19. *EL RASTRO*

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Cuando llegamos a casa estaban en la entrada en punto de las 9 de la noche, los papás de Alfred y su abogado.

— Buenas noches señorita Cruz. Hace unos días me hice presente para notificar una cita en el juzgado. — dijo el abogado

— Así es, y hasta donde tengo entendido la audiencia quedó programada para el día de mañana. — contestó esto mirando a ambos quienes tenían un gesto soberbio. Su madre se acercó a Lucy dando un paso al frente.

— Claro porque hoy se negó, vayamos al grano, usted tiene escondido a mi hijo Alfredo aquí en su casa. Queremos retirar los cargos si habla ahora. —

— No me parece muy justo su consejo, de hecho no estaría mal esperar a hacerlo legal. Parece que esconde algo... — respiro — No tengo a nadie escondido. Es verdad que el teatro me ha asignado un pupilo pero no hablaré más hasta que mañana esté presente mi abogado. —

—La voy a poner tras las rejas. — Lucy se acercó con un paso más a la señora quien parecía estar totalmente irritable.

— Señora, haga lo que tenga que hacer. — contestó con aire indiferente. Me dirigí para abrir la puerta y entrar a la casa, entre, y Lucy detrás de mí. Dejó su bolsa en el mueble de la entrada y se dirigió a ellos quienes seguían parados ahí. —Espero que no estén esperando a que los invite a pasar. —

— Voy a encontrar esa prueba. — dijo la señora

—En realidad ya la tenemos. — el padre de Alfred, el señor Roberto, al cual me referiré ahora como el señor "R" Señaló el cuadro de la pared, en la sala de Lucy que se reflejaba en el espejo. El andrógino.

—Sabemos que ese cuadro es de Alfredo. —

— Ciertamente es de un artista, ¿es bueno verdad?. —

— Por favor no trate de bromear con nosotros. Hasta luego. —

Ambos se dirigieron a su auto sin agregar nada más. Mientras que Lucy cerró la puerta.

— Bueno, ahora que ya saben que si se trata de Alfred, será más sencillo. — Note algo de preocupación en el tono de Lucy. Le preparé un té.

—Lamento todo esto que te estoy haciendo pasar, Lucy. En verdad, no sé que hacer para remediar. —

— Cielo, no decaigas ahora, esto pasaría aunque no hubiera sido con nosotros. Lo vamos a resolver. Ellos esperan que niegue todo, pues no lo haré, la pintura se quedará ahí pase lo que pase. Y mañana será el juicio. Tenemos pruebas y testigos. — llamaron a la puerta de nuevo, imagine que era Alfred, pero se trataba de sus padres de nuevo, con el abogado y un oficial de policía. En punto de las 9:30 se llevaron detenida a Lucy por intento de secuestro. — sentí que el mundo se me venía abajo. Ellos querían que les dijéramos el paradero de Alfred así que revisaron la casa y notaron que no se encontraba ahí.

Lucy meditó su respuesta un momento.

Cuando el oficial se dirigió a mí, me dijo que podría asistir al juicio por la mañana. Fui hasta la patrulla donde subieron a Lucy.

—Todo va a estar bien Sus, esto se va a aclarar. Hablaré con el abogado. Te veré mañana — asentí sin decir nada, tomé sus manos con mis dos manos,

— Nos veremos mañana. —

Note que el auto de Rodrigo ya no estaba. Llamé en seguida a casa de Helen para saber si sabía algo pero no obtuve respuesta. Unos momentos después sonó el teléfono local. Era ella, a quien había llamado unos momentos antes, pero desde otro número local.

— ¿Sus? —

—si

— ¿estás solo?

— si

— Escucha. Hay unas dos patrullas vigilando la casa de Lucy, estamos en casa de Rodrigo y Luis, te paso a Alfredo. —

— Sus, lamento lo que está pasando con Lucy, me voy a

entregar. — lo interrumpí

— Alfred no, Lucy dijo que ya tiene todos nuestros testimonios, las pruebas y el abogado correcto, además, el juicio será mañana y si todo sale bien, todo habrá valido la pena. Se que todo parece muy caótico ahora, pero se va a acomodar. —

— ¿Y si no sale como esperamos?... Si las cosas no resultan, me entregaré. — Se escuchaba su voz ronca, trago saliva. No dije nada, solo quería que el tiempo pasara más rápido. — Este es el número de la casa de Rodrigo y Luis, creo que por ahora será mejor mantenerme aquí. Las patrullas que están afuera, por favor mantente despreocupado, ellos me quieren a mi.

— Estoy de acuerdo, Alfred, será mejor movernos lento ahora, mañana llamaré después del juicio entre una y dos de la tarde. — confirme

— Claro... No se cómo agradecer todo lo que están haciendo por mi. —

— La mejor manera de hacerlo es no ceder ahora.—

REACCION. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora