♡་༘𝒜 𝓁𝒾𝓉𝓉𝓁𝑒 𝓅𝒶𝒾𝓃 ─ 𝘙𝘪𝘯𝘥𝘰𝘶 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪

Capítulo 43

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—Te ves como si hubieras tenido una sobredosis...— Sanzu miro de arriba a abajo con recelo a la figura de Ran, juzgandolo bajo sus lentes de sol. —Consigue tu propia personalidad, perra.— Se burló por última vez del mayor antes de subir al auto al asiento de copiloto del auto de Kakucho.

Al drogadicto, al despechado de Ran y a Kakucho no les hacía mucha gracia ir juntos a hacer un recado. Los tres juntos no eran una buena combinación. De por sí el de cabello color chicle y el menor de todos, se llevaban fatal, como perros y gatos. Toda la vida había sido así, nunca supieron llevarse bien pero si soportarse bajo la atenta mirada de su jefe. Por otro lado Sanzu aún estaba ofendido porque Rindou decidió desligarse de sus misiones, así que la pagaba con el otro Haitani, el cual tampoco ayudaba a mejorar la situación.

Así que él extenso viaje en auto sería mucho más que tedioso. Ran ya se lo imaginaba, con Sanzu nunca se sabía que esperar y él tenía una resaca espantosa y no tenía ánimos ni la fuerza de lidiar con Haruchiyo.

Y aunque Kakucho lo notó no comentó nada, no era necesario.

Sanzu lo haría por él.

El pelimorado de gran altura se encontraba desplomado en el asiento trasero. Bastante dramático de su parte, cosa que llamó la atención del número dos de Bonten.

—¿A quién embarazaste, Zoquete?.— Fue la primera razón que vino a su mente al ver el estado de Ran a través del espejo en medio de ambos asientos.

—¿Es lo primero que piensas?. Eres un idiota.— Respondió Kakucho perturbado por la respuesta.

Ya habían empezado, ambos tenían diferencias hasta por el café.

Ran giró sus ojos ante la pelea que comenzaba a formarse.

Debía admitir que necesitaba desahogarse. Pero digamos que sus compañeros no eran la mejor opción.

—Ignoralo, Ran. La única relación estable que ha tenido ha sido el porro que se fumo antes de venir...— El menor soltó de forma sizañera dejando a Sanzu con una mirada de asombro y molestia, al menos logró callarlo por unos minutos. —¿Estás bien?. Empiezo a creer que el alcoholismo está en la sangre Haitani...—

Ran se veía muy diferente al Ran que ellos acostumbraban a ver.

Su cabello no estaba peinado a la perfección y ni siquiera traía el saco de su traje, sin contar la hinchazón debajo de sus ojos y la mirada cansada. Bastante diferente al usual Ran Haitani. Siempre vestido de punta en planco, con su cabello engominado y una actitud relajada y dominante.

Debía ser algo bastante grave para tener a Ran en ese estado tan deplorable.

—No precisamente.— Respondió con pesar mientras estrujaba sus ojos y suspiraba con cansancio. —Hana y yo Terminamos.—

—Wow, que sorpresa...Vamos, hermano. Como si te importara un poco.— El pelirosa volvió a incluirse en la conversación con un resoplido. Él no era idiota y kakucho menos, ninguno se tragaría ese cuento. Ambos habían visto a la pareja junta en varias ocasiones.

Solo era cuestión de tiempo hasta que el Haitani se aburriera.

—Vamos, Ran. Admitelo, ni siquiera la amabas. ¿Que te tiene tan mal aparte de la resaca?. — Kakucho por una vez concordó con Sanzu, aunque de su boca jamás saldría ese pensamiento.

—No es nada. Ya se me pasará.—

Y luego de una mirada preocupada de Kakucho y una broma del pelirosa. Ninguno comentó algo más.