento comenzó de una manera casual. La invitación fue aceptada con entusiasmo, y pronto estábamos en mi habitación. La química entre nosotros era palpable, y me dejé llevar por la emoción del momento. Lo que comenzó como una charla animada y coqueta, pronto se transformó en una experiencia más física y explícita. La energía de la noche y el deseo de conexión momentánea nos llevaron a explorar nuestra intimidad sin reservas.

Nos desnudamos con rapidez, las caricias y los besos se convirtieron en el centro de nuestra atención. La atracción era intensa, y cada movimiento parecía más urgente. La pasión nos envolvía mientras nos entregamos completamente al momento, sin pensar en las consecuencias. La noche continuó con una combinación de deseo y placer, algo a lo que me acostumbraba a hacer cuando tenía la oportunidad.

Después de un día agitado en la universidad, decidí darme un respiro luego de estar en compañía de Jae. La necesidad de tomar aire fresco y reflexionar sobre todo lo que estaba ocurriendo me llevó a caminar por el parque cercano. Los árboles y la tranquilidad del lugar ofrecían un respiro que necesitaba desesperadamente. Mientras caminaba, mis pensamientos giraban en torno a mi relación con Min-ah y la creciente tensión que sentía hacia Jae-min. La incertidumbre me abrumaba, y me preguntaba si estaba tomando las decisiones correctas.

La caminata me despejaba, y el parque se convertía en mi refugio temporal de la confusión. Sin embargo, cuando regresé a mi departamento, la paz que había encontrado en el parque se desvaneció rápidamente.

Al abrir la puerta de mi apartamento, un sonido inesperado me hizo detenerme en seco. La puerta se cerró detrás de mí, y el ruido provenía de la habitación de Jae-min. Me aproximé con cautela, mi corazón comenzó a latir con más fuerza, y me di cuenta de que Jae-min no estaba solo. La puerta de la habitación estaba entreabierta, y la visión que me recibió me dejó paralizado.

Jae-min estaba en la cama sobre una mujer que no conocía. La escena era tan inesperada como impactante. La imagen de ellos juntos era un golpe directo a mi pecho, una mezcla de sorpresa y dolor que me dejó sin aliento. La habitación estaba llena de una intimidad que no me pertenecía, y el hecho de ver a Jae-min con otra persona, especialmente en un lugar que compartía con él, me hizo sentir una oleada de emociones contradictorias.

Sin poder soportar la visión y sintiendo una profunda mezcla de rabia y tristeza, cerré la puerta de golpe. El ruido resonó en el apartamento, causando un silencio súbito y pesado. El estruendo debió haber sido suficiente para hacer que Jae-min se diera cuenta de mi presencia, y pronto escuché el sonido de la mujer levantándose y vestirse rápidamente.

Desde el interior de mi habitación, podía escuchar el murmullo de las voces de Jae-min y la mujer. La confusión y el dolor que sentía eran abrumadores, y la situación se volvía cada vez más insostenible. El simple hecho de estar en la misma casa que Jae-min y su invitada me resultaba imposible de soportar. Con la mente nublada por la ira y la tristeza, me senté en la cama, intentando calmarme y entender lo que acababa de suceder.

La puerta se abrió con cautela, y Jae-min apareció, su rostro reflejando una mezcla de sorpresa y preocupación, aun con su pecho descubierto y con sus labios hinchados. La mujer había salido del apartamento, dejándonos solos. La tensión era palpable, y la brecha que se había abierto entre nosotros parecía insuperable. No podía evitar pensar en la imagen que acababa de ver, me había marcado de una manera que no podía ignorar.

—Do-hyun —empezó Jae-min, su voz cargada de culpa—. Yo...

—No —lo interrumpí, mi voz quebrada por la emoción—. No, Jae, se supone que no es el lugar para hacer eso. Es... Es nuestro espacio. Aparte, ¿Quién era la chica?

La pregunta quedó en el aire, sin respuesta. Las palabras no parecían suficientes para capturar el tumulto emocional que estaba experimentando. La noche había traído una revelación dolorosa, y el camino a seguir parecía más incierto que nunca. La conexión que compartíamos había sido puesta a prueba de una manera que no había anticipado, y la incomodidad y el dolor que sentía estaban apenas comenzando a asentarse, pero al parecer solo yo sentía esa conexión.