Hora Trece. 7:00 A.M.

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Ling estuvo un buen rato medio dormida y medio despierta antes de abrir los ojos definitivamente. No podía decir que se sintiera descansada y sabía que no había dormido mucho rato en aquel suelo tan duro. La incomodidad, por una parte, y la sensación extraña de envolver el cuerpo cálido de Orm entre sus brazos, por otra, habían conspirado para mantenerla desvelada.

Orm tenía la cabeza apoyada sobre su pecho y el brazo alrededor de su cintura. Notaba los pechos de la joven en el costado, y los recuerdos que evocaba la sensación no la dejaron dormir. Ling estiró el cuello y besó a Orm en la coronilla, antes de aspirar el dulce aroma de su champú, mezclado con sudor.

"¿No puedes dormir?" murmuró Orm.

Ling se sobresaltó al oírla; no sabía que estaba despierta. Le dio un cariñoso abrazo.

"No. No quería despertarte".

Orm levantó la cabeza y miró a Ling con ojos cansados.

"No me has despertado". le dijo. "Siento haberme desplomado encima de ti así. Me has dejado muerta".

"Pronto nos sacarán de aquí".

Ling echó un vistazo a su reloj de pulsera. Eran las siete. Jay debía de estar en camino.

"Además, aunque hubiera sido la cama más cómodadel mundo, no creo que hubiera podido dormir. Creo que todavía estoy un poco emocionada".

Orm le sonrió con ternura.

"¿Por haber hecho el amor?"

"Por todo. No dejo de pensar en todo. Y tampoco estoy acostumbrada a tener a alguien tan cerca. Quiero tocarte todo el tiempo".

Orm le acarició la mejilla con el dorso de la mano y se inclinó para darle un beso fugaz.

"Lo entiendo".

"¿Sí? ¿También te sientes así?" preguntó Ling, mientras le acariciaba la oreja. Orm tenía una piel muy suave.

"Sí". respondió Orm. "También estoy emocionada".

"No puedo creer que solo hayamos estado aquí doce horas". susurró Ling. "Me siento como si fuera una persona completamente diferente".

"Eres la misma persona, solo que...más valiente".

"No, soy diferente".

Ling se echó hacia delante para capturar los labios de Orm. En aquella ocasión, el beso fue más largo y profundo. Orm habría deseado que durara para siempre. Orm era como un milagro que le había cambiado la vida de la noche a la mañana. Solo pensar en volver a su vida de siempre la ponía enferma.

"Soy mejor persona por haberte conocido".

Orm la besó de nuevo, durante más de dos minutos. Cuando se apartó, lo hizo con un gruñido de satisfacción y se echó hacia atrás para poder contemplar a Ling.

"Así que, ¿Qué piensas hacer cuando salgamos de aquí?"

"¿Esta mañana?"

«Algo contigo, espero.» Insegura, se fue por las ramas. "¿Y tú?"

Orm bajó la mirada.

"¿Querrás trabajar en tu propuesta?"

"¿Qué propuesta?"

Orm se relajó al instante y soltó una sonora carcajada. Miró a Ling a la cara, con ojos relucientes.

"Joder, pues sí que ha tardado poco en bajar de categoría tu propuesta 'super importante".

13 Horas (LingOrm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora