Aquel viernes

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Orm salió a recibir a Ling en la puerta de su apartamento, vestida únicamente con un albornoz de color azul pálido y una amplia sonrisa. Ling le traía una docena de rosas rojas y le dio un buen repaso al entrar.

"Estás radiante". le dijo al darle las flores. Orm cogió el ramo y Ling la atrajo de la cintura para darle un beso. "Absolutamente radiante. Y también hueles delicioso".

"Gracias. Soy bonita y limpia".

Ling le tiró del cinturón del albornoz y lo tiró al suelo. Le abrió la tela de toalla y deslizó las manos dentro para acariciarle los pechos.

"Ya veo. Y la verdades que me pareces irresistible".

"Entonces mi malvado plan ha funcionado".

"Oh, ya veo". murmuró Ling, estrujándole el trasero. "¿Es esto parte de una segunda fantasía?"

"Pues sí". Orm le sonrió coqueta. "Hoy he probado algo nuevo".

"¿Qué cosa?" preguntó Ling mientras le cubría la garganta de besos.

"Un enema".

Ling se apartó y miró a Orm con inseguridad y sorpresa.

"¿Perdona?"

"Quería estar limpia". explicó Orm. "Para esta noche. Para la segunda fantasía".

"¿Y cuál es esa segunda fantasía, mi vida?" Ling siguió masajeándole y estrujándole las nalgas. "Espero, por mi bien que no tenga nada que ver con ponerme un enema a mí también".

Orm rió.

"Ah, no ha sido tan malo. Ahora me siento inmaculada".

Ling se relajó y sonrió traviesa mientras conducía a Orm al sofá.

"¿Y qué quieres que haga con tu culo virgen, mi cielo?"

"Quiero que lo folles". le dijo Orm.

Casi sonrió al ver cómo a Ling se le encendía la mirada con aquellas palabras.

"¿Con los dedos?" preguntó Ling, tragando saliva tras dejar escapar un suspiro.

Orm negó con la cabeza y se sentó en el sofá. «Eso ya está superado.» Había llegado el momento de intentar cosas nuevas.

Hizo sentar a Ling a su lado.

"Con un dildo. Precisamente, he comprado uno para la ocasión".

Ling la contempló con una mezcla de asombro y deseo.

"¿En serio?"

"En serio".

Orm le pasó el dedo por la mandíbula y después por la clavícula.

"Siempre he tenido fantasías con practicar el sexo anal con algo más que un dedo, pero nunca lo he probado. Nunca había habido nadie con quien quisiera intentarlo".

"Y se supone que yo tengo que..."

"Llevarlo puesto". completó Orm, anticipándose a la pregunta de Ling. "Quiero sentirte contra mi cuerpo mientras estás dentro de mí".

Ling se estremeció en sus brazos.

"¿Estás nerviosa?" le preguntó.

"Un poco, la verdad. Es un poco intimidante". miró a Ling significativamente. "Pero confío en ti'.

"¿Aunque no lo haya hecho nunca?"

Orm contuvo la risa ante la tímida pregunta, porque era capaz de percibir la emoción que encerraba.

13 Horas (LingOrm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora