Capítulo 19.

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El silencio de nuestro apartamento era opresivo, tan denso que podía sentirlo colarse en mi piel, asfixiando mis pensamientos. Desde que Jae-min había discutido con su familia y se enteró que mi familia nos había aceptado, las cosas habían cambiado, pero no de la manera que esperaba. Habíamos intentado acercarnos, seguir nuestras vidas como usualmente lo hacíamos, pero cada intento se sentía como pisar sobre cristales rotos. Cada palabra era un riesgo de hacer que uno de los dos sangrara.

Jae-min se refugiaba en la música, pasando largas horas en su estudio o en su cuarto, dejando que las paredes insonorizadas ocultaran sus demonios. Pero yo no tenía ese lujo. Mi refugio se había convertido en un campo de batalla donde las sombras de nuestras tensiones acechaban cada esquina, recordándome que la paz era solo una ilusión. El tiempo parecía arrastrarse, cada minuto estirado hasta su límite, amenazando con romperse y desmoronarse. Me sentía culpable al saber que su familia, lo había tratado de esa manera y no fueron comprensivos como mis padres.

Había algo inquietante en la forma en que nos mirábamos ahora, como si buscáramos respuestas en los ojos del otro, pero todo lo que encontrábamos eran más preguntas. Había noches en las que Jae-min se acercaba a mí, sus dedos buscando mi piel, su boca encontrando la mía en un beso que sabía a desesperación más que a amor. Lo aceptaba, porque también lo necesitaba, saber que él aún me quería, porque el dolor se desvanecía por un momento en el calor de su toque. Pero al final, cuando la respiración volvía a la normalidad y el sudor se secaba en nuestras pieles, el vacío regresaba, más oscuro y profundo que antes.

Esta noche no fue diferente. Jae-min había salido del estudio, su rostro estaba marcado por la frustración. Se sirvió una copa de vino sin mirarme y se apoyó contra la encimera de la cocina, mirando el líquido oscuro girar en su vaso como si contuviera todas las respuestas que buscaba. Yo estaba sentado en el sofá, observándolo mientras tenía a mi lado unos lápices y hojas de planos, sintiendo la tensión en el aire como una presencia tangible, algo que podía oler y saborear.

Finalmente, el silencio se rompió.

—¿Cuánto tiempo más vamos a seguir así? —pregunté, mi voz sonando más áspera de lo que pretendía.

Jae-min alzó la vista, sus ojos oscuros clavándose en los míos. Había una chispa en su mirada, algo peligroso, algo que no había visto antes. Algo que me hacía dudar de la calma superficial que mostraba.

—¿Qué quieres decir con eso? —respondió, su tono igualmente cortante. No estaba evadiendo, no esta vez. Había un filo en sus palabras, un desafío que nunca había escuchado antes.

Dejé de lado el lápiz y las hojas de planos, me puse de pie, sintiendo la adrenalina correr por mis venas. No había vuelta atrás ahora, no más pretender que todo estaba bien.

—Sabes exactamente a lo que me refiero, Jae-min. A esto. A nosotros. A lo que nos hemos convertido. No podemos seguir fingiendo que el sexo arreglará todo. No podemos seguir usando nuestros cuerpos para tapar lo que realmente está mal.

La copa de Jae-min golpeó la encimera con un sonido seco, su contenido derramándose ligeramente. Me miró, su expresión endurecida.

—¿Y qué se supone que hagamos, entonces? —dijo, su voz subiendo—. ¿Sentarnos y hablar sobre nuestros sentimientos? ¿Llorar y abrazarnos hasta que todo sea perfecto otra vez? Ya lo intentamos y no nos funcionó, Do-hyun. La vida no es tan simple.

—No se trata de que sea simple —respondí, avanzando hacia él—. Se trata de que no estamos lidiando con lo que está pasando. Se trata de que estamos usando el sexo como una distracción. Y se está volviendo... vacío.

Esa última palabra parecía resonar en la habitación. Vacío. Como un eco de todo lo que estábamos evitando, de todo lo que temíamos enfrentar.

Jae-min se quedó en silencio por un momento, sus ojos oscuros fijos en mí, estudiándome como si tratara de decidir si valía la pena discutir. Finalmente, dejó escapar un suspiro, y dejó su copa ahora sin el vino en la mesa, su expresión suavizándose apenas.

Try Again © [BL] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora