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—Día ocho de junio del año dos mil diecisiete —JungKook suspiró profundamente, enfocando la mirada con JiMin, quien sentado en la silla asintió. Esta vez no se encontraba amarrado ni nada por estilo, al contrario, mantenía sus manos juntas sobre sus muslos, mirando a JungKook, quien se encontraba al lado de la cámara —. Comenzamos con la entrevista al paciente Park JiMin del hospital psiquiátrico, centro médico de Asan, ubicado en Seúl Corea del sur. —JungKook continuó, mirando el papel blanco en su mano mientras que con la otra mantenía un bolígrafo. Esta vez era tan diferente que no soportaba tanta la tensión —Quien padece de cuatro enfermedades psicológicas según lo describen los Doctores, ¿cierto?

JiMin tragó saliva antes de contestar. 

—Así es —asintió el rubio, ahora enfocando la mirada a la cámara —, te agradezco por estar en estos días, el haber tenido una comprensión a mi lado ayuda a poder tener mejor habla.

—No hay nada qué agradecer —tratar de sonar formal no era para nada fácil. JungKook ni siquiera se atrevía a mirarle —. Sin más, comencemos con la entrevista, ¿le parece?

Hoseok esta vez estaba presente justamente en la puerta de aquel blanco cuarto. Había un visible cambio en JiMin desde que lo había sacado de su habitación, por alguna razón estaba altamente diferente en cuestión de actitud. Quería suponer que se trataba de su estado de humor por la ida de JungKook.

—Sí —dijo JiMin, a lo que JungKook le miró unos segundos, unos segundos que duraron siglos y su corazón bombeó en locura, negando con la cabeza para continuar.

—Según lo escrito en su historial… comprendí que usted fue encontrado en un brutal y alucinante asesinato, ¿cierto? —JiMin asintió, ahora mirando al castaño —¿Puede contarnos cómo fue que pasó? ¿puede recordar algo de lo sucedido?

—Claro que sí —JiMin contestó, dando un enorme y profundo suspiro para poder continuar —. Era mi familia, yo los maté.

JungKook inmediatamente agrandó los ojos que fue inevitable no mirarle, a lo que JiMin siguió con la vista a la cámara. Hoseok a su lado se congeló igual o peor que él, tragando duramente saliva. El temblor en ambos era notorio.

—Puede continuar —dijo JiMin ante el eterno silencio, donde JungKook aclaró su garganta.

—¿Hubo una razón en específico? —JungKook cuestionó, elevando una ceja mientras terminaba de anotar la respuesta en la hoja.

—Se lo había prometido, y tuve que matarles. Sólo así obtendría su libertad —respondió JiMin con simpleza, elevando la mirada en señal de triunfo, plantando incluso una escalofriante sonrisa —. Ellos siempre fueron una mierda con Ji… conmigo...

—¿Podrías ser más claro, por favor? —JungKook preguntó, esta vez frunciendo el ceño ante el gesto dado, incluso comenzando a morder la punta del bolígrafo.

—Pero claro —coqueto, JiMin asintió, recargándose en el torso de la silla —. Desde niño he tenido como el… ¿don? Si así podría ser llamado, de ver a los fantasmas. Yo ingenuo y perdido en la inocencia, les contaba a los pocos niños del colegio. No obtuve nada mas que burlas, rechazos, odio. Odio en especial de mis papás, que me catalogaron como loco.

—Comprendo… —achicando los ojos, JungKook continuó escribiendo, incluso de reojo mirando las facciones que hacía JiMin —. Sigue.

—Cargo en mi interior un ente. Un Dios extremadamente poderoso. Un ser que logró cegarme y llevarme al camino de la libertad —lentamente y con aparente felicidad, JiMin comenzó a cerrar sus ojos, pasando una mano por su cabellera, plantando nuevamente una sonrisa —. Entonces en un arranque de ira y rencor acumulado, me atreví a acabar con ellos. Hacerles pagar por todo lo que me hicieron.

𓂀 𝕀𝕟𝕤𝕚𝕕𝕖 𝕄𝕖 [𝕂𝕠𝕠𝕜𝕄𝕚𝕟] 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora