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Era una deliciosa fragancia que se instalaba cómodamente a sus fosas nasales, lo que le provocó al instante una tierna y dulce sonrisa que iluminó por completo su rostro, restregando su nariz en el torso de aquella persona, quien al darse cuenta de sus movimientos le atrajo hacia sí en un abrazo, donde JiMin sin dudarlo se dejó consentir. 

—Ya es tarde, dulzura —JungKook habló, donde JiMin sorprendido abrió los ojos, despegando su rostro del castaño, quien recibiéndole con una sonrisa le besó su frente.

—¿Moriste y estamos en el cielo?

JungKook no pudo evitar una escandalosa carcajada, negando al mismo tiempo con la cabeza.

—Por supuesto que no, JiMin —respondió, sentándose en la orilla de la cama, tapando a JiMin —, he pasado la noche contigo, ¿cómo te sientes?

—Muy bien —sonrió JiMin para después sentarse, mirando la espalda de JungKook —, sabiendo que estás a mi lado, todo es perfecto.

—Encantador como siempre, ¿eh? —mirándole sobre sus hombros, se atrevió a acercarse al rubio, plantando un beso que sonó en la habitación, las mejillas del chico se coloraron al instante, donde se cubrió con la sábana avergonzado —. Hey, ¿te has sonrojado?

—Me sorprendió que tomaras la iniciativa, Kookie —dijo mirándole, aún cubriéndose.

JungKook sólo sonrió, tomando en el transcurso la mano del rubio, apretándola.

—¿Por qué has tratado de saltar? —finalmente soltó la pregunta, borrando su sonrisa para notarse la seriedad. JiMin de igual forma borró su sonrisa, incluso bajando la sábana para mostrar su rostro nervioso, carraspeando la garganta.

—Era… lo mejor —soltó, notando que JungKook al instante le soltaba, levantándose de la cama para encararle, donde JiMin se encogió en su lugar, mirándole tal cual un cachorro regañado.

—¿Cómo es que piensas que es lo mejor? —cuestionó de forma dura el castaño, frunciéndole visiblemente el ceño.

—Es sólo que… —cerró los ojos, tratando de buscar las palabras correctas para explicarse —, si acababa con mi vida, sólo así acabaría con Dabai, por eso…

—¿Te lo ha dicho él? —interrumpiéndole, JungKook elevó una ceja, en todo momento mirando a JiMin, quien por cierto asintió ante su pregunta de forma nerviosa —. No puedo creer que le hayas creído… —negó con la cabeza, elevando una mano a su rostro para sobar el puente de su nariz —. Ellos son Dioses aztecas, o entes, como quieras llamarlos. El acabar con ellos es básicamente imposible, créeme. Ya lo he tratado de hacer. De niño quisieron expulsarme a pluma blanca y no pudieron. Ellos viven en ti hasta el día de tu muerte, y si mueres, ellos se trasladan a otros cuerpos, así de simple.

JiMin abrió los ojos en grande, incluso manteniendo la boca levemente abierta por la sorpresa, tragando saliva después para fruncir el ceño, negando con la cabeza mientras botaba las sábanas a un lado, levantándose de la cama.

—¿Estará siempre… conmigo?

—JiMin… —JungKook le tomó de las manos, dando una última mirada hacia tras para rectificarse de que nadie estuviese cerca para volver a JiMin, quien atento le esperaba —. Yo he venido a este lugar con la intención de averiguar tu caso, ¿cierto? —JiMin asintió —, no estaba dispuesto a venir por miedo de la primera vez en la que ambos nos conocimos, lo que menos quería era volver a experimentar algo como en un pasado se había dado.

—No logro entender muy bien, Kook… —la voz de JiMin tembló.

—Yo he venido al hospital para que mi ente, en este caso; pluma blanca, se enfrente con el tuyo; Dabai. Es la única forma en la que ambos entes pueden salir de nosotros —explicó, donde JiMin entrecerró los ojos, mirando con incredulidad al castaño —, busco ayudarte y ayudarme, JiMin. Si ambos logramos deshacernos de esto…

𓂀 𝕀𝕟𝕤𝕚𝕕𝕖 𝕄𝕖 [𝕂𝕠𝕠𝕜𝕄𝕚𝕟] 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora