Hora tres. 9:00 P.M.

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"¿Qué estás haciendo?"

"Soñando con escapar". Ling estudiaba la escotilla de metal cuadrada sobre sus cabezas. "¿Crees que si te levantara podrías abrir esa cosa?"

"Ni hablar". respondió Orm sin dudar. "Para nada. No conseguirás que esta señora Rosen se suba al árbol de Navidad".

Ling reconoció la referencia de inmediato. La aventuradel Poseidón era una de sus películas favoritas de todos los tiempos. Su aprecio por Orm aumentó, en contra de su voluntad. Bajó la mirada y sintió un cosquilleo nervioso en el estómago al sonreírle a Orm con expresión divertida "¿Dónde está tu espíritu aventurero?"

"Seguramente en casa, con mi libro, mi mascota y mi bañera". resopló impaciente Orm. "Me niego a subir ahí. No nos estamos hundiendo, no nos vamos a morir por quedarnos aquí esperando ayuda".

"Pero afecta a mi productividad". protestó Ling, que miraba al techo de nuevo con anhelo.

"Oye, no voy a convertir esto en una película de catástrofes por culpa de una propuesta estúpida". replicó Orm con firmeza. "Siempre he dicho que sería el primer personaje en morir si estuviera en una. De hecho, estoy convencida de ello. Sencillamente, no soy ni tan inteligente ni tan tenaz. Y tampoco tengo tanta suerte y mi vida es más importante que el trabajo que puedas hacer un viernes por la noche".

"¿Importante para quién?" renegó Ling entre dientes.

"Aprovecha para relajarte". le recomendó Orm, que suavizó su expresión y esbozó una sonrisa indescifrable. "Me comprometo a mantenerte entretenida".

"¿Y tendrá algo que ver con mala música y bailar desnuda?"

"Solo si me lo pides amablemente". Hizo una pausa. "Técnicamente tu media hora se pasó hace dos horas".

Ling cabeceó. Notaba que volvía a ruborizarse por la vergüenza.
"¿Qué parte de la pequeña actuación había preparado Jakarin?"

Orm chasqueó la lengua y miró a Ling con un mirada de reproche. "Eso es algo entre Jakarin y yo. Si quieres saberlo, pregúntaselo a él".

"Lo haré si salimos de aquí".

"Creía que los teléfonos móviles funcionaban en los ascensores". comentó Orm. El suyo estaba en el suelo, donde lo había dejado tirado tras comprobar que no tenía cobertura. "A la mierda la tecnología. Apuesto a que sin ella te sientes desnuda ahora mismo, ¿Me equivoco?"

Ling asintió tímidamente. "Sí, creo que para mí es como una red de seguridad.
Sin mi ordenador me siento muy... vulnerable".

"A mí me pasa lo mismo". Orm levantó las manos y fingió que le temblaban exageradamente. "Ya me estoy poniendo nerviosa porque voy a pasarme doce horas sin mirar el correo".

"Mi bandeja de entrada baja el ritmo el fin de semana". Ling se permitió una sonrisa autocrítica. "Ni te imaginas cuánta gente no trabaja el sábado y el domingo".

"Bueno, a mí me llegan correos de la universidad, pero la mayoría son personales, sobre todo los fines de semana, así que me paso el día mirándolo". Ling nunca habría tomado a Orm por una friki de los ordenadores. Entre lo suyo con los correos electrónicos y La aventura del Poseidón, la joven estaba llena de sorpresas.

"Yo no recibo muchos mensajes personales. Solo lo típico de mis padres..."

"¿Dónde viven?"

"Saliendo de la ciudad".

"¿Tienes hermanos?"

"Un hermano menor. La última vez que supe algo de él fue que prácticamente vivía en casa de mis padres".

13 Horas (LingOrm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora