Un poco duro [M]

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Orm abrió la puerta de su apartamento y dejó pasar a Ling. Cuando entró, respiró hondo para calmar los nervios.

"¿Recuerdas la noche que nos conocimos?" preguntó Orm mientras seguía a Ling a la cocina, acariciando a Uni en brazos.

Ling sonrió ante la pregunta tonta.

"Por supuesto".

"Te conté... algunas cosas que me gustaban". Orm se cambió a Uni de brazo y abrió el refrigerador. "De sexo duro".

"¿Los azotes y nalgadas?"

La voz de Ling sonó entrecortada y Orm se estremeció de deseo. Asintió.

"Eso es parte, sí". Orm le pasó una botella de cerveza a Ling antes de proseguir. "Quiero que me azotes y me digas cosas sucias. Quiero que tomes el control. Que me ates a la cama".

"Amor..."

Ling exhaló un suspiro y se peleó unos segundos con el tapón de la botella. No le disgustaba darle una palmada en el culo a Orm cuando la tomaba por detrás, pero eso era lo máximo a lo que habían llegado sus juegos hasta el momento.

Orm la observó con atención.

"Sé que hemos hecho nuestros intentos en la cama... algunas veces. A veces me da la impresión de que te gustaría mucho dominarme. ¿Hay alguna razón por la que nunca hayas ido más lejos?"

Ling negó con la cabeza.

"No". susurró. "Es decir, la idea me excita. Mucho. Pero supongo que..."

"¿Qué?"

Orm besó a Uni en la cabecita y la dejó en el suelo.

"La oigo gruñir desde aquí". comentó Ling, aunque sabía que solo estaba ganando tiempo. No estaba lista para explicarse.

"¿Qué puedo decir?" dijo Orm con suavidad. "Se alegra de verme".

Ling dio un trago de cerveza. Verdaderamente lo necesitaba.

"Creo que yo también gruñó a veces, cuando te veo".

"Sí que lo haces".

Orm avanzó hacia Ling y le pasó la uña por la entrepierna. "No has respondido a mi pregunta".

Ling sintió la garganta seca al hablar.

"Esperaba que me lo pidieras. No sabía cómo empezarlo y..."

"¿Y qué, mi cielo?"

"Supongo que me daba miedo hacerte daño". murmuró Ling en tono de preocupación. "Yo también tengo fantasías, pero..."

"No me harás daño". le dijo Orm.

Era un hecho innegable, una certeza que residía en el fondo de su corazón.

"Quieres que te abofetee". murmuró Ling "Quieres que te amarre y sea dura contigo. ¿Cómo puedes estar tan segura de que no te haré daño?"

Orm sacó la mano de la entrepierna de Ling y se la puso en la rodilla.

"Porque instintivamente, eres una mujer muy tierna y no creo que vayas más allá del placer".

Ling pestañeó y desvió la mirada.

"¿Qué quieres decir?"

"Quiero decir que el punto de todo es experimentar el dolor. Pero no es dolor dolor, sino el tipo de dolor que está justo en el borde del placer. Es dolor bueno. Cuando digo que quiero que me azotes, es que quiero que me azotes de verdad".

13 Horas (LingOrm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora