Susurros del Angel Oscuro

Capítulo 11: El Viaje a la Oscuridad

La luz del amanecer apenas iluminaba el horizonte cuando Aiden, Evelyn y Marcus se encontraron nuevamente en el claro donde el portal los había llevado al Umbral del Juicio. Aunque sus cuerpos estaban exhaustos y sus corazones pesaban por las experiencias recientes, el tiempo para descansar no era una opción. Sabían que las sombras no se detendrían y que el verdadero enfrentamiento estaba por llegar.

Las cicatrices de sus juicios personales estaban aún frescas, pero la determinación brillaba en sus ojos. Se miraron unos a otros, reconociendo que, aunque cada uno había enfrentado sus propios demonios, ahora debían unirse para enfrentar a un enemigo común.

A medida que se preparaban para el viaje, Evelyn sacó el colgante que había encontrado en el capítulo anterior. La luz del objeto se intensificó en sus manos, casi como si respondiera a su presencia. "Este colgante es una fuente de poder", dijo, mirando a sus compañeros. "No sé cómo funciona exactamente, pero puede ser crucial en nuestro enfrentamiento con la oscuridad".

Aiden asintió. "Necesitamos cada ventaja que podamos conseguir. Pero no debemos confiar demasiado en objetos; también debemos confiar en nosotros mismos y en lo que hemos aprendido".

Marcus, que había estado en silencio, finalmente habló. "No podemos olvidar que el viaje hacia la fortaleza de las sombras no solo nos llevará a un lugar físico, sino también a un lugar mental. Debemos estar preparados para enfrentar nuestras peores pesadillas nuevamente".

Con ese recordatorio en mente, el grupo se adentró en la espesa oscuridad del bosque. El ambiente estaba cargado de tensión, con sombras que parecían moverse en los límites de su visión. A medida que caminaban, el silencio se volvía cada vez más inquietante. La naturaleza misma parecía contener la respiración, como si supiera que algo oscuro estaba a punto de desatarse.

Después de horas de caminata, una niebla densa comenzó a descender, envolviéndolos en una oscuridad casi palpable. Aiden se detuvo, tratando de discernir el camino. "No me gusta esto", dijo, su voz apenas un susurro en la bruma. "Perdemos nuestra orientación y las sombras podrían estar más cerca de lo que pensamos".

Evelyn sintió un escalofrío recorrer su espalda. "Quizás deberíamos usar el colgante para guiarnos. Tal vez tenga algún tipo de conexión con la oscuridad, algo que nos permita encontrar el camino".

Al hablar, Aiden notó que la luz del colgante parecía moverse, pulsando como un corazón. Sin pensarlo, Evelyn lo levantó frente a ellos, y la luz se intensificó, iluminando el camino delante. "¡Es por aquí!" exclamó, señalando hacia la dirección en la que la luz parecía guiarles.

Sin embargo, a medida que avanzaban, la niebla parecía volverse más espesa y las sombras comenzaron a cobrar forma. Figuras indistintas aparecían y desaparecían, susurrando en un idioma que no podían entender. El miedo comenzó a infiltrarse en sus corazones.

"Recuerden lo que aprendimos en el Juicio", dijo Marcus, apretando el puño. "No debemos dejar que estas sombras nos engañen".

De repente, una serie de gritos desgarradores resonaron a su alrededor. Las figuras comenzaron a moverse rápidamente hacia ellos, transformándose en sombras oscuras y amenazadoras. Sin tiempo para pensar, Aiden, Evelyn y Marcus se posicionaron para luchar.

Las sombras atacaron con una ferocidad que los sorprendió. Mientras las criaturas se abalanzaban sobre ellos, Aiden levantó su espada, recordando la claridad que había encontrado durante su juicio. Cada golpe que asestaba era acompañado de un grito de liberación. Las sombras se desvanecían al contacto con el acero brillante, pero aún así, nuevas formas surgían de la niebla.

Evelyn, sosteniendo el colgante, sintió una oleada de poder. Concentrándose, canalizó la luz del colgante hacia las sombras, que retrocedieron momentáneamente ante su brillo. "¡Ahora! ¡Sigamos avanzando!" gritó, dándole fuerzas a sus compañeros.