Cuando llegamos a casa. Alfred y yo preparamos el desayuno para todos. Huevos hervidos con sal y limón, verduras hervidas y quesadillas de flor de calabaza con tortilla de maíz. Lucy estaba sentada en el sillón con las chicas, alistándose para ir al teatro, aún estaban haciendo los últimos preparativos para presentar su obra el día Martes. Cuando de pronto se quedó pasmada, acercándose a la pintura de Alfredo que había dejado recargada en la pared, se maravilló al ver el rostro, también era mi favorita, y si imagine que le gustaría a Lucy, es una amante del arte. Miro el nombre de Alfredo en una esquina.
— Que buena pieza Alfred, es decir, se nota en verdad una auténtica técnica,es una obra de arte, además, un hermoso rostro... si no fuera por las patillas diría que es una chica.—¿ Tú crees?. — preguntó Alfredo con una sonrisa intrigante mientras ponía la mesa. — Gracias Lucy, es muy grato que te guste.— más que gustarle, ella estaba fascinada.
— En verdad te gusta. Por favor, acéptala como un obsequio.—
— De ninguna manera, es una pieza única. —
—Si, es muy especial, y, lo que la hace aún más especial es que te guste tanto, así que quiero que la tengas tu Lucy. Se vería muy bien en la pared, a un costado de la ventana. — comentó él, aún convenciéndola.— Gracias chico nunca dejes de pintar. Lo haces muy a tu manera... Oye hablando de hacer las cosas bien. Sé que no trabajas los domingos, pero necesito que vengas conmigo a el teatro, necesitamos tu apoyo, ya casi terminamos los últimos detalles de la obra.—
—Claro. —
—Seguro que saldra bien su obra Lucy — comentó Yenni.
—Gracias hermosa, les traeré cortesías por si quisieran asistir. —
Fue un desayuno ameno, cuando terminamos, Alfred y Lucy salieron rumbo al teatro. Yenni se levantó agradeciendo el desayuno.
— Gracias por invitarme, me divertí mucho. Mis padres pasarán por mi, en 5 min. Son muy puntuales, iremos a ver a la tía abuela de mi padre. — mencionó. Tomando sus cosas y despidiéndose de ambos, pregunto.. — Mi tía Laura vendrá por ti, ¿cierto? —
— Así es, gracias por acompañarnos. — Salió de casa, sus padres ya esperaban afuera.
Nos dejó solo a Helen y a mi en casa, la verdad estaba algo nervioso aunque ella lucía tranquila.
— Esa pintura de Alfred está en verdad cargada de una energía que invita a querer contemplarla una y otra vez. — sentía algo similar
— ¿Alguna vez has pintado algo? — preguntó
— He, si, hace un año más o menos, con Lucy, tratábamos de experimentar. La verdad, si lo disfruté aunque es algo que no he vuelto a hacer. —
—¿ A ti qué te gusta hacer en tus tiempos de ocio?. —
—... Lo mío... diaria que son las artes marciales y las ciencias naturales. Que aunque no se note también son arte. —
— Correcto, dicen que eres bueno en ello. ¿puedo ver lo que pintaste? — cuestionó ella, me encantaba su sonrisa curiosa.
—Claro. — la lleve por la escaleras, subiendo yo primero. — No esperes mucho, por favor. — le mostré la pintura que estaba en mi habitación, justo a un costado de la puerta.
—wow, es muy abstracto, al parecer son seres acuáticos o... plantas... también parecen ser alguna variedad de corales. —
—En realidad puede ser lo que sea que veas. — me dio risa de nuevo y ella me sonrió.
—Pero si, trataba de plasmar la idea de un mar profundo usando varios grosores de pinceles, como dije, estábamos experimentando.—
— Me gusta, es muy ácido. —
—Gracias... — me sentí ruborizado.
—Que linda vista la de tu ventana. — camino hacia el balcón, mirando a todas partes —
— ¿ Qué miras con tanta devoción? — pregunté, y volvió a verme.
— Todo aquí es hermoso... — dijo, sin quitarme la mirada
— ¿Crees en las cosas extra normales?— pensé un momento su pregunta
— Si, estoy seguro de que hay tanto de lo que no soy consciente justo ahora. —
—Puedo decir que me encanta tu manera de pensar, sabes, hace unos días, te soñé, y creo que te he soñado otras veces. — tenía unos ojos dominantes
— Dicen que la carne tiene memoria... pienso que el alma también la tiene... ¿podrías reconocerme en otra vida? . — Estaba demasiado cerca, podía percibir su aroma y escuchar su respiración.
— Pienso que puedo reconocerte justo ahora. — afirmé. Y no era broma. Tranquilamente cerró los ojos, esta vez me acerque yo, su nariz tocaba la mía, bese sus labios húmedos y suaves, carnosos como un bombón, acaricie su cabello negro, mi otra mano estaba entre su cintura y esa curva que tanto me gusta, que no me había atrevido a tocar después de aquel baile lento. La apreté con la yema de mis dedos, y pude sentir su cuerpo reaccionar, su respiración comenzó a ser más profunda, ella tenía una mano en mi mejilla y la otra la posó en mi abdomen suavemente la deslizó lento hasta llegar a mi ombligo. Entonces me detuve. Nos quedamos viendo... sus ojos expresivos estaban mirándome.
Sonó la puerta de abajo, era su mamá, quien ya estaba esperando en su auto. Se despidió con un beso en la mejilla. Mi respiración, se hizo un suspiro de felicidad.
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REACCION.
Ficțiune adolescențiEn México 1986. Susma; un estudiante de preparatoria, se cruza con personas de su pasado más crucial, lo que lo lleva a conocer las emociones más bonitas, y las que de vuelta estas traen.