Capitulo 52

11 0 0
                                    

La Competencia de Deletreo

La Academia Eden estaba en plena ebullición con la llegada de un nuevo evento: el concurso de deletreo en inglés. Este año, los académicos imperiales habían decidido que los primeros tres lugares recibirían una semana libre de las estresantes tareas escolares, lo que inmediatamente despertó el interés de todos los estudiantes. La noticia se extendió rápidamente, y no pasó mucho tiempo antes de que las inscripciones estuvieran llenas.

Anya y Damián no perdieron el tiempo y se inscribieron rápidamente. Ambos sabían que la competencia sería feroz, pero el incentivo de una semana sin tareas era demasiado tentador para ignorarlo. Aunque Anya no tenía un dominio absoluto del inglés, sus habilidades lingüísticas y su capacidad de aprender rápidamente la colocaban en una posición fuerte. Damián, por su parte, confiaba en su preparación y experiencia en estos concursos, habiendo ganado en varias ocasiones anteriores.

El día del concurso llegó y la tensión en el aire era palpable. El salón de actos estaba lleno de estudiantes expectantes, y los participantes estaban alineados en el escenario, listos para enfrentarse a las palabras más desafiantes del diccionario.

La competencia fue reñida desde el principio. Anya avanzaba con paso firme, deletreando palabra tras palabra con precisión, mientras Damián seguía su ritmo con determinación. Pero a medida que el concurso se intensificaba, otros competidores comenzaron a caer, dejando solo a los más fuertes en la contienda.

Finalmente, los resultados fueron anunciados. Anya se coronó como la ganadora, para sorpresa de muchos, incluidos sus amigos y profesores. Pablo, otro académico imperial, quedó en segundo lugar, mientras que Damián ocupó el tercer lugar, una posición que no había anticipado y que le causó una mezcla de sorpresa y frustración.

Damián, que nunca había sido derrotado en este concurso, se encontró enfrentando una nueva realidad. Anya, quien apenas había comenzado a destacar en sus estudios, había logrado superar a todos, incluida él. Este resultado avivó una competencia aún más intensa entre ellos, una tensión que ambos sentían con fuerza.

La competencia se repitió en varias ocasiones a lo largo de la semana, pero Anya mantuvo su posición en la cima. La tensión entre ella y Damián se volvía más palpable con cada encuentro, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder.

Después de la última competencia, cuando todos los imperiales se habían retirado y el salón comenzaba a vaciarse, Damián se acercó a Anya, aún sin poder aceptar completamente su derrota. Su orgullo estaba herido, pero también había una creciente admiración por las habilidades de Anya, que lo intrigaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Damián se acercó con una sonrisa enigmática y, cambiando de idioma con fluidez, le dijo en ruso: "Ты не только говоришь по-русски." ("No solo hablas ruso"). Luego, en inglés: "You also speak English." ("También hablas inglés"). Y finalmente, en español: "Dime, ¿qué otro idioma hablas?"

Mientras hablaba, Damián fue acortando la distancia entre ellos, arrinconando suavemente a Anya contra la pared del salón. Anya, sorprendida por su proximidad, se quedó en silencio, observando a Damián con los ojos muy abiertos. La cercanía entre ellos hizo que el corazón de Anya latiera con fuerza, incapaz de apartar la mirada de los ojos intensos de Damián.

El silencio se volvió denso, cargado de una tensión nueva y desconocida para ambos. Damián, sintiendo la energía del momento, hizo lo único que su instinto le dictó: se inclinó y depositó un suave beso en la frente de Anya. Era un gesto tierno, casi protector, que contrastaba con la intensidad del momento anterior.

—Es mejor que salgamos. Tu autobús está por llegar —dijo Damián en un susurro, dando un paso atrás y permitiéndole a Anya espacio para moverse.

Anya, aún un poco aturdida por lo que acababa de suceder, asintió en silencio y comenzó a caminar hacia la puerta. Ambos salieron del salón sin decir una palabra más, y la caminata hacia la salida fue silenciosa, pero cargada de pensamientos que ambos mantuvieron para sí mismos.

Al llegar al exterior, vieron cómo el autobús de Anya ya estaba casi listo para partir. Sin despedirse, Anya subió al vehículo, mientras Damián se quedó parado en la acera, observándola subir.

Durante todo el trayecto, Anya permaneció en silencio, recordando una y otra vez el beso en su frente y la manera en que Damián la había mirado. Era una sensación extraña y nueva, y aunque no sabía exactamente qué significaba todo eso, no pudo evitar sonreír ligeramente, sintiendo una calidez en su pecho que la acompañó hasta su casa.

---

Espero que el capítulo sea de tu agrado.

Entre competencias y secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora