10. IMPACTO*

8 5 0
                                    

Como alguien que ha estado llorando por mucho tiempo. Limpio sus ojos pesados, peino su cabello hacia atrás con sus dedos y poco a poco pudo recuperar la calma Después de un rato en silencio, se dirigió a mí.

— Y ¿cómo se llama?. — preguntó sacándome de mis pensamientos.

—...Helen — conteste. Alfred parecía estar mucho más tranquilo ahora.

— ¿Quieres ir al jardín? — asintió sonriendo.

— Me vendría bien. — salimos.

— Es en realidad curioso ese magnetismo que puede existir entre las personas sabes, como si en realidad hubiera una química muy buena o muy mala, pero natural. Te reto, a que le consigas un sacapuntas mañana y lo averigues — me reí de su idea parecía un buen chiste.

— Solo escucha y reacciona a lo que tu pienses, y siempre está la opción de guardar silencio, debes mostrarte como eres incluso si eso la lleva a no querer conocerte. —

Me pareció una buena idea.

— Tienes razón. —confesé. — No hay por qué sentirse apresurado, a lo mejor resultamos siendo buenos amigos... Y si logro hacerlo, ¿tu que haras? ¿cocinaras por mi estos días?. — propuse en forma de broma.

— Dalo por hecho. — me quedé resignado al ver que para él no era ni una molestia cocinar — Animate, la buena noticia es que podríamos morir en cualquier momento — dijo sarcástico

— ¿Qué te gustaría hacer antes de morir?. — pregunte

— Respirar. — me contestó con una sonrisa divertida.

Sin decir nada se dirigió al repertorio que estaba a un lado de la ventana.

— Lucy, debió tenerte muy joven, que buen gusto musical. — comento mientras miraba las portada de los discos.

— La verdad es que, Lucy no es mi madre, sino mi tía, ¿quieres poner algún disco?. — pregunté

— ¿Y tus padres?. — pregunto en seco. Miro un álbum y me lo paso. Era de rock.

— Murieron en el 68. — Tomé mi tiempo para poner el disco. — En la matanza de Tlatelolco, hace 18... no tuve el gusto de conocerlos.—

Alfred se quedó en silencio por unos segundos mientras sonaba cerati, sonrió.

— ¿Que irónico no? Es decir, nunca es suficiente, tú desearías conocerlos, yo desearía no tenerlos, hay quienes no querrán verlos separados, otros llorarán porque sus padres necesitan hacerlo, siempre hay algo que reprochar, de suerte que somos seres individuales. Y podemos aprender a romper el patron.—  me sentí en confianza, si, era un ángulo bastante ambiguo.

— Mis padres son los que están en esa foto de ahí. — Señalé dentro de la vitrina, él miró atento.

— Linda pareja, te pareces a ambos, pero  te pareces más ella. — dijo observandome, lo que me resultó gracioso, me daba gusto que así fuera, varias personas me lo habían mencionado.

— Sus, siento mucho lo de tus padres en verdad. —

— Gracias. — conteste sinceramente.

— Creo que es buen momento para que te des un baño, te prestaré algo para que te cambies, sígueme. —

Después de mostrarle el baño y la habitación que ahora compartiríamos, de suerte que había dos camas para que estuviera cómodo, lo deje solo.

Me sentía preocupado, no sabía nada de Lucy, sentí que ya había tardado demasiado y yo no podía salir. Después de limpiar un poco la casa dieron las 12.56 PM.

Salí al pequeño jardín, suspire, poco a poco logre mantener la calma, después de un rato escuche detrás la voz de Alfredo.

— Estoy muy ansioso, no saber que pasara me pone... nervioso. — dijo.

—...También estoy preocupado. — comente, tocando el romero con la yema de mis dedos para respirarlo. Los dos contemplamos el jardín un momento.
— ¿ Gustas un cigarrillo? — pregunte, sabia que no era buena idea, después de un ataque de ansiedad aunque si no es en exceso sienta muy bien.

— La verdad me vendría bien. — Encendí mi cigarrillo y le pase los cerillos.

— Esto es una prueba de resistencia,  siento que volveré a ver a Marco cuando esto termine...—  cuando Alfred estaba en total confianza es muy sofisticado y un tanto afeminado pero en él resultaba elegante, lo admiraba. Me quedé pensando en lo que había dicho... se sentía que extrañaba a Marco.

— ¿ Qué piensas que hay después de morir? — pregunté.

— No lo sé, pero es absurdo pensar que no hay nada... es decir, pienso que es lógico que exista una chispa cuántica que enciende los circuitos biológicos de la naturaleza de forma orgánica, por pequeña que sea, de forma al dejar de funcionar en este plano físico, probablemente se conserve cierta parte,  también está comprobado que la energía se transforma, siento que es lógico, ¿Tu que piensas?. — me quedé en silencio, me parecía fascinante encontrar a alguien que también se había hecho esa pregunta alguna vez y había llegado a una conclusión.

— Si, es demasiado para ser una coincidencia... tampoco sé qué habrá pero siento que debe de haber algo que está relacionado estrechamente con el aquí y ahora. —

— Si, el aqui y ahora que en ocaciones me tortura. — dijo él, sonriendo

— Y en ocasiones nos libera. — confirme

después de un momento terminamos el cigarrillo

— ¿Me dejarías cocinar? ... para mantenerme ocupado un rato. —

— Claro Alfred, adelante — confirmé.

— Aprovechare para hacerte un té. — comentó dándome la espalda para dirigirse a la cocina.

Yo me quedé en el jardín, seguía sintiendo un vacío. Hice tres respiraciones que había aprendido en el aikido para mantenerme tranquilo y concentrado. De pronto sonó la puerta, diría que sonó como un toquido dudoso, aunque fuerte. Me dirigí a abrir.

REACCION. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora