Entre competencias y secretos

Capitulo 59

Rumores y Realidades

El regreso a la rutina en la Academia Eden trajo consigo una avalancha de rumores y charlas entre los estudiantes. La noticia de la relación entre Anya y Damián se esparció rápidamente, principalmente gracias a Bill, que, aunque no había tenido la intención de causar revuelo, mencionó casualmente el evento en una conversación.

La noticia se extendió como un reguero de pólvora. Los pasillos de la academia se llenaron de murmullos y especulaciones. Algunas personas decían que era sorprendente que Damián, uno de los estudiantes más destacados, estuviera con Anya. Otros argumentaban que Anya, con su comportamiento a veces peculiar, no estaba a la altura de Damián.

En medio de esta tormenta de rumores, Damián se sintió presionado y, al ser aún inmaduro en ese momento, optó por una respuesta impulsiva. En una reunión con sus amigos, frente a un grupo de compañeros que estaban discutiendo sobre el tema, Damián exclamó con desdén:

—Eso es absurdo. ¡Nunca saldría con Anya! No es mi tipo en absoluto.

Las palabras de Damián, que no habían sido dichas con la intención de herir pero que se habían convertido en una reacción defensiva, resonaron en el ambiente. Anya, que se encontraba cerca, escuchó todo. Su rostro palideció y su corazón se hundió ante la cruel realidad de las palabras de Damián. Las esperanzas que había albergado sobre su relación parecían desmoronarse en un instante.

Becky, que estaba junto a Anya y había notado la expresión herida en su rostro, se acercó a ella de inmediato. La preocupación de Becky por su amiga era evidente. Sin dudarlo, la abrazó y le dijo en un susurro reconfortante:

—No te preocupes por lo que dicen, Anya. Eres increíble tal como eres. Damián está equivocado y no vale la pena que te sientas mal por esto.

Anya, con lágrimas en los ojos, asintió débilmente. No podía entender cómo las palabras de alguien a quien había empezado a valorar tanto podían herirla de esa manera. Becky la llevó a un rincón tranquilo del campus, donde intentaron calmarla y distraerla de los comentarios crueles y de la situación incómoda.

Mientras tanto, Damián, que había visto la reacción de Anya y el consuelo que Becky le estaba brindando, comenzó a reflexionar sobre sus propias palabras. La inmadurez de su reacción le dejó un sabor amargo, y se dio cuenta de que, al intentar protegerse, había causado dolor a alguien que realmente le importaba. La situación lo hizo cuestionar si sus acciones eran las correctas y si había perdido algo valioso en el proceso.