Los días pasaron con una tensa normalidad, como si ambos estuviéramos tratando de ignorar lo que había ocurrido en el apartamento. Jae-min no volvió a mencionar el incidente, y yo tampoco tuve el coraje de confrontarlo. Pero la imagen de él con esa chica seguía grabada en mi mente, haciendo eco cada vez que nuestras miradas se cruzaban.
Cuando finalmente llegó el día de nuestro viaje a Busan, no pude evitar sentirme algo nervioso. Había muchas razones para estar emocionado: un festival de música, la posibilidad de explorar una nueva ciudad y la oportunidad de desconectar de la rutina diaria. Pero había una tensión subyacente, un temor de que el viaje podría poner a prueba los límites de nuestra amistad de maneras que ni siquiera había considerado.
Nos preparamos en silencio, llenando nuestras maletas con lo esencial. Jae-min, como siempre, trataba de mantener la atmósfera ligera, bromeando y hablando sobre el festival. Sin embargo, yo podía sentir la incomodidad entre nosotros. Sabía que él estaba fingiendo que todo estaba bien, y eso solo alimentaba mi frustración.
Durante el trayecto a Busan, compartimos algunos momentos de conversación, pero la mayor parte del tiempo lo pasamos en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. El paisaje de la ciudad fue desapareciendo, reemplazado por las vistas de la carretera y las montañas a medida que nos acercábamos a nuestro destino.
Llegamos al festival cuando el sol empezaba a ponerse, bañando el lugar con una luz dorada que hacía que todo pareciera más mágico de lo que realmente era. Los sonidos de la música llenaban el aire, y la emoción del evento se apoderó de nosotros, aliviando un poco la tensión que habíamos acumulado.
La primera noche del festival fue una mezcla de emociones. Jae-min estaba en su elemento, moviéndose entre las multitudes con una facilidad que siempre envidié. Yo lo seguía, tratando de dejar de lado mis preocupaciones y simplemente disfrutar del momento. Cuando finalmente encontramos un lugar donde sentarnos y disfrutar de las actuaciones, decidimos comprar algunas bebidas para relajarnos un poco más.
El alcohol empezó a hacer su efecto, y las barreras entre nosotros comenzaron a desmoronarse. Nos reíamos de cosas tontas, recordando momentos del pasado y dejando de lado, al menos por un rato, la incomodidad que había estado presente entre nosotros.
En un momento, una canción lenta comenzó a sonar desde el escenario principal, y Jae-min, con una sonrisa juguetona en su rostro, me empujó suavemente, haciendo que casi derramara mi bebida.
—Vamos, Do-hyun, deberías relajarte más —dijo, con una nota de provocación en su voz—. ¿Por qué estás tan tenso?
—No estoy tenso —respondí, aunque sabía que no era cierto. La verdad era que el alcohol estaba empezando a afectarme de manera que no había anticipado. Mis emociones estaban más a flor de piel de lo que quería admitir.
El ambiente del festival, el alcohol y la presencia de Jae-min a mi lado comenzaron a confundirme de maneras que no esperaba. Todo se sentía más intenso, más cargado de significado. La manera en que Jae-min se reía, la cercanía de su cuerpo, todo se sentía diferente. Y en medio de la confusión, una parte de mí quería acercarme más, cruzar esa línea que había mantenido durante tanto tiempo.
Antes de que pudiera detenerme, me incliné hacia él, más cerca de lo que nunca había estado. Podía ver la sorpresa en sus ojos, la ligera vacilación. No era habitual para mí ser tan directo, pero en ese momento, algo en mí se quebró. La distancia que había estado tratando de mantener se desvaneció, y mis emociones tomaron el control.
—¿Do-hyun? —Jae-min murmuró, su voz ahora cargada de una nota de confusión. Estaba claro que no sabía cómo reaccionar.
Nuestros rostros estaban a solo unos centímetros de distancia, y podía sentir su aliento cálido contra mi piel. El mundo a nuestro alrededor desapareció, y por un momento, no había nada más que nosotros dos.
—Jae-min —dije en voz baja, mi corazón latiendo con fuerza—, hay algo que necesito decirte— las palabras murieron en mis labios. Mi corazón latía con fuerza, y todo lo que quería hacer era dejarme llevar por el momento. Pero entonces, como una bofetada de realidad, la imagen de Jae-min con esa chica en nuestro apartamento se coló en mi mente, nublando el deseo con un torrente de emociones reprimidas.
Me alejé de golpe, la rabia burbujeando dentro de mí.
—¿Qué pasa? —preguntó Jae-min, visiblemente desconcertado.
—Nada —mentí, aunque sabía que él no me creía. El peso de lo que había visto, de lo que había sentido, caía sobre mí con toda su fuerza.
—No parece nada —insistió, tratando de acercarse a mí, pero yo me aparté, sintiendo que la frustración se mezclaba con la decepción.
El recuerdo de la escena en nuestro apartamento volvió a aparecer, y no pude evitar sentirme traicionado, aunque sabía que no tenía derecho a hacerlo. Era una sensación irracional, pero estaba ahí, ardiendo en mi interior.
—No es momento para hablar de eso —le dije, finalmente, mi voz teñida de amargura.
El silencio que siguió fue denso, lleno de todo lo que no se había dicho entre nosotros. Jae-min parecía a punto de decir algo.
—Do-hyun ¿estás enfadado conmigo?
La verdad estaba allí, en el borde de mis labios, pero no podía decirla. No podía admitir que mi rabia provenía de un lugar más profundo, de un deseo que apenas estaba comenzando a entender. Me levanté bruscamente, alejándome de él.
—Olvídalo —dije en un volumen casi imperceptible.
Pasamos el resto de la noche en una especie de tregua incómoda, donde ambos sabíamos que había algo distinto en el ambiente, pero ninguno estaba dispuesto a abordarlo de frente. El festival continuaba a nuestro alrededor, las luces y la música envolviéndonos, pero el momento que habíamos compartido en esa película, la chispa de algo más, había sido enterrado por la realidad de nuestras propias emociones y conflictos.
Cuando finalmente volvimos al hotel, el cansancio y la tensión nos vencieron. Nos acostamos en camas separadas, el espacio entre nosotros era tan tangible como la distancia emocional que se había creado. Sabía que no iba a poder dormir fácilmente, no con todas las emociones que estaban corriendo por mi mente.
Cerré los ojos, intentando calmarme, pero las imágenes de la noche seguían volviendo, mezcladas con los recuerdos de nuestra amistad y los nuevos sentimientos que yo no sabía cómo manejar. Mientras la oscuridad del cuarto nos envolvía, supe que este viaje me hizo darme cuenta de que Jae-min confundía como nadie lo había hecho antes.
ESTÁS LEYENDO
Try Again © [BL] ✓
Romance¿Puede una amistad de toda la vida transformarse en algo más profundo? Jae-min y Do-hyun han sido amigos desde la infancia, compartiendo secretos y sueños en las vibrantes calles de Seúl. Mientras Jae-min busca inspiración para su música y Do-hyun...