Capítulo 7: La Hermandad del Abismo

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El sendero que Aiden y Nathaniel habían tomado después de su enfrentamiento con la entidad oscura en la mansión era un camino incierto. La noche había avanzado, y la niebla se había espesado alrededor de ellos, envolviéndolos en un manto de oscuridad. La fría brisa parecía susurrar secretos olvidados mientras avanzaban hacia un destino que solo podía ser definido por sus peores temores.

—Tenemos que encontrar respuestas —dijo Aiden, su voz tensa mientras se movía por el camino lleno de sombras. La luz de su linterna apenas lograba penetrar la densa niebla, y cada paso parecía resonar en la penumbra que los rodeaba.

Nathaniel asintió en silencio, sus ojos vigilantes observando los movimientos a su alrededor. Sabía que lo que enfrentaban no era solo una entidad oscura, sino una manifestación de algo mucho más grande y aterrador. El libro antiguo que habían encontrado en la mansión tenía la clave para entender la profundidad del mal que estaban enfrentando, pero aún no estaban seguros de cómo descifrarlo.

Después de horas de marcha, llegaron a un antiguo pueblo abandonado, cuyos edificios y calles parecían ser de otro tiempo. La niebla había comenzado a disiparse, pero el aire seguía siendo pesado, cargado de una sensación de desolación. El pueblo parecía haber sido arrasado por el tiempo y la oscuridad, con casas que se derrumbaban y calles desmoronadas, como si hubieran sido olvidadas por el mundo.

—Este lugar es inquietante —comentó Nathaniel, mirando a su alrededor. Había algo en la atmósfera que lo hacía sentir incómodo, como si el pueblo tuviera una historia sombría que estaba a punto de desvelarse.

—Lo sé —dijo Aiden—, pero necesitamos encontrar un lugar para descansar y tratar de entender más sobre el libro. El fragmento de cristal y la información del libro podrían darnos una pista sobre el próximo paso en nuestra misión.

Ambos se dirigieron hacia una vieja taberna en el centro del pueblo, cuyo letrero desgastado por el tiempo colgaba de manera inquietante. La taberna parecía ser el único lugar en el pueblo que aún mantenía alguna estructura, aunque en su estado ruinoso. Aiden empujó la puerta, y un chirrido agudo resonó en el aire mientras entraban en el interior.

El interior estaba oscuro y polvoriento, con mesas y sillas amontonadas en un rincón y una barra cubierta de telarañas. La luz de la linterna de Aiden iluminó las paredes cubiertas de antiguos carteles y anuncios que ahora estaban apenas legibles. La sensación de desolación era palpable, y el aire estaba cargado con el olor a moho y descomposición.

—Vamos a sentarnos aquí —dijo Aiden, señalando una mesa cerca de la ventana rota—. Necesitamos un momento para procesar lo que hemos encontrado y hacer un plan.

Ambos se sentaron y sacaron el libro antiguo, extendiéndolo sobre la mesa. Aiden comenzó a hojearlo, buscando cualquier indicio que pudiera ayudarles a comprender mejor el símbolo que habían encontrado en el libro y el fragmento de cristal. Nathaniel observaba en silencio, su mente ocupada con las implicaciones de lo que enfrentaban.

Mientras estudiaban el libro, un susurro casi imperceptible comenzó a llenar la taberna, un murmullo que parecía provenir de las sombras mismas. Aiden y Nathaniel levantaron la vista, sus miradas encontrándose en un intercambio de inquietud.

—¿Escuchaste eso? —preguntó Nathaniel, su voz baja.

Aiden asintió, sus ojos escudriñando la oscuridad que rodeaba la taberna. El susurro parecía estar creciendo en intensidad, y un frío gélido comenzó a llenar el aire. La atmósfera en la taberna se volvía cada vez más opresiva, y las sombras en las paredes parecían moverse de manera inquietante.

De repente, una figura encapuchada apareció en la entrada de la taberna. La figura estaba envuelta en una capa oscura que ocultaba su rostro, y su presencia parecía traer consigo una sensación de malevolencia. La figura avanzó lentamente hacia ellos, y Aiden y Nathaniel se pusieron en guardia, preparándose para lo que pudiera venir.

Susurros del Angel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora