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Había algo en JiMin que siempre le había gustado desde el primer momento en el que le conoció, y era la forma tan atrevida de coquetearle.

JiMin era como la sensación que te provocaba lo de una droga; era viciosa, adictiva, dañina probablemente, pero siempre buscabas más y más en conseguir presentarse en aquel acogedor cielo que te hacía olvidar absolutamente todo. Siempre incitándote a ir hasta el final.

Así tal cual, como ahora se encontraba de forma urgente dirigiéndolo a los baños del tercer piso, el cual siempre solía estar vacío y en completo silencio debido a que no tan frecuente era visitado.

No importaba nada, no importaban las palabras o advertencias de Marwin, en estos momentos JungKook ansiaba en probarle de la única forma en que no lo había hecho. No podía negar que el alejarse de él le causaba una sensación tal cual enfermizo, porque verdaderamente no quería, JungKook quería estar eternamente con JiMin, porque el cariño que él sentía por JiMin era finamente sincero. Su corazón lo sentía.

Subieron las escaleras con total discreción hasta llegar al tercer piso, donde al notar que no había nadie en el pasillo, JungKook tomó la mano de JiMin, quien ansioso igual o peor que él le siguió hasta ambos adentrarse al baño, donde rápidamente y sin esperar algo más entraron al baño de incapacitados, el cual era brevemente más grande que los demás.

JungKook puso seguro a la puerta, donde al voltearse sólo pudo sentir los carnosos y apetecibles labios del rubio contra los suyos, quien básicamente lo arrinconó a la puerta, escuchándose el ruido de ésta. JungKook sonrió, enviando sin pensarlo las manos a la cintura de JiMin, atrayéndolo hacia sí.

—No se te vuelva ocurrir quererme dejar... —JiMin amenazó con el ceño fruncido, acunando el rostro de JungKook entre sus manos. Los ojos del rubio palpitaban en puro y fino placer y deseo, eso sin mencionar la mirada de JungKook, la cual era tal cual un tigre asechando a su presa.

—No —contestó simple, volviendo atrapar los labios de JiMin para profundizar el beso, bajando sus propias manos a las piernas de JiMin, cargándolo en su cadera para caminar al retrete, sentándose en cuanto verificó que la tapa estuviese —. Perdóname, bebé…

JiMin se pegó más hasta que sus erecciones rozaron a pesar de estar la ropa en medio. JiMin portaba su clásica y diaria vestimenta de pantalón blanco y playera del mismo color, por lo que no fue difícil de quitarla. JungKook se deshacía como loco de su ropa, en ningún momento se atrevió a romper el beso a excepción de cuando le retiró la playera.

JiMin se separó, lamiendo la saliva dada en sus labios, plantando una coqueta sonrisa que volvió más loco al castaño bajo él, quien amasando su culo lo repegaba hacia sí, fingiendo embestidas.

—A-ah…

—Me encanta todo de ti, Minnie —murmuró JungKook, dirigiendo sus labios al cuello descubierto del chico, no atreviéndose a marcar chupones, sólo dedicándose a besarle y pasar su caliente y húmeda lengua en la zona. JiMin por su parte trataba de callar sus gemidos mordiéndose sus labios, al mismo tiempo enredando sus dedos en los cabellos castaños de JungKook —. Incluso este tentador y grande culo que tienes.

JiMin sonrió, buscando los labios de JungKook hasta que nuevamente los besó, dando leves saltitos sobre él hasta sentir que su polla se humedecía ante el tacto del castaño.

—Demuestra que es tuyo —musitó ronco, lamiendo esta vez la mejilla de JungKook hasta morder su mandíbula. JungKook inmediatamente gruñó, apretando más su culo —M-mgh… Kookie, ah-

—Te follaré tan duro que no dudarás a quién perteneces —demandó JungKook, fijando la mirada en JiMin, quien de igual forma mirándole obtuvo una respiración rápida, su corazón latiendo a mil por minuto conforme aquella dura y fuerte mirada le comía.

𓂀 𝕀𝕟𝕤𝕚𝕕𝕖 𝕄𝕖 [𝕂𝕠𝕠𝕜𝕄𝕚𝕟] 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora